Veinte

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Desperté con una sonrisa de oreja a oreja al recordar que, al día anterior, había tenido un hermoso momento con Lester; de sólo pensar en el beso que nos dimos, me estremecía y quería repetir el momento. Lo malo había sido acordarme que Esteban me había llamado con sus amenazas y yo jamás supe cómo se enteró de mi número. Me levanté a tomar un baño relajante y luego me puse de nuevo la ropa de Adán. Tenía que volver a repetir la misma rutina de siempre; bueno con la excepción de haber tenido que ir a ver a Lester al hospital, pero ese día dieron de alta y eso me alegraba mucho. 

—No sé qué vas a hacer cuando todos sepan quién eres —me dijo Adán. 

— ¿No te cansas de echarme mala suerte? —le pregunté ya cuando ya estaba lista para salir. 

—La verdad, no —me respondió descaradamente. Entrecerré los ojos y salí de la habitación para ir directo al hospital. 

Pero antes de eso me había encontrado con Ari, que me dijo que iría conmigo para ver a su padre. Ya se hablaban más por esos pocos días, a pesar de que su madre se empeñó en decirle que él la había abandonado.

— ¿Qué le dirás a Lester de tu ausencia de ayer como Adán? —me preguntó Ari sacándome de mis pensamientos. 

—Supongo que le diré que tuve algunos problemas familiares —le respondí. 

—Está bien —me dijo. 

—Escucha necesito que me cuentes que pasó con esa tal Kimberly en el hospital, vi muy furiosa a Julia —le dije. Ari hizo una mueca. 

—Ni te imaginas lo que pasó, fue intenso que casi nos sacaban a patadas del hospital —me dijo y yo me sorprendí. 

— ¿Qué pasó? —le pregunté. 

—Bueno esto fue lo que pasó... —Ari comenzó a contarme y conforme me contaba no podía creerlo. 

___

Julia detuvo a Kimberly del brazo mientras la seguía Ari.

— ¡Me puedes decir qué es lo que te pasa! —le gritó Julia a Kimberly. 

— ¡Suéltenme! —le gritó ella. 

— ¡A mi hijo lo vas a respetar si no quieres que te dé tu merecido! —le gritó de vuelta. 

— ¡Yo no tengo porque acatar órdenes suyas, ni tiene el derecho de amenazarme! —le gritó la muy desgraciada.

— ¡Por mi hijo soy capaz de todo y si te tengo que dejar en claro que te quiero lejos de él; lo haré! —le advirtió molesta mientras Ari escuchaba todo detrás de ella. 

—Yo voy a destruir la relación que tiene él con esa tal Ally y ustedes ni nadie me impedirá que yo me quede con Lester —le advirtió y eso fue la última gota que derramó el vaso. 

Julia le dio una bofetada a la desgraciada. Ella se tocó la zona donde recibió el golpe y de repente la malnacida iba a pegarle a Julia, pero Ari intervino y la empezó a golpear con locura. 

— ¡Maldita, a la madre de Lester no le vas a tocar un pelo! —la tenía del cabello, la arrinconó a la pared y la golpeaba mientras ella gritaba. 

— ¡Suéltame, idiota! —le gritó. 

— ¡No te voy a soltar hasta que pidas perdón, engendro del demonio! —gritó tan fuerte que los de seguridad del hospital intentaron sacarlas, pero Julia intervino diciendo que Kimberly era quien debían sacar y que no la permitieran entrar al hospital. 

Pero ella no se fue sin antes recibir un puño fuerte de Ari en la cara quebrándole la nariz.

— ¡Largo maldita desgraciada, si te acercas a mis amigos, te juro que te romperé la boca y luego toda la cara hasta desfigurarte! —fue lo último que le dijo porque la cobarde de Kimberly salió disparada de ese lugar. 

Ella Es Adán| Una Locura Por Amor [Volumen 1]| DISPONIBLE EN AMAZON #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora