-¿Señor Potter?
El codo de Hermione se estrelló contra las costillas de Harry y, súbitamente, la mente de él volvió al salón de clases.
-Lo siento profesor Flitwick. ¿Puede repetirme la pregunta por favor?- Harry se disculpó desplazando su mano de manera disimulada hasta la zona afectada. De verdad le había dolido.
-No debe distraerse en medio de una lección tan importante- le regañó el pequeño profesor apenas tambaleando sobre su taburete- Le decía que...- Al instante, la campana le interrumpió resonando por todo el castillo y los estudiantes no esperaron ni un segundo para salir-¡Alumnos, retírense en orden por favor! ¡Y no olviden el pergamino que les dejé de tarea!
Harry se había salvado de una buena. No tenía la menor idea de qué habían hablado durante la clase de Encantamientos y menos sobre lo que le podría haber preguntado el profesor Flitwick. Amontonó sus libros en una pila y los guardó en su mochila.
-Tiene usted suerte señor Potter- dijo el profesor Flitwick ordenando sus propios libros en un estante, con ayuda de la varita- Espero que la próxima clase preste más atención.
-Lo haré profesor- aseguró Harry colgándose la mochila en un hombro- Y lo siento.
El profesor se le quedó observando por unos segundos y luego asintió con la cabeza.
-Eso espero. Hasta luego Potter.
Arrastrando los pies, Harry salió del salón. En el pasillo, esperándolo, estaban sus amigos. Hermione tenía fruncido el entrecejo y los brazos en jarra.
-No puedes seguir así Harry- le recriminó molesta- Desde el sábado que estás en la luna de Plutón.
-Plutón no tiene lunas- replicó Ron muy tranquilo.
-No voy a lidiar contigo en este momento-espetó ella sin siquiera mirarlo- ¿Podrías decirnos que te sucede Harry? Esta mañana casi has convertido en miles de pedazos las macetas de crásulas de la profesora Sprout y ahora te has pasado toda la clase de Encantamientos sin tomar ningún apunte.
-Nosotros no tomamos apuntes Hermione.
La chica del cabello castaño entornó los ojos y contó mentalmente hasta tres. Comprendía a la perfección lo que Ron estaba haciendo y no le dejaría ganar. Él no salvaría a Harry de la regañina distrayéndola con una discusión absurda sobre lunas y apuntes. Hermione presentía que algo estaba pasando, podría reconocer las señales por donde fuera, no por nada había sido amiga de Harry por tantos años.
-Suéltalo. Dinos que te sucede.
Harry tragó saliva. No podía decirles que desde Halloween las pesadillas eran más oscuras, y que a pesar de no recordar nada, le atemorizaban de una manera inexplicable. Tampoco podría contar que en los últimos días, la voz de Kreacher diciéndole que el señor Tenebroso había atacado al señor Weasley y a Ginny le retumbaba en la cabeza sin cesar; ni que, en el fondo, estaba seguro de que lo sucedido en Little Whinging tenía relación directa con él. Y menos confesaría que la cicatriz ya le había dolido más de un par de ocasiones, cuando se supone que ya no debería hacerlo nunca más.
-De verdad estamos preocupados- insistió Hermione ante el mutismo de su amigo- Y sí no nos cuentas no te podemos...
Ginny, que hasta ese instante se había mantenido en silencio, le interrumpió:
-Nos lo dirá-afirmó capturando la mirada de Harry- Sabe que no somos idiotas y nos damos cuenta de que algo pasa, así que llegado el momento nos contará. ¿Verdad?
Harry movió la cabeza de arriba a abajo mientras desviaba la vista al suelo.
-Espero que no sea demasiado tarde para entonces- Hermione sentenció emprendiendo el camino hacia el Gran Comedor.
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Harry Potter y el Legado Mortífago
FanfictionHarry Potter venció al Señor Tenebroso y la Segunda Guerra Mágica ha culminado al fin. El futuro de la magia se ve prometedor y exento de cualquier oscuridad que quiera ensombrecerla otra vez. Parece que las cosas vuelven a tomar el lugar que les pe...