Dentro de un rato llegó mi chofer a la puerta del colegio, hoy no me llevo a la plaza como suele hacer cada tarde desde que se lo pedí hace tiempo, sino que me llevó directamente a casa. Mis padres me esperaban en el recibidor:
— Ya era hora de que llegaras—empieza mi padre obviamente molesto—. Lo primero que te advierto, es lo primero que haces.
— Perdónenme, por favor.
— Amber, has manchado nuestra reputación— dice mamá igual o peor de molesta que papá.
— Eso es lo único que les importa, ¿No? Su reputación, pero su hija no; he cometido un error, lo sé, lo admito, pero tienen que ayudarme.
— No— dice papá rotundamente—, queremos que nos expliques cuando hiciste esto y por qué, Amber.
— ¡¿Para qué?! ¡De todas formas a ustedes no les interesa!
— Claro que no interesa, eres nuestra hija— dice mamá, creo que piensa que no me he dado cuenta de las maletas tras el sillón.
— Si fuera su hija y les interesaramos mi bebé o yo, no me hecharan de la casa.
Me fui corriendo a mi habitación y terminé de recojer mis cosas, volví a la sala mirandolos con lágrimas en los ojos y junto con el bolso que tenía sobre mi hombro, tomé ambas maletas en las manos y salí de la mansión sin siquiera mirar hacia atrás.
No me esperaba encuentrarme con el Director en el portón de la mansión, vino a buscarme para llevarme a vivir a su casa.
Cuando llegamos Adam nos esperaba, aún no podia creer que tendría que aguantarlo, pero era lo mejor para mi bebé. Le pedí al director quedarme en la habitación de huéspedes, porque si me quedaba con Adam me moriría.
Luego de estar en mi nueva habitación en casa de Adam, recibo una llamada de Ryan, pidiendo si podriamos vernos en el parque. No tengo ganas de nada, pero salir a tomar aire libre luego de esto, me iba a calmar.
Al encontrarnos, le cuento todo lo que pasó a Ryan, el estaba confundido, no podía creer que ahora estaba viviendo en la misma casa con Adam.
— ¿Eso significa que ahora tienes una relación por obligación con Adam?— me encaró Ryan.
— Que esté en su casa no significa que estemos juntos.
— Para mi que él hará lo que sea para estar de nuevo contigo.
— ¿Crees que sería capaz de estar de nuevo con él?
— ¡Es el padre de tu hijo!
— ¡Eso tampoco significa que deba estar con él!
— Espero que sea cierto— susurró—. Cuando des a luz, quiero darte una sorpresa.
— ¿Sorpresa? ¿Qué cosa es?— pregunté entusiasmada.
— Es sorpresa.
Había algo en Ryan que me comenzaba a gustar, me estoy enamorando de él, lo siento, y presiento que mi bebé lo querrá más a él como padre que al mismísimo Adam.
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La Hija de un Millonario
Teen FictionAmber Roose es una chica de diecisiete años con una familia de grandes privilegios, pero como toda joven que abusa de lo que tiene, los infortunios pueden interponerse en su camino.