Por fin, acabo el colegio.

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Las personas que estaban en el salón volteaban a mirarme, estaban confundidos por todo lo que había pasado con Draco en el salón. Lo que más me preocupaba era donde estaba Antonio, y también Valia, pero luego recordé que casi maté a Antonio y supuse que debería de estar en la enfermería y Valia lo estará acompañando, así que me quedé más tranquila.


Minutos más tarde la profesora Emme entró, como era nuestro último año teníamos las últimas tres horas con la tutora de nuestro salón, que de seguro nos iba a hablar sobre los cambios que iban a desarrollarse en nuestra vida y que nos debemos ir adaptando a ella, que hay un mundo afuera que espera que nosotros podamos hacer la diferencia, que suerte en lo que nos deparaba el futuro y la universidad y muchas frases motivadoras que hicieron que algunos llegaran hasta las lágrimas. Luego de todas las frases y discursos de agradecimiento, la profesora dijo que acomodemos las sillas para que formara un círculo. Luego nos pidió que nos sentáramos y nos explico que consistía. Consistía en que ella iba a nombrar a dos personas para que se dijeran algo que nunca pudieron decirse o algo que decir a todo el grupo, el objetivo de esto era conocernos un poco más, pero al fin al cabo cada uno tomaría su propio camino al día siguiente.

Minutos más tarde abrieron la puerta del salón y entraron Valia y Antonio. Antonio estaba con un ojo morado, algunos rasguños en su rostro por mis uñas y cojeaba ligeramente, mientras que Valia lo ayudaba para que no se caiga. Como eran los únicos que no habían estado, la profesora les explico como era la actividad y luego de eso, comenzamos.

Bastantes personas lloraron incluida la miss que soltó algunas lágrimas ante las confesiones de algunos.

-Bueno, siguiente pareja. ___________ y Antonio.

Me paré, mientras que miraba a Antonio con una mirada que no significaba nada.

-Bueno, hoy sin querer le hice algo a mi mejor amigo,- comencé diciendo- no voy a especificar que paso, pero si le hice mucho daño, así que quiero decirle que si no me quieres perdonar te entiendo, pero quiero que sepas que enserio estoy arrepentida y que nunca más volveré a hacerlo, lo prometo.- dije Yo. Miré a Antonio, pero estaba con la mirada fija en el suelo.

-Muy bien, creo que Antonio no dirá nada, así que siéntense.- dijo la miss.

Esta cosa en vez de hacerme sentir mejor me hizo sentir peor, y así estuve las próximas dos horas hasta que tocó el timbre de salida.

Bajé corriendo las escaleras, me dirigí a los lockers, saqué mi maleta, tiré la puerta del locker y me fui sin despedirme de nadie y sin dejar rastro alguno, dejando atrás todo el maldito pasado que me arruinó el día.

Cuando me dirigí a la puerta de salida tuve que empujar a todos los padres, para poder salir. Finalmente caminé hacia el paradero, pero antes de llegar, un chico me detuvo. Estaba vestido de negro, tenía la piel blanca y era de tamaño regular, sin ninguna duda, era Nico Di Angelo.

Se acercó a mí, casi corriendo.

-Hola.- me dijo él, mientras me abrazaba.

-Hola.- le dije.

-Dame esto-me dijo, cargando el morral que llevaba en el hombro, mientras que Yo paraba un taxi.

El taxi se dirigía a mi casa y Yo iba con Nico al costado, no hablamos mucho durante el viaje. Hasta que llegamos a mi casa y nos quedamos en la puerta.

-Bueno, chau.- le dije Yo.

-Espera- dijo él-. Gracias.

-¿Por que?- le pregunté.

-Por recordarme, no haberme olvidado.

-Nunca te olvidaré.

-Eres el mejor.- le dije.

-Y tu la mejor.- me dijo.

Después de esto nos dimos otro abrazo que duró un tiempo considerable, fue un abrazo sincero nunca había recibido uno así. Era uno de los mejores personajes que había leído. Luego de esto nos despedimos con un beso y Nico se fue caminando hasta que desapareció.



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