Cinco semanas después...
Paso la mano por mi panza, hoy se ha movido más que nunca, en ocasiones llegaban a dolerme sus estiramientos, siento como su cabecita empuja haciendo presión por debajo.
Me faltan solo dos semanas para cumplir los nueve meses, así que tarde o temprano esta niña estará a bordo. Me levanto de la cama y bajo a desayunar, noto que Adam está un poco raro y me atrevo a preguntarle que le pasaba.
— ¿Qué sucede?
— Ya es hora de que des a luz— responde incómodo.
— ¿Piensas que me quedaré con ella o qué?— bromeo.
— Quiero que me des a mi hija— dice poniendo ojitos de cachorro.
Habíamos decidido quedarnos en casa hasta que las contracciones se hicieran fuertes, empezaron anoche a eso de las 07:00 p.m. y fue algo difícil descansar con todo ese movimiento y presión en mi pelvis.
— Sabes que debes esperar a que ella quiera salir...— de repente siento una contracción que me hace soltar un leve quejido, habia aguantado las otras pero esta fue dolorosa— Creo que...— y otra más.
— Sujetate fuerte— no tenía casi fuerzas, sentía que me moriria.
— ¡Adam!— exclamé al sentir otra más fuerte.
— Tranquila, solo respira como practicamos— dijo besando mi frente.
Me llevó al auto y me puso en el asiento del copiloto ya que había puesto mi maleta hace un día en la parte de atrás. Subió y encendió el motor para ponernos en marcha.
— Espera un poco más, pequeña, por favor.
Esta situación me estaba poniendome algo sensible, Adam se mantenía tranquilo y calmado al volante, mientras que yo sólo pensaba en cosas absurdas. Tengo miedo, ¿y si nace en el auto? ¿Qué pasa si no llegamos al hospital a tiempo? ¿Nuestra Trixie estará bien? Miles de ideas pasan por mi cabeza haciendo que las lágrimas salgan.
— Amber, amor, ¿qué tienes?— pregunta Adam deteniendo el auto en rojo, sostuvo mi mano y posó la otra sobre mi vientre.
— Tengo miedo, Adam, no quiero perderla— sollozo.
— Mirame— dice elevando mi menton, sus ojos brillaban—. Ella estará bien y tu también, ¿comprendes? No las dejaré solas.
— Está bien.
Avanzamos hasta llegar al hospital materno, fuimos hasta recepción y me subieron a una camilla.
El proceso fue algo lento. Las enfermeras intentaban dejar a Adam afuera, pero este consiguió salirse con la suya, escapando de ellas y comportándose como un niño para quedarse a mi lado. Él aguantó los cambios de animos que conlleva el parto junto con insultos, alegria y ganas de llorar. Se quedó sujetando mi mano en todo momento aguantando los fuertes apretones que le daba mientras pujaba, creía que iba a romper su mano.
Claro que se llevó su trauma cuando el Doctor le dijo que podía ver al bebé coronando, le advertí que no lo hiciera.
— Sólo un poco más, Amber— dijo el Doctor dando animos—. Una vez mas. Uno, dos, tres...— pujé otra vez junto con otra contracción.
¡Adam, te quiero golpear en este momento!
Escuché un ligero quejido y luego llanto, miré a Adam cansada, ambos con lágrimas de alegría en los ojos. El Doctor y las enfermeras celebraron por el alumbramiento.
— Señorita, su pequeña— la enfermera levantó un poco mi bata y puso de inmediato su pequeño cuerpecito sobre mi pecho.
Pongo mis manos sobre ella acariciando su espalda tratando de calmar su llanto con arrullos, transmitiendole calor. Adam se sentó en un banquillo junto a mi, su rostro estaba cerca al mío y miraba con curiosidad a Trixie. La observo detenidamente y puedo jurar que tiene un gran parecido a su padre.
— Es hermosa— susurró poniendo un dedo sobre la palma rosadita, ella de inmediato lo apretó.
Luego de descansar por un rato, la amamanto como puedo con las indicaciones de la enfermera y esta se queda dormida por un largo tiempo dentro de una incubadora junto a la cama.
Recibimos la visita de nuestra gran familia: el Sr. O'brien, Jenny y Melly —que tenía una gran panzota—, mis padres acompañados de Dereck que trataba de impedir que alguno hiciera ruidos fuertes como buen tío. Todos la observan emocionados, la niña abre los ojos y se queda observando a tales personas.
— ¿Cómo está la niña de papi?— Adam intenta hacerle gracia, pero la niña sólo lo ignora y eso hirió un poco su orgullo de padre.
— Está hermosa, felicidades chicos. Ustedes si que pintan bien— ríe Jenny y se queda mirando a la nena.
• • •
Adam intenta cargar a la bebé, está haciendo el ridículo frente a las instrucciones de la enfermera, nisiquiera sabe cargarla bien y la niña salta a llorar, eso me hace reír un poco.
El inmediatamente para no provocarle algún daño la pone en su lugar, le quita el gorrito que llevaba puesto, su pelo azabache cae sobre su frente. Cada vez que la miro me parece aún más hermosa.
— Amber, ¿le puedo tomar una foto?— Adam vuelve hacer su gesto de cachorrito.
— Sí— Adam tomó su cámara y toma la fotografía; se queda mirándola por un buen rato.
— Bienvenida al mundo, princesa— le da un beso en la manita—. Trixie O'Brien Roose.
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La Hija de un Millonario
Teen FictionAmber Roose es una chica de diecisiete años con una familia de grandes privilegios, pero como toda joven que abusa de lo que tiene, los infortunios pueden interponerse en su camino.