¿Draco?

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Al verlo no pude evitar la expresión de sorpresa que tenía en mi rostro. Era Draco Malfoy, el mejor personaje de Harry Potter, en mi opinión, pero había algo que no había dado cuenta lo miraba detrás de la pantalla, era guapo, más de lo que había esperado.

Peeta se dio cuenta de que me había quedado hipnotizada con Malfoy, así que chasqueó los dedos para que 'regresará'. También parecía que Draco estaba hipnotizado porque tenía la boca abierta y no había parpadeado.

-¿Que pasó?-nos preguntó Peeta- ¿En que estaban pensando?

Para no quedar como tonta diciéndole 'estaba pensando en Draco' decidí decir otra cosa.

-No lo se, me quedé mirando al infinito.- le dije Yo.

Luego, Malfoy dijo algo.

-Yo estaba pensando en ti.- dijo él dirigiéndose a mi. Se sonrojo y después se quedo mirando al suelo unos cuántos segundos, y luego me miró otra vez con una sonrisa en los labios.

-Mejor, los dejo solos.- dijo Peeta, con un tono de voz que hacia creer que él estaba incómodo.

Al irse, Malfoy cerró la puerta y se arrodilló frente a mí, justo donde había estado Peeta.

-Escuché que le decías algo a Peeta.- me dijo él.

-Si, es que no se si estoy enamorada de mi amigo, me siento confundida.- dije Yo.

-Mira, Yo no soy experto en este tema, pero si te puedo decir algo. Los corazones de las personas son como cristales y si juegas con ellos, los puedes romper, y si se rompen, por más que los trates de arreglar o reparar nunca va a ser igual.- me dijo él- Por eso, Yo prefiero jugar con figuras de acción, que jugar con el corazón de alguien que quiero o amó.

Después de esto me quedé observándolo y él a mí, lo que había dicho era hermoso. Luego me cogió la mano. A los 5 segundos de esto sonó el timbre.

-Creo que tienes que ir a clases.- me dijo él, mientras se levantaba.

-Si, ya estas serán mis últimas tres horas aquí.- dije Yo.

-Bueno- abrió la puerta del baño y miró a ambos lados-, ya no hay nada, ¿Una carrera?- me preguntó él.

-Ok.- le dije Yo.

-A las 3.- me dijo él- 1.. 2.. y.... 3.

Los dos salimos corriendo del baño a toda velocidad. El aire me caía en la cara con gran intensidad. Me sentía feliz, libre.

Hasta que tropecé y caí al suelo.

-FUCK!!!- dije Yo gritando.

Al escuchar esto Malfoy, regresó corriendo hacia mí muy preocupado.

-¿Te encuentras bien?- me preguntó él, con una voz de preocupación que nunca olvidaré.

-No lo se, me duele mucho el tobillo, creo que me lo he roto.- dije Yo con lágrimas de dolor en los ojos.

-Tengo una idea.- dijo él.

A continuación me cargó y me llevó en brazos hacia mi salón, mientras subíamos las escaleras no pude evitar soltar algunas lágrimas, mientras que Malfoy me susurraba que me calmé y que ya íbamos a llegar al salón.

Cuando llegamos, le dije cuál era mi sitio y me llevó hacia él, mientras que todos nos miraban con cara de impactados, me sentó en mi silla y a continuación sacó su varita.

-Braquiam Emendo - dijo él, con la varita que señalaba mi tobillo. Al cabo de unos segundos ya no me dolía el tobillo y me sentía mejor.

-Gracias.- le dije Yo.

-De nada.- me dijo él.

Cuando recién se dio cuenta que todos nos estaban mirando boquiabiertos, decidió irse, pero justo cuando iba a cruzar el umbral de la puerta le pregunté.

-¿Volverás?

-Siempre estaré pendiente de ti y no dejaré que te hagan daño.- me dijo él. A continuación susurró un adiós, sonrió y se fue.

Luego, todo el mundo comenzó a hablar del tema, todo el mundo estaba en el salón menos, Antonio.





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