Dentro de un libro

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Estaba nerviosa. Daniela seguía tirada en el piso y Harry, estaba frente a mí. Él había hecho que Daniela se desmayara. 

-Hola.- me dijo él con una sonrisa estampada en la cara.

-¿Que haces aquí?- le pregunté.

-Solo quería verte un rato.- me dijo él. Lo miré confundida a sus profundos ojos verdes y él a los míos.-  Y quería dar un paseo.

Entonces sacó un libro que tenía dentro de la túnica y lo puso en el piso, justo frente a mí.

Me acerqué más al libro, mientras que Harry me miraba. No era un libro tan grande, pero si era viejo. Era Harry Potter y la piedra filosofal.

Sonreí y levanté la mirada. Harry tenía la mano extendida hacia mí. Miré a Daniela, la manzana, mi varita y la capa. Entonces, tome la mano de Harry y me sonrío. Sacó su varita.

-Accio mundo 1. - dijo Harry, apuntando con la varita al libro.

Cerré los ojos y de pronto sentí que una fuerte brisa golpeaba mi cara, que hizo que me agarrara más fuerte de Harry. Hasta que sentí que mis pies tocaron el piso.

Abrí levemente los ojos y noté que estábamos en campo abierto, estaba el pasto y la cabaña de Hagrid... ¿¡La cabaña de Hagrid!? Volteé y miré detrás mío. Estaba en Hogwarts, era enorme, tanto como lo había visto en las películas y los libros, también podía notar a muchos estudiantes a través de las ventanas.

Harry se agachó, cogió el libro y lo metió dentro de la túnica. 

-Tenemos que ser cuidadosos, no debemos llamar mucho la atención.- dijo Harry.- Si causamos un gran impacto hasta podríamos cambiar la historia.

-¿Podemos entrar?- le pregunté.

-Ok, pero con cuidado.- dijo Harry y yo asentí.

Caminamos apresuradamente, pasando junto a muchos estudiantes que no conocía, pero de pronto choqué con alguien.

Me caí para atrás, cerré los ojos y rogué que no sea nadie importante y que solo había sido alguien sin importancia.

Vi por mi costado y noté que Harry estaba parado a mi costado, mirándome con los ojos como platos, eso era una mala señal.

Al levantarme del suelo, noté que al frente mío, era un chico, rubio de piel blanca y ojos grises. Era Draco. Era tan chiquito a comparación de como yo lo conocía. 

Nos paramos al mismo tiempo y nos quedamos mirando los dos. 

-Soy Malfoy. Draco Malfoy.- me dijo sonriendo y con la mano tendida hacia mí.

Le lancé una mirada a Harry, no sabía que hacer.

-Bueno,- dijo Harry, cogió mi mano y la de Malfoy y las estrecho y luego las separó.- Chau.

Harry cogió mi mano y comenzamos los dos a correr dejando a Draco atrás.

-¿Potter?- escuché 

Subimos las escaleras corriendo.

-¿Adonde vamos?- le pregunté agitadamente.

-A la sala común de Gryffindor.- me respondió, evitando a todas las personas que se cruzaban en nuestro camino.

Llegamos al retrato de la señora Gorda y Harry dio la contraseña correcta, no entendí como la sabía, pero eso no importaba. 

Atravesamos la sala, subimos las escaleras, doblamos a la izquierda y entramos a la habitación desordenada con unas 6 camas aprox. y ropa tirada por doquier.

-Y pensar que dormí aquí tantos años.- me dijo, mientras cerraba la puerta.

Los dos nos arrodillamos en una cama y nos pusimos a ver el horizonte a través de la ventana, contemplando el horizonte.

Buscaba a Harry, Ron y Hermione del libro a través de la ventana. Tan solo quería verlos.

-Alohomora.- dijo alguien. Entonces se abrió la puerta.



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