Capítulo 15: "¡¿Que crees?!"

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Ya habían pasado tres horas desde el incidente, estaba en el hospital junto con Adam, que no dejaba de dar vueltas en el pasillo de la sala de espera; al Director le había dado un preinfarto por la noticia y me siento algo culpable porque fui yo la que le dije sobre el embarazo de Melly. 

Salí de hospital y en un taxi fui a casa de mi amiga.

— Hola, Amber— me dice Jenny con cara preocupacion—. He tratado de comunicarme contigo, pero no me contestabas las llamadas.

— Perdona, es que han pasado tantas cosas en esta semana que me he olvidado por completo del teléfono— respondí entrando a su casa.

— ¿Me puedes contar que paso?— me preguntó cuando nos acomodarnos en el sofá de la sala.

— Mis padres me echaron de casa y me fui a vivir con Adam.

— ¿Cómo que con Adam?

— Es lo mejor para mi bebé, y además no voy a tener nada con Adam.

— A menos que te trate de conquistarte nuevamente.

— No, él no tendrá oportunidad de hacer eso porque no se lo permitiré  además el Director lo va a poner a trabajar duro.

— ¡Me imagino! Esa es la gran responsabilidad de tener un hijo.

— ¿Uno? El Sr. Adam no sólo me embarazó a mi, sino que también embarazó a Melly.

— No puede ser, ¿Cómo se lo tomó su padre?

— Está en el hospital, tuvo un preinfarto.

— ¿Cómo está?

— Vengo de allá y no se veía para nada bien— subiré—. Lo unico que sé, es que si el Director muere, Adam cargara con toda la culpa.

— Ya veremos.

Luego de unas horas me voy a casa.

Me doy una ducha para liberar tensiones, busco que comer ya que aún estaba hambrienta y me pongo a ver mi programa favorito: FEAR FACTOR. Luego de unos minutos tocaron el timbre y voy a atender. Cuando veo a esa persona, sentí un alivio frío en mi estomago, algo inexplicable; era Ryan, estaba más que enamorada de él, estoy segura:

— Pasa, Ryan— dije apartándome de la puerta.

— Gracias.

— ¿Qué haces aquí?

— ¿No te puedo venir a visitar?

— Claro que sí, pero esta es la casa de Adam y si él te encuentra aquí pueden haber problemas. No quiero eso.

— Ven a mi casa.

— No puedo.

— No fue una petición— me dijo coqueto.

No le di respuestas, así que me llevó a su casa, directamente a su habitación, me dejó sentada en la cama mientras yo lo observaba; era muy apuesto, con su pelo negro azabache con mechones rubios, ojos miel, alto, bastante musculatura, todo lo opuesto a Adam, que tiene el cabello castaño, ojos azules y mediana estatura.

Ryan se quitó la camiseta y se quedó con una franelilla que llevaba debajo. Se sentó a mi lado y se quedó observandome con detenimiento.

— ¿Qué?— le pregunté en voz baja con una sonrisa boba en los labios.

— ¿Sabes por qué no me alejé de ti cuando me dijiste que estas embarazada?— me preguntó con su hermosa sonrisa acariciando mi mejilla.

— La verdad es que no lo sé— le respondí.

— Bueno, te lo diré— se acomodó frente a mi tomando mus manos—. Cuando te conocí, no deje de pensar en ti; me empezaste a gustar. Cuando me dijiste que estás embarazada, y luego que es de Adam, supe de inmediato que Adam era un desgraciado y no podía dejarte con alguien así— llevó mis manos hacia sus labios y las besó dulcemente—, y como te amo—me miró a los ojos—, no pude dejarte sola.

— Gracias por eso— le dije sonrojada.

— No me lo agradezca, yo solo quiero estar contigo.

Poco a poco fue acercándose a mi rostro, pidiendo permiso con la mirada para poder acercarse más y juntar sus labios con los mios; me besó dulcemente, una forma tan distinta. Ryan si me quería, y yo a él. Sabía que así iba a ser feliz.

— Amber— susurró luego de habernos separado—. ¿Quieres ser mi novia?

— ¡¿Que crees?!— exclamé feliz.

— ¡Que sí!

 — ¡Acertado!

He encontrado a alguien que estará conmigo cuando lo necesite y que va a cuidar de mi y del bebé, mejor que su propio padre. Te amo Ryan.

La Hija de un Millonario Donde viven las historias. Descúbrelo ahora