Capítulo 50

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Me levante de encima suyo con los ojos como dos huevos fritos y me sonroje por tener solo un short y el sujetador.

-Perdón, ehm buenos días.

-No pasa nada. Si me disculpas, tengo un pequeño problemita.-Dijo señalándose ahí...

Yo no diría que eso es pequeño.

-¿En serio?-¿Qué? Ahora parece que pienso en voz alta.

- eh, no nada. Ve.

-Sí quieres puedes ir al baño del piso de abajo. Bajas las escaleras y a la izquierda está la puerta del baño.

-Gracias, pero... ¿Mi remera dónde está?

-Creo que te la sacaste en el sillón de la sala.

-No sabía que cuando estoy borracha se me da lo del exhibicionismo.-Rio

-Mejor dicho se te da más el desnudar a la gente.-Juro que me sonroje hasta las orejas.

-Ah, bueno. Creo que te estoy entreteniendo y tú tienes que... arreglar tu asunto.-Sonrió

-Sí, ya sabes si quieres desayunar e ir al baño. Siéntete como en tu casa.

-Gracias.

Se fue al baño y yo me quede parada en mi sitio, hasta que escuche el ruido del agua correr. Entonces me di cuenta que todo esto es real. Suho me va a matar.

Primero tengo que llamarlo, por más que me grite y todo eso.

Pero se molestara más si no desayuno. Así que con eso en mente me dirijo hacia la puerta y giro la perilla. Bajo por las escaleras y me encuentro con una puerta que cuando la abro me da vista hacia un baño.

Hago mis necesidades y agarro un poco de pasta dental y me trato de lavar los dientes con eso, también lavo mi cara. Luego peino un poco mi pelo con mis dedos, ya está muy largo y ya me estoy cansando de tenerlo marrón sin vida. Un poco de color no le vendría nada mal. Me miro por última vez y compruebo que estoy un poco presentable, excepto por el problema de que aún estoy sin remera.

Suspiro y abro la puerta, camino hacia lo que parece ser una especie de sala de juegos con un sillón que se me hace familiar. Mis dudas se despejan cuando veo ropa esparcida por todo el sillón, parece que alguien se hubiera arrancado la ropa y la hubiera tirado por el aire. Y en ese desastre diviso mi remera. ¡Bingo!

-¡Chicos, alguno sabe si maña... whou -Mierda, lo que me faltaba.

Me doy vuelta.

-Hola-digo tímidamente. Pero la vista del chico no está puesta en mis ojos, si no en mi escote. ¿Querrá que le traiga un balde? Para juntar las babas, digo. No sé.

-Hola. ¿Quién te trajo por acá, preciosa?-Una descarga eléctrica sufrió mi columna al escuchar la palabra "Preciosa", fue como que esta persona no me la puede decir.

-Bueno, vine con...- ¿Cómo se llamaba? Bum... Bom... Bam, sí ese Bam bam.-Vine con Bam Bam.-Abrió sus ojos exageradamente.

-¿Con Bam, bam?-Asentí.- ¿Con ese puro hueso?-Me encogí de hombros.

-Me gustan los chicos así. Si me disculpas, voy a recoger mi ropa.

-Oh, sí claro.-Tome rápidamente mi remera y me la puse.- ¿Has desayunado?

-No, aun no.

-¿Quieres?

-Claro.

Me tomo de la mano y me dirigió hacia la cocina.

-Siéntate. En un momento estará listo.-Hice lo que me pidió-Discúlpame un momento, tengo que despertar a los demás-

-Claro.-Ósea que hay más personas.

¿Qué mierda hago acá?

Mierda me van a matar, y yo tan relajada acá.


Otra vez una familia...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora