Capítulo 22: Mis Padres de Visita.

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Enamorate de quien te ofrezca el mundo sin importar nada. Amalo, aprende a cuidarlo e intenta ser feliz para toda la vida.

¿Ellos aquí? ¿Después de haber dicho todo aquello sobre mi? Al verlos a los dos ahí pasaron por dentro de mi millones de emociones: rabia, odio, amor, deseo de ahorcarlos

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¿Ellos aquí? ¿Después de haber dicho todo aquello sobre mi? Al verlos a los dos ahí pasaron por dentro de mi millones de emociones: rabia, odio, amor, deseo de ahorcarlos... Me sentía mal, pero después de todo, ellos son mis padres y puedo obviar que han venido a pedir mi perdón con la cara de “no paso nada”.

Los dejé pasar a la sala, Jenny se fue con Melly a su habitación dejandome a solas con mis padres. Estaba apresada sin nadie que me defendiera, pero ya estoy lo suficientemente grandecita y debía aprender a defenderme por mí propia cuenta, así que decidí comenzar la conversación, pero algo dentro de mi fue desatado y no pudo ser detenido.

— No sé qué hacen aquí, pero debo dejarles en claro que no necesito absolutamente nada de ustedes y sé a lo que vienen: A pedir “perdón”, pero no— dije tranquila aunque seguí a subiendo el tono de mi voz con cada palabra—. ¡No los perdono por haberme tratado así, como un trapo sucio! ¡Debería de darles vergüenza, buscarme después de todo lo que me hicieron! He aprendido a ser feliz sin ustedes. He ayudado a personas, a Melly. He cambiado mi forma de ser. Puede que ya no sea más la hija de un millonario, creo que ya he de considerarme huérfana, porque aunque físicamente no estén muertos, ¡dentro de mí sí lo están! Si son mis padres como dicen ser, no me hubiesen abandonado en la calle por así decirlo. Estaba pasando por un momento de desesperación, ¿y qué pasó con el “siempre voy a estar ahí para ti, cada vez que me necesites”? Necesitaba de mis padres, más sin embargo me rechazaron. Más otra persona que no es mi padre, el abuelo de mi bebé se ha preocupado por nosotros desde el día en que lo supo y el día en que me hecharon de la casa. He recibido el apoyo de mis amigas, ¡no los necesito!

Cuando me detuve, no pude creer que todo lo que tuve guardado en mi interior durante todo este tiempo, las emociones y sentimientos, hayan salido de esa forma tan brusca. Un par de lágrimas resbalaron por mis mejillas, ambos se mirando, luego posaron sus ojos detenidamente en mi hasta detenerse en mi vientre, sus ojos estaban cristalizado y parece que mi madre estuviera a punto de romperse como lo acababa de hacer yo.

— Amber, nosotros... S-sólo queríamos saber cómo estabas y cómo está tu bebé. Tus tías se dispusieron a enviarles regalos y nos pidieron, queríamos saber que es lo que viene en camino...— dijo mi padre con tono de voz tembloroso, parecía que todo su valor se hubiera filtrado a un lugar desconocido.

— Oh— dije con mis ojos aguados, estaba a punto de llorar fuerte—, es una niña— respondí  secando mis mejillas; sentía que perdía a mis padres para siempre—. ¿Solo era eso?

— Sí, pensábamos pasar un rato más platicando contigo, pero por lo que has dicho, no nos quieres acá y menos cerca tuyo— dijo en forma de despedida, dirigiéndose junto a mi madre a la puerta.

Algo en mi se removió, decía que no debía dejarlos ir, no así. Que debo contarles todo lo que me pasaba, al fin y al cabo, aunque una parte de mi quisiera negarlo profundamente, siguen siendo mis padres, las personas que me aman y me dieron la vida. Aún tengo tiempo, puedo arreglar las cosa, así que salí corriendo a buscarlos.

— ¡Mamá, papá!— ambos me observaron—. ¿P-pueden volver adentro?, hay cosas que... debo contarles.

— ¿Estás segura, hija?— pregunta mamá en tono preocupado mirando luego a mi padre, yo solo asentí y nos adentramos a casa.

Sé que ellos me quieren mi perdón, yo sólo necesitaba sacar de un tiro todo lo que tenía guardado y me agobiaba; los perdonaré.

La Hija de un Millonario Donde viven las historias. Descúbrelo ahora