Harry, que no había pegado el ojo hasta antes del alba, bostezaba sin parar durante el desayuno. La señora Weasley se encargó de levantar muy temprano a todos en La Madriguera para que la ayudasen a limpiar la casa. Él y Ron fueron encomendados para hacer del cobertizo un lugar más decente, mientras que Hermione y el señor Weasley cortaban la hierba mala del jardín y echaban a los gnomos. Percy, que llegó a media mañana, se unió al batallón de limpieza y bajo las órdenes de la señora Weasley, se concentró en la sala y el comedor.
A pesar de haber dormido toda la noche, Ron despertó muy malhumorado y no paraba de quejarse mientras le quitaban el polvo a la colección de objetos muggles del señor Weasley.
-No entiendo para qué estamos haciendo esto- masculló en uno de esos momentos- ¡Ni que el cobertizo fuese la carta de presentación de la casa!
-Tu madre no podría hacerlo todo sola... ¡Wingardium leviosa!- conjuró Harry acomodando una caja llena de patitos de hule encima de un mueble malogrado.
-Daba lo mismo que nos pidiera echar al ghoul – replicó el pelirrojo con el ceño fruncido- A propósito, ¿te comenté que el muy desgraciado quiso hacerse con mi habitación? ¡Incluso rompió varios pósteres de los Chudley Cannons!
-¿Y cómo es qué acabó en el ático otra vez? -
-Fue gracias a los gemelos. A Fred, en realidad... - contestó Ron con una ligera sonrisa desdichada- George dijo que él tuvo la idea de usar los detonadores trampa y ¡puf! El ghoul volvió al ático muerto de miedo.
Harry pudo percibir la tristeza con la que su amigo le contaba ese detalle que en otros tiempos les hubiese parecido divertido a ambos. Entonces se dio cuenta de que limpiaban la casa porque hoy sería la reunión familiar a la que él en un principio se había rehusado a asistir. Y comprendió también que el motivo principal no era el aseo a profundidad, sino más bien mantener cada mente en la casa ocupada en los quehaceres y sin pensamientos dolorosos; eso por lo menos hasta la hora de la reunión.
Porque sí, este día marcaba el primer mes después de la Batalla de Hogwarts.
-Qué bueno que recuperaste tu habitación- repuso Harry sin encontrar que más decir.
Los chicos volvieron al trabajo en silencio y continuaron así durante el almuerzo. Aún envuelto en una bufanda, el señor Weasley intentaba en vano entablar una conversación con ellos. Incluso Hermione –cuyo tema favorito estaba de tópico- daba cortos comentarios sobre sus libros muggles y mágicos favoritos. A la vez, Harry volvió a sentir la falta de Ginny en el comedor, lo que incrementó el dolor de las punzadas en su pecho. Sin embargo, no se atrevió a preguntar la razón de su ausencia. En el fondo, no deseaba confirmar las malas noticias que en la cena de ayer se había figurado.
En la tarde cambiaron de habitaciones y compañeros. Gracias a la destreza de Hermione con la varita, esta vez en cuestiones de limpieza, la cocina quedó reluciente en poco tiempo y así, Harry tuvo chance de darse una siesta. Cuando despertó antes del atardecer, una lechuza grisácea le esperaba en el alféizar de la ventana. Con cuidado, le quitó la carta que llevaba en la pata y antes de leerla, le ofreció un poco de la comida de Pig, que la lechuza recién llegada picoteó gustosa. Entonces Harry se sentó en su cama plegable y examinó el sobre que tenía el sello de Hogwarts grabado en él:
Señor H. Potter
Habitación de Ronald
![](https://img.wattpad.com/cover/48374342-288-k347150.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Harry Potter y el Legado Mortífago
FanfictionHarry Potter venció al Señor Tenebroso y la Segunda Guerra Mágica ha culminado al fin. El futuro de la magia se ve prometedor y exento de cualquier oscuridad que quiera ensombrecerla otra vez. Parece que las cosas vuelven a tomar el lugar que les pe...