Después de una aturdida y espantosa fiesta, mi querida enemiga se quedó limpiando todo por lastima, después de una hora la muy tonta se fue a su casa. Adam se quedó conmigo, me había hecho aquella propuesta de siempre:
«Quiero tener un hijo contigo.»
Después de tanto insistir, me dejé llevar y terminamos en la cama.
• • •
Había llegado el lunes y tenía que prepararme para el colegio; no sé qué me pasó porque llegué super tarde, pero por ser hija de mi padre obvio que me dejaron pasar.
De nuevo Jenny había intentado atravesarse en mi camino, la evadí.
Salude a mis “amigas”, Angie y Lucy. Saludé a Adam, quien me regalo una rosa roja muy hermosa. Fuimos a la primera clase que fue Biologia, luego fue Español y mi favorita, Matemáticas.
Había llegado la hora del receso y fui a buscar de qué comer. Mientras hacia la fila Jenny me paso por el lado, me miro con dulzura y yo traté de sonreir pero no pude, creo que intenta tratar conmigo otra vez. Cuando salía de la fila me tropecé con ella haciendo que mi charla fallera al suelo, está vez sí me había enfadado mucho y empecé a gritarle:
— ¡Ya vez lo que haces!
— De verdad, lo siento.
— ¿Lo siento? ¡Claro que lo sientes! ¡Todo lo haces a proposito!
— No, enserio. Fue sin querer. Tus amigas quisieron hacerte una broma.
— ¿Una broma?
— Algo así. Las escuché decir que le dirían a Adam que estabas con Peter y George. Les dije que no lo hagan y me empujaron.
— ¿Ustedes querían hacerme eso?— les dije a Angie y a Lucy, quería llorar de la rabia— ¿Por qué lo hicieron?
— Tenemos que acabar con esta mentira— dijo Lucy.
— No deberías de engañar al guapo de Adam— dijo Angie.
— Así me pagan, después de todo lo que he hecho por ustedes, ingratas— les dije.
— Lo siento— dijo Angie dando la vuelta y retirandose.
Me quería morir, sentí que el cielo se me vino encima hasta que escuche esa dulce voz:
— ¿Estás bien?— era Jenny.
— Sí, claro— dije con sarcasmo.
Me fue corriendo al baño para limpiarme, en la puerta del baño me encontré con Adam:
— ¡Creí que me amabas!
— Per yo sí te amo— le dije.
— Claro que no me amas. Si me amaras no me pegarias lo cuernos con mis mejores amigos.
— Tu tampoco me amas.
— ¿Por qué razón dices eso?
— Sólo querias tener sexo, era lo único que te importaba.
— ¿Eso crees que era lo que quería?— su expresión era dolida.
— Sí.
— Eres las peor, Amber. No puedo creerlo— se marchó.
Me encerré en el baño a llorar, no volví a tomar ninguna otra clase, no quería ver a nadie. Me quería morir, fue el peor día de mi vida.
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La Hija de un Millonario
Teen FictionAmber Roose es una chica de diecisiete años con una familia de grandes privilegios, pero como toda joven que abusa de lo que tiene, los infortunios pueden interponerse en su camino.