Él se había quedado en shock. Su mirada me hizo pensar que no tenía nada que ver con lo que le había preguntando, pero tenía pruebas y eso me hizo dudar más.
— Adam, te hice una pregunta, ¿tú intentaste violarme?— le vuelvo a preguntar rompiendo el incómodo silencio que nos envolvía.
— ¿Cómo crees que yo haría algo así?— me pregunta queriendo hacerme entrar en razón de que no fue él.
— Adam, hay pruebas que me dicen que tienes algo que ver con lo que pasó aquella noche.
— A ver si te entiendo, Amber, ¿dices que yo te intenté violar por un simple tatuaje que tengo en la espalda que según tú aquel violador llevaba?
— No necesito que me entiendas, el que intentara comprender cuando lo sepa será tu padre— me volteo para dirigirme a donde estaba el padre de Adam, pero este me agarra por el brazo girandome hacia él.
— Amber, te juro que no tengo nada que ver con lo que sucedió. Por favor, creeme.
Aquel Adam delante de mi se veía diferente, al que yo había conocido hace años parecía nunca haber existido, este era más cuidadoso y últimamente había intentado mantenerse lo más alejado de mi, le creo, lo conozco lo suficiente, él no pudo ser.
— Demuestrame que no pudiste haber sido tu.
— Lo dices por la paloma, ¿verdad? Escuchame, no soy el único que tengo una paloma en el mismo lugar— aseguró.
— ¿Cómo sabes que hay más personas con el mismo tatuaje?— le pregunto confundida.
— Una vez estuve en una banda, se hacían llamar “The Eagle”. Cuando me inicié en esta aún era pequeña, pero una de las más poderosas entre los demás sectores de la ciudad comandados por otras bandas. Para poder entrar debías cumplir con varios requisitos y llevar la paloma en la espalda por obligación— me explica Adam tan rápidamente mientras yo solo intentaba entender lo que me decía paso por paso.
— Comprendo, entonces esa persona pertenece a esa banda y me atacó para poder entrar en ella, pero, ¿cómo podemos saber quién es? Nisiquiera puede ver su rostro.
— Será difícil saber quienes entran, Amber, ahora es una banda bastante grande.
— Adam, tenemos que tratar, investigar quién fue o sino esa persona intentará hacerme daño de nuevo por no haber terminado su tarea.
Debo admitir que tengo miedo.
— ¿Sucede algo aquí?— pregunta Ryan apareciendo de repente—. Amber, ¿este tipo intentó hacerte algo?— Ryan intentó avanzar hacia Adam para golpearlo.
— Ryan, por favor— le reclamo poniendome entre ambos haciendo que retroseda—. Adam solo platicaba conmigo como una persona normal.
— ¿Me estás diciendo que no soy normal?— empieza a decir sus preguntas estúpidas, es obvio que está molesto por algo y quiere descargarse con alguien.
— Deja de decir tonterías.
— ¿Es que no te das cuenta de que Amber ya está más que harta de ti?— le confirma Adam a Ryan, parecía que había leído mi mente.
— Si es así quiero que me lo diga ella, que salga de su boca, no de la tuya, maldito baboso— Ryan intenta darle un golpe a Adam, pero antes de que pueda hacerlo lo agarré del cuello haciendo que este suelte una exclamación de dolor.
Él se apartó de Adam y de mi unos pasos tocando su cuello.
— ¿Qué pasa Ryan? ¿Te lastimé o algo?— le pregunto asustada mientras me acercaba, vi una pequeña herida en su cuello—. ¿Y eso?
— Estoy bien, Amber, sólo me caí ayer cuando practicaba fútbol.
— ¿Prácticas fútbol?— le preguntamos Adam y yo.
— Sí, tengo poco practicando por eso no te había dicho, a parte no se muy bien.
Tengo la extraña sensación de que Ryan me podría estar mintiendo. Creo que Adam tiene razón, ya me estoy cansando de estas tontas situaciones con Ryan.
Hi, everybody!
Les quiero agradecer por leer mi novela. Ya hemos llegado a los 1K de lecturas y me siento muy feliz porque ustedes siguen fieles mi historia.
Gracias a todos.
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La Hija de un Millonario
Teen FictionAmber Roose es una chica de diecisiete años con una familia de grandes privilegios, pero como toda joven que abusa de lo que tiene, los infortunios pueden interponerse en su camino.