Avancé por debajo del techado subterráneo y me coloqué sobre uno de los asientos vacíos mientras continuaba su camino hasta la siguiente estación.
Miré a mí al rededor, había niños sentados juntos a sus madres, ancianos descansando tranquilamente con los ojos cerrados, mujeres mirando por la ventana o utilizando sus teléfonos celulares, incluso adolescentes con auriculares en los oídos y sus mochilas en las piernas. Todos diferentes, pero al mismo tiempo iguales.
Mi celular vibró en el bolsillo de mi pantalón y al sacarlo, vi la pantalla brillante, avisando que había recibido un mensaje de texto de mi padre.
No leí ni la visualización del mensaje e inmediatamente desbloquee la pantalla:Athenea, necesito que vengas al departamento. Debemos discutir algo sobre Klent.
Escribí mi respuesta y regresé el aparato por donde había sido extraído.
La sensación de curiosidad por motivos de la plática pendiente con mi padre carcomió a mis dudas y el nerviosismo hizo de las suyas.Él nunca había sido una persona que interrumpe de tu tiempo sin un motivo interesante o con bastante importancia, por lo que casi siempre se trataba de noticias negativas.
Tuve que desviar mi camino y detener mi ruta unas paradas antes, para así poder dirigirme a darme una buena charla con mi padre. El camino había sido de aproximadamente quince minutos de puro paseo a pie, sin embargo, era de mi preferencia el caminar, debido a que muchas veces el tráfico de la ciudad podía incrementar mi tiempo estimado de llegada.
Una vez frente al edificio, ingresé y saludé a todo el personal de la entrada. Había algo en el lugar que siempre me hacía sentir como en casa, aun sabiendo que podría no serlo siempre.
El departamento que mi padre había adquirido en esta zona, fue producto de una crisis de pareja que experimentó con mi madre tres años atrás, en donde se podía jurará que terminarían separado, sin embargo, el optó por mudarse una temporada y dejar que las cosas se calmaran con el tiempo; para sorpresa de muchos, eso terminó por funcionar, pero para sospecha de otros, eso únicamente había sido un pretexto perfecto para no enfrentar las cosas sin ser juzgado. Restándole importancia a las especulaciones de mi familia, yo siempre estuve de acuerdo con las elecciones de ambos lados y fueran cuales fueran las verdaderas razones, el resultado fue el calmante del asunto. A pesar de que aquel terremoto emocional hubiese quedado en el pasado, papá nunca vendió el pequeño lugar, ya que terminó siendo su parada de descanso en muchas ocasiones, el único lugar en el que podía olvidarse de todo por un momento, según decía.
Enchufé la llave por la cerradura y abrí en dos segundos la puerta, ingresando por el umbral y volviendo a cerrar el trozo de madera por detrás mío.
—¿Papá?
Encendí la luz de la sala y miré a mí al rededor, podía sentirse soledad en el lugar, pero la pequeña luz al final del pasillo, me informó que estaba equivocada.
—Aquí, cariño.
Pude ver a mi padre caminando frente a la luz, haciendo que su brillo disminuyera y su lejanía se redujera.
—Hola, recibí el mensaje. ¿Qué era eso tan importante?
Llegó hasta mí y besó mi mejilla con delicadez paternal, haciendo que respondiera el acto.
—Toma asiento, necesito pedirte un par de cosas —automáticamente las órdenes fueron obedecidas y él había seguido mis pasos por detrás, tomando asiento frente a mí—. Estuve revisando tus registros de trabajo y el expediente de tus muchachos, el avance ha sido visible, sin embargo, fue difícil no notar que esa magia no está funcionando con Lester.
—Entiendo a lo que te refieres, no hemos progresado con bastante velocidad, pero debes entender que es un caso con cierta complejidad y el presionarlo a hablar, hace que disminuya mi ventaja de confianza con él, el avance probablemente no sea tan contundente, pero creo que es positivo, solo que mis métodos deben ser más ágiles y lentos, es cosa de paciencia.
Una sonrisa ancha fue encontrada en los labios del hombre frente a mí y su mirada no parecía en absoluto grave, pero el gesto fue desvaneciéndose poco a poco sin quitarse por completo.
—Athenea, comprendo que debes usar distintos métodos con tus pacientes y que este caso no se puede comparar con los otros, pero si no logras ver cierto avance en un determinado tiempo, la jugada debe cambiar y tu juego ya pide ser renovado.
Un suspiro escapó de mi boca y mis manos alcanzaron mi mentón para rescatarse hasta mi cabeza.
—¿Puedes sugerirme algo?, conozco mis instrumentos, pero soy nueva y no me atrevo a usarlos tan pronto.
—Lester firmó un acuerdo y en el acepta algunos métodos.
—¿Alguno que me funcione?
—¿Qué tal si tratas de escabullirte en su ambiente?, no es literalmente escabullirse, pero puedes pedirle que te enseñe su mundo, su rutina, sus espacios, a sus cercanos. Él es inteligente y sabrá que su amistad no buscas, pero cabe la posibilidad de que si le preguntas, él te muestre un poco y así tus conclusiones puedan ser más eficientes.
—No estoy segura, papá.
—¿No estás segura o le temes a lo que te puedas encontrar?
—Quizá no estoy lista para descubrir cosas de ese lado, además, es imposible que quiera hablarme de su familia, no me la presentará.
—Athenea, muchas veces la familia no son aquellos que llevan tu sangre, la familia pueden ser esos que no te vieron crecer, pero al verte logran ver quién eres y te dan más hogar de lo que un apellido puede.
—¿Crees que él acceda?
—Es bastante accesible, solo debes demostrarle que puede abrirse contigo y no será dañado.
—¿Y si no teme ser dañado?, ¿y si su miedo es otro?
—Todos le tememos a eso.
Mi labio inferior fue auto mordido y mis dedos jugueteaban los unos con los otros, en espera de una respuesta clara que estaba siendo procesada por lo cabeza.
—Le preguntaré, pero no puedo realmente prometerte nada y si él se niega, tendrás que sugerirme más cosas.
Sin darme cuenta, estaba comenzando a abrir las puertas de lugares desconocidos y que extrañamente terminarían jalándome o a las ventanas de mi éxito o al pedestal de mis pesadillas.

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Medicine
Mystery / Thriller❝No puedes pedirme que intente ser aquello que no soy. Conozco mis errores y he gastado gran parte de mi vida con ellos, he aprendido a amarlos, y si realmente me quieres, tendrás que aprender a no juzgarlos. Y aclaro que no te pido que ames mis dem...