Ya habían pasado tres horas desde el incidente, estaba en el hospital junto con Adam, que no dejaba de dar vueltas en el pasillo de la sala de espera; al Director le había dado un preinfarto por la noticia y me siento algo culpable porque fui yo la que le dije sobre el embarazo de Melly.
Salí de hospital y en un taxi fui a casa de mi amiga.
— Hola, Amber— me dice Jenny con cara preocupacion—. He tratado de comunicarme contigo, pero no me contestabas las llamadas.
— Perdona, es que han pasado tantas cosas en esta semana que me he olvidado por completo del teléfono— respondí entrando a su casa.
— ¿Me puedes contar que paso?— me preguntó cuando nos acomodarnos en el sofá de la sala.
— Mis padres me echaron de casa y me fui a vivir con Adam.
— ¿Cómo que con Adam?
— Es lo mejor para mi bebé, y además no voy a tener nada con Adam.
— A menos que te trate de conquistarte nuevamente.
— No, él no tendrá oportunidad de hacer eso porque no se lo permitiré además el Director lo va a poner a trabajar duro.
— ¡Me imagino! Esa es la gran responsabilidad de tener un hijo.
— ¿Uno? El Sr. Adam no sólo me embarazó a mi, sino que también embarazó a Melly.
— No puede ser, ¿Cómo se lo tomó su padre?
— Está en el hospital, tuvo un preinfarto.
— ¿Cómo está?
— Vengo de allá y no se veía para nada bien— subiré—. Lo unico que sé, es que si el Director muere, Adam cargara con toda la culpa.
— Ya veremos.
Luego de unas horas me voy a casa.
Me doy una ducha para liberar tensiones, busco que comer ya que aún estaba hambrienta y me pongo a ver mi programa favorito: FEAR FACTOR. Luego de unos minutos tocaron el timbre y voy a atender. Cuando veo a esa persona, sentí un alivio frío en mi estomago, algo inexplicable; era Ryan, estaba más que enamorada de él, estoy segura:
— Pasa, Ryan— dije apartándome de la puerta.
— Gracias.
— ¿Qué haces aquí?
— ¿No te puedo venir a visitar?
— Claro que sí, pero esta es la casa de Adam y si él te encuentra aquí pueden haber problemas. No quiero eso.
— Ven a mi casa.
— No puedo.
— No fue una petición— me dijo coqueto.
No le di respuestas, así que me llevó a su casa, directamente a su habitación, me dejó sentada en la cama mientras yo lo observaba; era muy apuesto, con su pelo negro azabache con mechones rubios, ojos miel, alto, bastante musculatura, todo lo opuesto a Adam, que tiene el cabello castaño, ojos azules y mediana estatura.
Ryan se quitó la camiseta y se quedó con una franelilla que llevaba debajo. Se sentó a mi lado y se quedó observandome con detenimiento.
— ¿Qué?— le pregunté en voz baja con una sonrisa boba en los labios.
— ¿Sabes por qué no me alejé de ti cuando me dijiste que estas embarazada?— me preguntó con su hermosa sonrisa acariciando mi mejilla.
— La verdad es que no lo sé— le respondí.
— Bueno, te lo diré— se acomodó frente a mi tomando mus manos—. Cuando te conocí, no deje de pensar en ti; me empezaste a gustar. Cuando me dijiste que estás embarazada, y luego que es de Adam, supe de inmediato que Adam era un desgraciado y no podía dejarte con alguien así— llevó mis manos hacia sus labios y las besó dulcemente—, y como te amo—me miró a los ojos—, no pude dejarte sola.
— Gracias por eso— le dije sonrojada.
— No me lo agradezca, yo solo quiero estar contigo.
Poco a poco fue acercándose a mi rostro, pidiendo permiso con la mirada para poder acercarse más y juntar sus labios con los mios; me besó dulcemente, una forma tan distinta. Ryan si me quería, y yo a él. Sabía que así iba a ser feliz.
— Amber— susurró luego de habernos separado—. ¿Quieres ser mi novia?
— ¡¿Que crees?!— exclamé feliz.
— ¡Que sí!
— ¡Acertado!
He encontrado a alguien que estará conmigo cuando lo necesite y que va a cuidar de mi y del bebé, mejor que su propio padre. Te amo Ryan.
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La Hija de un Millonario
Roman pour AdolescentsAmber Roose es una chica de diecisiete años con una familia de grandes privilegios, pero como toda joven que abusa de lo que tiene, los infortunios pueden interponerse en su camino.