—No podemos olvidar los aportes de Sullivan. Ya sea por su más reconocida teoría de las relaciones intrapersonales, o por sus éxitos en el tratamiento de la esquizofrenia. ¿En qué hace hincapié con esto?
El silencio después de la pregunta, hizo que el más mínimo ruido pudieses escucharse con claridad.
Ya todos sabíamos que se trataba de una pregunta retórica, por lo tanto, nadie hizo esfuerzo alguno por responder a ella.Mis días se habían vuelto nuevamente una rutina; ya me había adaptado a esta nueva etapa que contaba con una actividad extra. Trabajo.
El desvelo y las noches de estudio, eran aún más complejas, puesto que no se trataba solo de estudiar, también de analizar mis apuntes de las terapias, para así poder sacar una conclusión y realizar un nuevo cuestionario o estrategia de llegada a la solución del problema.
La clase se resumió en una corta conclusión del tema visto y finalizó de la misma manera.
Todos comenzaron a descender por las gradillas, para así poder retirarse por la puerta, mientras que yo me preparaba para acomodar mis materiales de trabajo y volver al hospital.—Athenea.
Escuché el llamado del Sr. Garner y me dirigí hasta él para atender a sus palabras.
—¿Si?
—Me han hablado sobre tu desarrollo profesional en el hospital y estoy bastante complacido con los resultados que me fueron presentados.
Una sonrisa —poco común en mi rostro— se escapó de mis labios, los cuales se torcieron levemente, demostrando cierta vergüenza y agradecimiento por aquel reconocimiento.
—Todo lo que he aprendido en estas pocas semanas, ha sido gracias a usted. —miré en su dirección nuevamente y pude notar como su cabeza se meneaba un poco de lado a lado, desaprobando mi respuesta.
—Esto no se trata de las oportunidades, Athenea, porque independientemente de eso, la única responsable del progreso, eres tú.
—Muchas gracias, Chris.
—Es bueno que se reconozcan los avances, pero esto no debe hacer que tu confianza profesional se dispare demasiado, porque es un camino largo y solo podrás ser lo suficiente exitosa para distinguirte, si sigues trabajando duro y más.
Asentí con la cabeza, en un acto de afirmación a sus palabras.
Se sentía bien el saber que todo el trabajo había valido realmente la pena, pero sabía que me hacia falta trabajar bastante aún.
Me miró unos segundos en silencio y sonrió para si mismo, excluyéndome de sus pensamientos y de ser participe en estos. Abrió la boca para decir algo, pero prefirió pensarlo un poco más, hasta que finalmente las palabras salieron de su boca, unos segundos después—: hablé con algunos encargados del hospital y tenemos un proyecto para ti.
Pude sentir como mis cejas buscaban unirse al fruncirse mi entrecejo.
—¿Qué clase de proyecto?
—Uno en el que tendrás que poner más empeño de lo normal y en el que tendrás que ser bastante hábil.
—¿Podría explicarme?
—Has trabajado muy bien con los pacientes de niveles inferiores, y se han recibido resultados excelentes, pero necesitas estar un poco más expuesta a la realidad de lo que es ser un psiquíatra, familiarizarte con un futuro más realista, explorar un poco tu potencial, para ver realmente que tan avanzada y talentosa eres en todo esto.
La bomba de presión estalló en mi pecho. La duda de lo desconocido y el cambio de lo que finalmente se había convertido en mi nueva rutina, comenzaba a hacerme dudar de que lo siguiente fuera algo bueno.
—No puedo trabajar más horas. Estudio y trabajo, no tengo más tiempo, tampoco tengo de donde sacarlo.
—Me dirijo justamente a eso. Este proyecto contara como parte de tu calificación escolar; me encargaré personalmente de darte tutorías los sábados y domingos sobre temas que veamos durante la semana.
—¿Estaría dejando mis estudios?
—¡Absolutamente no! —alzó considerablemente la voz en un tono de sorpresa—. Esto sería algo temporal, no definitivo.
—¿En qué conociste?
—Te asignaremos a uno de los pacientes superiores, con problemas más complejos. Tendrás que localizar el nido del problema, de donde provienen realmente y meterte un poco más a fondo en lo que vendría siendo su pasado.
Tienes la ventaja de poder elegir entre tres opciones, y entonces te la asignaremos.—¿Les conoceré antes?
—Exactamente.
~
Estaba cansada, los pies me dolían y sentía que dejarían de funcionar de un momento a otro.
Coloqué una de las cajas con médicamente sobre el escritorio de enfrente y volví a retirarme por donde había ingresado.—Siéntate.
La voz adulta de mi padre dentro de su oficina, me llamó y sin resignarme, obedecí.
—¿Qué pasa?
Sacó de debajo del escritorio, un folder lleno de papeles, de los cuales desconocía el contenido.
—Me dijo tu profesor que te comentaría sobre el proyecto. Aquí estar las opciones —me pasó el montón de hojas por sobre la mesa y los tomé con curiosidad.— léelos con detalle, debes analizar quien consideras que podría ser tu opción más viable para sacar esto adelante.
—Te refieres a que elija al más fácil, ¿no es así?
Un suspiro cansado salió deslizándose por el medio de sus labios.
—No intento enseñarte a tomar el camino fácil, pero esto no se trata de abrir ranas en un laboratorio, son personas reales, con problemas reales —señaló los papeles que sostenía con ambas de mis manos—. Esas personas dependen del cuidado que les de su encargado. No elijas al que te parezca más un reto, solo elige a aquel que saber podrás ayudar.
Agaché la mirada y abrí suavemente el folder de entre mis manos; saqué su contenido y deje el cartoncito delgado sobre la mesa.
Los escritos contenían un montón de información sobre tres residentes, datos personales y un pequeño resumen de sus problemas, junto con una pequeña fotografía en la esquina superior derecha.Phoebe Mcgees:
CUADRO N2
•Trastorno de personalidad, grupo B (trastorno paranoide de la personalidad)Michael Kass:
CUADRO N3
•Episodio maniático, nivel indefinido
código
F3 (F30)Lester Klent:
CUADRO N3
•Recopilación de enfermedades
códigos
F3 (F31, F32)
F2 (F20)Mi sangre se heló al leer el último nombre y me sentí impresionada ante la cantidad de códigos por una misma persona.
Las palabras que mi padre había dicho con tanta claridad minutos antes, se volvieron murmuros en mi cabeza y jugaron un poco con la elección que internamente quería hacer.Lo miré de reojo y al darme cuenta que miraba en mi dirección, agache nuevamente la mirada.
—¿Quieres pensarlo un poco más?
Entonces alce nuevamente el rostro y lo mire con un destello de emoción desafiante en mis ojos, porque sabía exactamente que él ya había leído anteriormente aquella lista, y era más que clara cual sería su reacción, pero realmente no me importaba mucho. Era un reto y estaba sedienta de retos.
—No gracias, ya elegí —asentí con tanta seguridad, que casi podría jurar que se vería falso el gesto—. Lester Klent.

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Medicine
Mystery / Thriller❝No puedes pedirme que intente ser aquello que no soy. Conozco mis errores y he gastado gran parte de mi vida con ellos, he aprendido a amarlos, y si realmente me quieres, tendrás que aprender a no juzgarlos. Y aclaro que no te pido que ames mis dem...