Aún permanecíamos abrazados, disfrutando del extraño calor que nos brindaba el cuerpo ajeno. Nuestras respiraciones eran calmosas y puedo jurar que jamás había disfrutado tanto del silencio.
Su esencia era fresca, podía percatarme de que frente a mí había un Harry totalmente diferente, alguien transparente.
Mi nariz aún escondida sobre su pecho aspiraba cada fresco aroma que emanaba de su camiseta.—Hey.
No pude divagar demasiado entre mis pensamientos, pues se escuchó un carraspeo, e incrédula de quién podría tratarse, volví mi rostro aún sin apartarme del robusto cuerpo que me estrechaba. Mis brazos se ajustaron mejor a la ancha espalda del opuesto, un acto del cual me arrepentí por mi excesiva confianza.
Harry por su parte, no perdió el tiempo. Cual rebanada de mantequilla se deslizó fuera de mis brazos apenas escuchó al hombre e inmediato se apartó de mí, casi sacudiendo sus prendas.
Sentía cómo mis mejillas se tornaban de un color carmesí intenso, pues inesperadamente estaba averngozada y hasta acalorada.
Era un hombre de aproximadamente cuarenta y cinco años; escaso cabello cano, dientes amarillentos, manos gruesas y maltratadas, desgastadas por el arduo trabajo, y una barba larga, mal rasurada, debo aclarar. Esas eran algunas de las características que el desconocido portaba, por las que me asustó un poco.
Sus achocolatados ojos lucían cansados con demasía gracias a las colosales bolsas que tenía debajo de ellos, desfigurando su rostro.
Definitivamente era de tez morena, parecía tener diez kilos de más por la regordeta panza que colgaba de su camiseta. Mantenía su ropa desprolija, bastante sucia y llena de aceite, algo rota, pero sólo un poco.¿Qué hace un vagabundo en la carretera?
—¿Y usted qué quiere?—Espetó Harry malhumorado.
Qué novedad.
—Eh...— El hombre rascó su nuca sin comprender la actitud del rizado en su totalidad, mas si embargo continuó. —
Sólo venía a avisarles que ya arreglé su motocicleta. Cambié la llanta trasera, estaba prácticamente destrozada, señor.Yo miré a Harry mientras él me miró rápidamente a mí, ambos sumamente confundidos con la respuesta del mecánico.
—Soy el mecánico del establecimiento que está a unos cuántos kilómetros de aquí. El señor Luke me llamó hace un par de horas, me informó que su motocicleta necesitaba una reparación urgentemente y no podía esperar ni un minuto más.— Explicó sin darle mucha importancia a sus palabras, pues con un ademán restó todo lo dicho anteriormente.
—Pueden pasar por ella ahora mismo, siganme si así lo desean.—Seguido de esto el viejo comenzó a caminar en la dirección opuesta, bajando el dobladillo de su camiseta blanca para intentar ocultar su enorme barriga.
Confundida y sin saber exactamente qué hacer, seguí al hombre en compañía de Harry.
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Green. || EDITANDO ||
Teen FictionGreen Alessandra Betancourt Una destacable estudiante llega de intercambio a Londres. "Monótona" sería la palabra perfecta para describir su vida. Siempre intentando hacer las cosas bien. Empezar desde cero puede parecer sencillo. "Cero preocupacio...