Capítulo 25: Las Palomas

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Narra Adam:

Amber me había acusado de ser el responsable de entrar a su habitación e intentar hacerle daño. Jamás intentaría hacerle daño a nadie y mucho menos a Amber, es la chica de la que sigo enamorado. No sé que me pasa últimamente con ella intento mantenerme lo más alejado de ella, pero me es inevitable mirarla. Las demás chicas con las que he estado han sido fáciles de olvidar, pero Amber en mi vida ha echo demasiados cambios. Sé que no soy el chico que ella merece, ella ha cambiado bastante después de lo del bebé y eso.

Me levanté cerca de las 02:30 a.m., voy a ir a la base de The Eagle, tenía que descubrir quién intentó dañar a Amber, será muy difícil encontrarlo.

Cuando salgo de casa voy directo al auto y lo enciendo, pero antes de que pueda dar marcha hacia el lugar veo a Amber salir de la casa.

— Amber, ¿qué haces despierta a esta hora?— le pregunto saliendo del auto.

— No pude dormir, aún no me siento segura durmiendo ahí sola— me responde con cara trasnochada, se nota que no ha dormido en días—. Te vi salir de la casa, ¿a dónde se supone que vas a esta hora?

— Bueno, yo...

— ¿Vas con los de la banda?— asenti—. Iré.

— ¿Qué? Amber, puede ser peligroso para ti.

— Dije— Amber dio la vuelta y se subió al copiloto—, que Iré. Quieras o no.

— Está bien, como quieras.

— ¿A dónde vamos?— me pregunta ya de camino.

— A la zona abandonada de la ciudad, allí se encuentra la base de la banda, vamos a buscar algo de información sobre ese imbécil— le digo a lo que ella saca una diminuta sonrisa.

El camino para llegar a The Eagle era bastante largo, estaba muy retirado de donde vivíamos pero se lo prometí a Amber, moveré cielo y tierra con tal de que nadie más intente hacerle daño de nuevo a mi pequeña.

Luego de un par de unas cuántas horas, llegamos a aquel barrio, seguía igual que siempre, nunca habían cambios, aunque sí, la delincuencia había crecido y todo iba de mal a peor.

Iré a la oficina principal para hablar con el jefe. Hablar con él me servirá de mucha ayuda aunque por una parte lo dudo.

— Amber, por favor quédate en el auto, mantén todo cerrado, si alguien se acerca ignorales, si te hablan no les creas nada de lo que te digan, sólo espera a que vuelva— le advierto, se lo peligroso que es este sitio y no quiero que le pase nada.

— Está bien, te prometo que me portare bien, así que ve tranquilo— me contesta dándome la seguridad y la confianza de dejarla sola.

Avancé hacia aquel pequeño edificio gastado de donde salían y entraban varias personas, me coloqué la capucha de mi abrigo para que así no me reconocieran. Entro al lugar que no ha cambiado desde hace años, me acerqué a la pequeña recepción improvisada:

— Buenas noches— saludo al encargado de recepción—, necesito ver al jefe.

— No— me responde sin más.

— ¿Por qué no puedo? Soy su amigo desde hace años, necesito hablar con él sobre algo urgentemente— insisto.

— Ya le dije que no— vuelve a repetir la negación.

— ¡Ah, por favor!

— Hola, Adam— me interrumpe el jefe de la pandilla de las palomas, aquel llamado Águila—. Tenía ganas de verte desde hace mucho, pero ya veo que has sido tu el que ha venido; por favor, sigueme— señala hacia un pasillo.

Lo sigo hasta una puerta y tras de esta se encuentra su oficina, se sentó tras su escritorio y comenzó a fumar un habano, me observaba mientras exhalaba el humo por si nariz:

— Toma asiento— me señala una vieja silla a lo que yo niego.

— Prefiero estar parado, de todas formas no me quedaré por mucho— le contesto.

— A ver Adam, ¿qué vienes a buscar aquí? Luego de tu renuncia prometiste nunca volver con nosotros.

— Necesito tu ayuda para atrapar a alguien— empiezo a hablar—. Hace un par de días una persona entró a mi casa justo a la habitación de mi ex novia e intentó hacerle daño. Ella reconoció el tatuaje de la paloma en su espalda, por eso vine. Necesito saber quién fue el bastardo.

— Adam, sabes que son muchos los que pertenecen aquí. Pero te diré algo: Esa persona que buscas es alguien que te odia mucho y está más cerca de lo que te puedas imaginar. Esa persona sabe que amas aún a tu ex novia e intenta hacerte daño por donde más te duele, matando a tu bebé.

¿Bebé? ¿Cómo sabe él lo del bebé?

— ¿Cómo sabes lo del bebé?— pregunté, el sólo dio otra calada a su habano, dejando salir el humo lentamente.

— Esa persona me lo dijo, así que cuídate Adam y cuida a tus seres queridos.

— ¡Dime quién es de una buena vez!— exclamé, ya comenzaba a cabrearme, él sólo rió.

— No puedo revelar su identidad aunque quisiera. Sólo me habla por teléfono, su número no se puede rastrear. Es uno de los miembro más peligrosos que hemos tenido, Adam. Sólo te pido que tengas cuidado, amigo.

Asentí, no me llegaba a la cabeza nadie, pero tenía que hacer el esfuerzo y proteger a Amber.

— Adam— me llama el jefe sacandome de mis pensamientos—, vuelve con ella, sé que la dejaste afuera en el auto y sabes como son estos muchachos.

— Sí, gracias.

Me doy la vuelta y salgo rápido del lugar hasta llegar al auto. No estoy del todo bien, pero al ver a Amber sana y salva me sentí mucho mejor.

— ¿Pudiste averiguar algo?— me pregunta cuando subo al auto, su mirada está llena de esperanza.

— Sólo tenemos pistas— le digo a lo que se queda entristecida.

— ¿Nos servirá? ¿Qué te dijeron?

— Que esa persona es alguien que me odia mucho y está más cerca de nosostros de lo que crees.

— ¿Entonces por qué me atacó a mi si el problema es contigo?— preguntó molesta.

No debo decirle nada. Ni que el bebé corre peligro, así que me mantendré callado hasta descubrir quién es.

— No lo sé, Amber— le contesto—. ¿Quieres ir a desayunar conmigo? Podrías brindar con malteadas— le propongo.

— ¿Brindar por qué?— pregunta con brillos en sus ojos.

— Quiero brindar... por nuestro hijo— le sonrío.

— Es una niña, Adam— se empieza a burlar de mí.

— Bueno, brindemos por nuestra pequeña.

Volver a estar con Amber es lo que más deseo en estos momentos y esa pequeña que crece en su vientre es lo que nos une.

La Hija de un Millonario Donde viven las historias. Descúbrelo ahora