Capitulo 29

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Abrió sus ojos exaltada, levantó su mirada y unos orbes oscuros penetraban sus ojos color jade.

--Sasuke-kun... --musitó y se rompió en un llanto. El de cabello azabache la abrazo con fuerza--. ¡Sasuke-kun!... ¡Sasuke-kun! --decía una y otra vez sin creer que él la había encontrado.

--Sakura... tranquila estarás a sal...--no pudo acabar. La pelirosa pestañeo sucesivamente sin creer lo que sus ojos veían.

Sasuke era atravesado por un cuchillo, una sombra cíclope se encontraba tras el Uchiha con el arma en mano.

Era Tanuki.

No puede ser... no... no... ¡no!

--¡No! --gritó, su rostro comenzó a arder, el golpe que le había dado Tanuki se había hinchado. Deprisa se volteó hacia todos lados en busca del azabache. Observó al frente y el robusto hombre se hallaba inconsciente delante de sus pies descalzos.

Había sido una pesadilla.

Sintió frío, comenzaba a oscurecer, se abrazó a sí misma en un torpe intento de espantar el miedo.

Sola.

En un bosque desconocido.

Y con un psicópata frente a ella. Que por suerte estaba dormido, gracias a la pelirosa que lo había noqueado.

Se acercó al pelinegro y lo giró, en busca de algo que la pudiera ayudar a salir o llamar a alguien para que la encuentren. Sintió escalofríos al ver que este hombre tenía en su bolsillo una pulsera... que Sakura reconocía muy bien.

¡Tenten...!

...

--Disculpa ¿ha visto a una chica pelirosa y con ojos color verde por aquí? --preguntó.

--No... lo siento querida, no he visto a nadie así --le respondió la anciana.

--Está bien... gracias de igual manera --dijo la rubia.

Salió de la tienda, un miedo recorría cada parte de su cuerpo.

--Sakura ¿dónde estás? --se dijo a sí misma la de ojos celestes. Le preocupaba que sus amigas estuvieran desaparecidas, pero Sakura, Sakura... para ella era un caso. Una persona importante que marcó su vida y si algo le ocurriera una o a la otra se morirían de horror.

--¿No hay rastros? --la rubia se giro en busca de aquella voz.

...Sai...

--No... es muy extraño todo esto... --susurró con angustia.

--Las encontraremos --su semblante era serio, tomó la mano de Ino y la miró--. Te lo prometo.

--Sai... gracias... --murmuró con asombro y se calmó un poco, no estaba sola en esto.

--No agradezcas algo que no lo merece, simplemente es la verdad --sonrió--. Ven, busquemos juntos --le indicó. La Yamanaka asintió con timidez.

Mientras caminaban la rubia recordó aquel día en que le pregunto a Sai si él en realidad era un buen tipo. Se preocupaba por ella, y estaba alerta con respecto a Deidara. Pero ¿por qué?

--Sabes... yo --Ino quería preguntarle tantas cosas; qué era para él Hotaru, por qué quería mantener a distancia a Deidara. Simplemente un montón de preguntas rondaron por su mente.

--Sai ¿por qué...

--Ya lo sé --la interrumpió.

--¿Qué? --dijo confundida. Ni si quiera había acabado lo que quería decir.

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