Capítulo 31: Secuestrada

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Abrí los ojos poco a poco, me duele mucho la cabeza, siento algo de sangre seca en mi cara. Intento moverme, pero no puedo, estoy atada con cadenas. Miro a todos lados intentando reconocer dónde estaba, era un lugar oscuro solo se veía una vela a lo lejos y una silueta que me era conocida. Intenté moverme nuevamente, esa persona se va acercando poco a poco a mí, estaba enmascarado.

— Perra— me cacheteó, la mejilla comienza a arderme y una lágrima se me resbala.

— ¿Quién eres?— dgo en un hilo de voz tembloroso.

— ¡Solo cállate!— exclama tomándome de la mandíbula.

—¿Qué quieres de mí?— empiezo a llorar fuertemente.

— Ya lo verás— dice acercándose a mi rostro, tiene un olor desagradable y repugnante.

— Por favor, no me hagas nada— me da una cachetada más fuerte que la anterior haciendo que caiga al suelo.

— Tú te callas— me aprieta aún más las cadenas con las que me ató y me dejó sola en ese oscuro lugar.

Me recuesto en el suelo arenoso, lloraba más que nunca, no sé que tramará conmigo este tipo estoy segura que es el mismo de aquella noche, pero se me hacía demasiado familiar. Me tomó un rato tranquilizarme y me quedé dormida.

• • •

Siento el frío en mi cuerpo, empiezo a temblar sin cesar, confundida de lo que me pasaba; hasta verme toda cubierta de agua mientras me seguía echando más con un balde.

— Ya despierta— empieza a patearme las piernas.

— Déjame en paz— intento safarme de las cadenas, pero es imposible.

— Yo hago lo que se me pegue la gana, perra— continúa echandome agua en todo el cuerpo, estaba demasiado helada.

— ¡¿No tienes compasión por mi...?!

— ¿Por el bebé?— se echa a reír—. Pero si es mi primera víctima.

— No tienes el valor para hacerlo...

— ¿Ah no?— saca un cuchillo de un bolsito y lo pone sobre una mesa—. Y ahora, ¿qué dices?

Se va acercando más y más a mí, comenzó a desabrochar los botones de mi camiseta y él se desabrocha el pantalón.

— Haré lo que quice hacer desde hace tiempo— se da la vuelta y veo la paloma en su espalda, símbolo de The Eagle.

— Eres tú— no podía creer lo que estaba viendo.

— ¿Pensaste que no volvería?— se ríe—. ¿Creíste que con una estúpida baranda me ibas a alejar? Al contrario, siempre estuve tan cerca tuyo.

— ¿Qué quieres de mí? ¿Qué es lo que quieres de nosotras?— pregunté desesperada.

— Venganza— sigue forzajeandome.

— Pero, ¿Qué te he hecho?— más lágrimas empiezan a caer.

— Jugaste con mis sentimientos— no podía verle bien al rostro por la máscara, pero se notaba que estaba llorando.

— ¡¿Quién eres?!— todo quedó en silencio y ambos nos miramos fijamente.

De un momento a otro vi su mano y en ella un anillo, ese anillo... Juro que lo he visto antes, pero no puede ser, no él.

— Ryan— susurré su nombre temblando.

Él se quedó observandome y tomó su máscara, descubriendo totalmente su rostro.

— No... ¡No!— exclamé al ver su rostro, es él— ¡¿Por qué?!

 ¡No!— exclamé al ver su rostro, es él— ¡¿Por qué?!

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En parte del capítulo, Créditos a:
Gozzlie
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