Realidad o Sueño.

¿Eres tú?

Me quedé mirando a Draco, esperando a que me diga que era una broma, aunque no lo pareciera.

-¿Es una broma?

Me miró confundido y negó con la cabeza.

-Bueno-dije yo.- en todo caso que bien, me harás compañía.

Los dos sonreímos, Newt estaba con la cabeza mirando al piso, parecía incómodo hasta que interrumpió.

-Bueno, _________________, me tengo que ir, espero que tengas un buen viaje y tengas éxito en la universidad.- dijo Newt. A continuación me dio un beso en la mejilla y se acercó a Draco, le dijo algo al oído y Draco sonrío, no tenía curiosidad de enterarme lo que le había dicho Newt. Después de esto Newt se fue, sin nada más que decir.

-Bueno, vamos.- dijo Draco.

-Vamos.- dije yo.

Durante el registro y chequeo de las maletas me puse a pensar sobre aquello, no era que estaba insatisfecha en que Draco vaya conmigo, sino que tal vez, hubiera venido Peeta u otro. Pero igual Draco me agradaba así que iba a ser como irse a la misma universidad con un amigo.

Cuando terminaron con las maletas, ya era un poco tarde y Draco me invitó a tomar un café. Cuando estábamos de camino al café y, también cuando llegamos, no dejaban de mirarlo, eso era un poco incómodo, para mí.

Los dos elegimos una mesa, que estaba un poco más alejadas de las demás, para poder estar tranquilos. En realidad, nadie tomó nada, solo nos sentamos a conversar un rato.

-Oye- le dije a Draco-, ¿Como era antes que yo los encontrará?

-Bueno,- comenzó él- todo el mundo estaba encerrado en sus libros, en sus propios mundos, obviamente podíamos salir, pero no tenía ningún sentido salir si tú no estabas.

-A ok,- dije- ¿Quienes más están?

-Están Newt, Edward, Peeta, Nico, Cuatro, Finnick, Harry-se estremeció al decir ese nombre- y Yo.

-¿De chicas?

-Bella, Katniss, Hermione y, la hija de Edward, Renesmee.- dijo él.

Estaban casi todos mis personajes favoritos, pero quien sabe, tal vez nunca iba a volver a ver a los demás, solo a Draco.

-Ya deberíamos irnos, ¿No crees?

-Si, vamos.-dije yo.

Nos paramos, Draco agarró la maleta y nos dirigimos a la sala de embarque.

Cuando llegamos solo faltaban 40 minutos para ya poder embarcar e irnos.

Me senté y comencé a revisar el celular hasta que sentí que me miraban. Diez asientos a mi costado, estaba él, era ........