C A P Í T U L O 13

474 41 6
                                    



Evangeline.



Apoyo mis manos en mis rodillas, con mi último aliento. ¿Qué era esto? ¿Cómo es que algunos lo hacían todos los días? ¿De dónde sacaban que esto era entretenido?

-¡Vamos Evangeline, solo llevas cinco minutos! -grita mi entrenadora mientras me mira por arriba de unos papeles.

Boto un suspiro y me estiro. Observo a mis compañeras; corren sin problema como si el correr alrededor del campo de tenis fuera algo fácil. Ciertamente había olvidado el porqué estaba aquí, el esfuerzo había sido tan repentino para mi cuerpo que ya mis músculos pedían un descanso, a solo cinco minutos de comenzar la práctica.

-¡Evangeline, vamos que solo quedan quince minutos! -me alienta Peytton, la mayor entre todas nosotras. Muchos rumores decían que había repetido tres veces el mismo curso, pero eso era falso, Peytton había estados en varios cursos junto a mí solamente que en primaria tuvo que repetir dos veces un curso al no saber leer. Realmente era una gran jugadora y buena persona.

-¡Evangeline, sigue corriendo o te castigare con cinco minutos más! -otra vez grita la entrenadora. Estiro mis brazos y reprimiéndome a salirme del club en ese instante, comienzo a trotar dando unas delicadas pisadas de hormiga.

5,6,7,8 pisadas y vuelvo a caer rendida. Mi respiración es agitada y mis piernas arden. Los músculos se me contraen como si fuera un calambre, así que me siento en el suelo, estirándome.
La entrenadora se me acerca y se inca a mi lado. Niega con una expresión obvia en sus ojos.

-Te lo he dicho. ¿De verdad quieres estar en el club?

"No quiero".
-Sí -conteste segura.
-No te noto muy segura Evangeline. -Insistió mi rubia entrenadora.
-No es nada, mi cuerpo no estaba listo, eso es todo. -me excuse con una tierna sonrisa.

Me ayudo a levantarme y regrese con el entrenamiento. Descansaba cada cinco minutos, pero al final si pude terminar en pie con el calentamiento. Dos horas más de practicar saques y recibirlos (y yo tuve que aprender a tomar la raqueta, porque era la primera vez que tomaba una) fue necesario para terminar con la práctica del club.

Así fue por dos semanas, hasta que volví a recordar el porqué del que yo estuviese en el club. ¿Qué había sido de Niall? No lo había visto desde que lo obligue a ir al restaurante. Lo había olvidado por completo con esto del club de tenis y ahora era el momento en donde me afectaba su ausencia.

Al otro día llegué a clase de filosofía que compartía con Niall y Harry, pero de nuevo, el rubio no había llegado. Parecía como si alguien lo hubiese borrado y solo yo me acordase de él. Ni siquiera los profesores (que vivían dándole felicitaciones mediocres cada vez que sacaba buenas calificaciones) lo recordaban.
Observo al profesor con cierto recelo, se supone que él debería preguntarnos por él o tan solo mencionar su nombre en voz baja como si estuviera preocupado, pero ¿Por qué no lo hacía?

El timbre suena mientras mis ojos queman a mi profesor. Recojo mis cosas y espero por Harry en la puerta. Este se levanta lento, recoge sus cosas y camina hacia mí. En ese mismo espacio de tiempo el profesor parece recordar algo, levanta su mirada al salón y solo me ve a mí y a Harry. El más cercano es Harry, así que lo llama.

-Styles ¿Serías tan amable de entregarle esto a tu compañero Horan? -dice mostrando una gran cantidad de guías pasadas. -se me había olvidado que Niall estaba enfermo. Si quieres luego puedo recompensarte con puntos para tu prueba, pero yo no tengo tiempo para entrega...
-No se preocupe profesor. -lo interrumpe Harry. Este se gira en una fracción de segundo y me sonríe sospechoso dibujándosele una sonrisa traviesa en los labios. -encantado le llevaré esto a Niall -me giña un ojo y camina hasta mí. -¡Que tenga un buen día profesor!

Se me acerca y me sonríe con ese encanto que tanto identificaba a Harry cada vez que era culpable o sospechoso de algo. ¿Por qué me miraba de esa forma? Tenía mucha suerte al poder ir entregarle eso a Niall, aún no sabía porque la suerte no estaba de mi lado.

-No serás tonta... -murmura mientras aplasta las guías en mi pecho y las suelta. -¡toma y ve tú a entregárselas, atrasada!
-Pero el profesor dijo que -digo mientras miro a Harry con cierta preocupación.
-¿En serio te preocupas por lo que diga el profesor? -pregunta. Me mira serio y me toma de mi cuello. -vete ahora mismo si no quieres que yo las vaya a entregar.

Me suelta en la entrada de la escuela y se va como si nada. ¿Qué?
Harry hablaba en serio, ahora debía llevarle esas guías a su casa y yo ni siquiera sabía cómo empezar un tema de conversación. No podía tan solo entregárselas y salir corriendo, eso no era valiente.
Arreglo mi cabello y tomo con seguridad las guías. Ya estaba lista psicológicamente, ahora nada podría impedirme hablar con él.
Voy hasta las bicicletas y como ya se estaba haciendo rutina, Liam no estaba ahí esperándome. Desde que había comenzado a irse con una chica, mi hermano parecía haberse olvidado de su hermana.
Tomo el manubrio con fuerza y de un impulso me subo a esta. Los pedales se me hacen un poco pesados sin Liam atrás, pero yo era fuerte, nada podía conmigo, bueno, a excepción de Niall que sabía cómo retarme a conquistarlo. Un caso extraño, o tal vez común, pero mientras más me ignoraba, más me gustaba.

Las manos parecían sudarme más y mi corazón, a más cerca, más palpitaba. Las calles se hacían largas. Los pedales más pesados, y el asiento más incómodo, pero yo seguía adelante, pensando en que sería de mí al llegar al frente de esa puerta. ¿Qué sería de mí al verlo salir?

Y de pronto, ya estoy afuera de su casa, parada al frente de su puerta, con la mano temblando a punto de golpear. El estómago pareciese querer matarme de los nervios, pero golpeo. No sé cómo logro hacerlo, pero lo hago.
La bicicleta está a un lado mío, y las guías tienen vida por mis manos temblorosas.
Y él abre.
Lleva puesta una larga camiseta negra de pokemon y su cabello, como nunca, esta desordenado. Se ve cansado, evidencia son esas bolsas bajos sus ojos, la nariz la tiene rojiza, al igual que sus coloradas mejillas. En ese instante solo quería besarlo, pero no podía, podría matarlo con lo débil que estaba.
-¿Qué haces aquí? -dice apoyando su brazo en el marco de la puerta mientras me miraba de brazos cruzados.
-y-yo solo vengo a traerte estas guías. Son para que estudies.

Me mira con sus cejas alzadas, pero recibe las hojas sin ningún problema.
Parecía un pequeño bebé cuando recién aprende a caminar, no podía mantenerse en una sola posición y me preocupaba.
-¿Estás bien Niall? -pregunto extendiéndole mi mano como apoyo.
Niega con la cabeza y se mete a la casa.
-Estoy perfe... -antes de siquiera terminar la frase, el rubio pierde el equilibrio. Mis manos logran sujetarlo antes de que su cabeza toque el piso, pero ya no había nada que hacer. Estaba desmayado.

_______________________________________

se que ha sido mucho tiempo, y realmente lo lamento, pero su escritora estaba seca hasta el alma. jeje

Bueno, espero me perdonen y disfruten el capítulo (sé que esta corto, pero el próximo estará lleno de emoción y romance ;)

Paloma+LoveAndPeace


"En tres pasos" (N.H)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora