Prólogo

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No estás loco. Es eso lo que te hacen creer para mantenerte marginado de la sociedad, únicamente porque te consideran un peligro al desafiar tu propio destino.
Una persona que tiene deseos de morir, es aquella a la que critican con incontables apodos crueles, dándole aún más motivos para desear lo que supuestamente es prohibido. El pecado.

Vamos caminando por la vida aceptando lo que personas del pasado han dictado, como si no fuéramos lo suficientemente consientes para colocar nuevas reglas en el juego, y cada día la sociedad, la raza humana, está dejando de ser un animal con consciencia, para convertirse en un animal sin razón que únicamente ataca a los de su especie para beneficio propio y saciar el hambre.

Nadie me preguntó si quería tomar el beneficio de la existencia, entonces, nadie debería cuestionar el motivo y la a proximidad del fin que quiera ponerle a mis días.

Muerto o vivo, esa decisión debería ser tomada por mí, pero ellos creen que es más divertido encerrarte y tratarte de una manera, la cual, en lugar de ayudarte a mejorar, te hace desear con más ganas desaparecer. No estás loco, solo seleccionan a los más inteligentes y los encierran para quitarles el beneficio de la decisión, de la libertad, de revolucionar lo que hoy día se conoce como lo correcto e incorrecto, pero a veces los muertos caminamos por los mismos pasillos que los vivos y no se dan cuenta que no se necesita de una tumba para descansar en paz.

LK.

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