Junto a ti

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Junto a ti

Miraba el lugar donde había crecido, donde vivió y conoció el amor ¿Cómo se pudo olvidar de su isla? ¿De su hogar? Eran muchas preguntas, aún no recuperaba todos sus recuerdos, y no sabía si los recuperaría, pero al menos ya sabía un poco sobre las personas de su vida pasada. Aunque había algo que le incomodaba, ella era consiente que se encontraba en su hogar, en el lugar donde le vio crecer, pero aún no se sentía parte de él, en ocasiones cuando Hipo hablaba de algunos temas ella no sabía a qué se refería y solo asentía con la cabeza, o cuando los vikingos y vikingas hablaban de cosas que ella no recordaba, sentía que necesitaba algo para encajar, ella no se sentía parte de Berk.

Desde su hogar tenía una gran vista para apreciar a los vikingos ya había pasado un poco más de dos meses desde su llegada. Su hijo se encontraba jugando con Chimuelo y Tormenta a su lado, mientras que Hipo se encontraba en el pueblo seguramente revisando lo que necesitaran las personas, no podía negar que se había convertido en un excelente jefe aunque el castaño lo niegue.

—Mira mamá— Astrid miro a su hijo que se encontraba frente a ella— mi diente se salió— le dijo mientras le mostraba un pequeño diente junto a una gran sonrisa con un diente menos— ¿No crees que me parezco a Chimuelo ahora?— la chica rubia no pudo evitar reírse.

—Bálder tienes que tener cuidado— no pudo evitar regañarlo, el pequeño bajo la mirada— ¿Cómo te lo hiciste?

—Estaba jugando con Chimuelo y me caí— volvió a mirarla con una sonrisa haciendo sentir algo cálido en el corazón de Astrid.

Astrid no pudo evitar reírse, su hijo se había convertido en algo muy importante para ella, andaban juntos todo el día, Hipo como jefe de la tribu salía temprano de la casa para volver tarde a ella, con esos tiempos juntos no pudo evitar sentir que sin su hijo no estaría completa y feliz. El grito de uno de los vikingos le saco de sus pensamiento, era el anuncio de que un barco arribaba en el puerto, Bálder trato de elevarse poniéndose de puntas para poder ver.

— ¡Oh! Mamá mira es el mercader Johan, tenemos que ir a ver que trajo— el niño tomo la mano de su madre para encaminarla hacía el navío que estaba atracando en el puerto.

Johan sonreía ante sus amados clientes, mientras estiraba las manos para animarlos entrar y que vean los nuevos productos que había traído, el mercader se quedó sin habla al ver entrar a una mujer rubia de la mano de un pequeño castaño, quien corrió hacia él.

—Oh vaya señora Astrid, cuando la noticia llego a mis oídos, no podía creerlo— Astrid no sabía que decir ya que no tenía algún recuerdo de esa persona.

—Bueno entonces créelo— Una tercera voz interrumpió la conversación, todos miraron a quien había hablado y vieron que era la madre del jefe.

— ¡Abuelita Valka! — Bálder corrió en dirección de su abuelita, quien le sonreía para darle un abrazo y luego soltarlo.

—Mercader Johan me trajo tinta de calamar para mis dibujos— El niño volteo a ver al hombre con una sonrisa, no pudo contener su emoción al hablar, el hombre asintió mientras iba en búsqueda de aquel objeto seguido del niño.

—Veo que no recuerdas al mercader Johan— Valka se acercó a su nuera para poder conversar.

—La verdad no— comento mientras negaba con un movimiento de cabeza— quizás con el tiempo pueda recordar las cosas— Valka pudo notar que al decir esas últimas palabras, Astrid tenía su mirada perdida.

—Astrid puedo preguntar algo— Ella la miro, para que pudiera continuar— ¿Las cosas con Hipo, van bien? ¿Te está ayudando a recordar? ¿Está contigo?

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