C a p í t u l o 19.
Es un sentimiento de paz que brota desde mi pecho, me acoge y acaricia, mientras sus brazos me envuelven tal rama de un sauce. Seguiría pensando que esto era un mero sueño, que las manillas de mi despertador llegarían a la hora indicada, que vibraría con estruendo haciéndome cruzar la línea de la realidad, pero sus dedos me tocaron. Fríos. Acariciando mi rostro, ingenuos.
Temblaba.
Pero llenándose de fuerza interna, levantó de mi mentón haciéndome mirarle y bañarme en ese cielo celestino que tanta admiraba. Me veía de forma suplicante y tímida. Yo de verdad me estaba reflejando en sus ojos... ¿era yo en sus pupilas?
Ahora lo notaba; empapado en lluvia, sin paraguas con el que cubrirse, había llegado a mi casa, desesperado.
Dios, universo, espacio..., si esto es un sueño, déjame irme en este y morir con este sentimiento de felicidad.
Lo apreté más fuerte en mis brazos, bañándome en su aroma a páginas de libro, ese aroma tan fresco como lo nuevo. Reclamaba en ese abrazo, al mundo por ese hombre que no podía alejar de mi mente. Reclama por el hombre que me acogía en sus brazos. "Yo cuidare de él hasta mi muerte" aseguré sin dudar en mi cabeza. "Seré tu fiel compañera" volví a decirle en mi cabeza escondiendo mis ardientes mejillas en su pecho.
—Déjame amarte. —susurre cerca de su corazón con la mínima esperanza de que las palabras se convirtieran en algo que él sintiera.
—Creo que necesitamos una explicación. —interrumpió mi padre por detrás de mí espalda.
Niall, apartándose de mí, observo a mi mamá (sí, sí, él era el activo, todos en mi casa ya lo sabíamos). Cayendo en la cuenta de que estaban ellos presentes sus mejillas parecieron calentarse como una tetera y, para ocultarlo, miro hacia el suelo. Escondió estas en sus brazos y miro a Calvin. Respiro profundo y avanzó unos pasos para estar más cerca de mi padre.
—Y-yo les explicaré todo. —avisó moviendo sus manos, nerviosas.
Calvin pestañeó, bocabierto
Oh papá, yo también lo estoy.
—Cl-claro, tomen asiento. Me contarás mientras los curo.
Asentimos. En silencio los dos caminamos hasta el living. No sé cómo sucedió, pero Niall quedó entre José y Liam y yo sola, a una larga distancia del rubio.
Papá fue por el botiquín mientras mi hermano y padre observaban al delgado con miradas que te quemarían hasta el alma. Sí, seguramente llevaban una pésima idea en la cabeza. Violación y maltrato eran una de ellas.
—Me recuerdas ¿No cierto pequeño? —Preguntó José cruzándose de brazos y enarcando una ceja mientras acercaba su vista a los celestinos del rubio.
—Cl-claro señor, usted es dueño del Puledor.
—Sí. — contestó mi padre con seguridad. —mi especialidad son las carnes, las corto tan finamente que como criminal sería perfecto.
—E-eso debe ser una gran hazaña, mi padre también cortaba carne, pero... jeje, es gracioso, porque él era doctor.
—¿¡Que tratas de decir José?! —grito Calvin llegando con el maletín.
—Estaba diciendo que sería un gran criminal. —Acusó Elena sin ningún tono de remordimiento.
— ¡¿Eh...?! ¿Así que eso quiere ser ahora el rey de los mayas?
— ¡Elena, la boca se mantiene cerrada! —se quejó José.
—Soy libre de hablar las cosas que quiera señor. —Elena levantó los hombros, inocente.
—Tú y tus ideas liberales...bien, cambiando de tema, dejemos que el pequeño suelte la lengua.
—Pero primero. —interrumpí esta vez. —tengo tanta hambre papá, ¿por qué no me traes alguna manzana?
— ¿Tengo que ser yo?
— ¿Se lo pregunté a alguien más?
—Lo haré solo porque estás herida jovencita.
—Ese es el padre del año, señores.
José se levantó perezosamente a la cocina, reí mientras camine hasta su lugar y quede al costado de Niall. Yo sabía muy bien lo que era estar hablando con mi familia, y para Niall, quien era una persona tímida y callada, sería el doble peor.
-—Aquí esta tú ¡¿Ehh?! ¿Qué haces sentada en mi lugar?
—Gracias por la manzana papá, Niall puedes comenzar.
Ignore a mi padre, sin reclamar ya nada, se sentó en el lugar en el que estaba. Muy alejado de Niall y yo.
—E-está bien, bueno. Era la última clase del día y como suponemos todos, los alumnos nos ponemos más desordenados cuando el sol llega a un cierto nivel, en esta ocasión..., bueno, me golpearon y pegaron un chicle en mi pelo. Jeje..., no niego que fue algo humillante, pero estoy tan acostumbrado a estas cosas que solamente con sacármelo estaría todo como antes, pero Evangeline no pensó lo mismo, así que golpeo al chico que me había pegado el chicle.
—¿¡Evangeline?! —exclamaron todos mirándome con los ojos bien abiertos.
—Sí. —admití sonriente mientras arrugaba la comisura de mis ojos.
—Creo que no dejaré que me acompañes más a los campeonatos.
—¡Oh Liam!
—Ya lo decidí.
—¡Liam, no le hagas esto a tu hermanita!
—Tú eres la mayor.
—Cuando al burro le da la gana...
— ¡¿Qué dijiste?! ¡Bruja de pantano!
— ¡Gusano de estiércol!
— ¿Ah? ¡Rana podrida!
— ¿A sí? ¡Vengase, vengase, te voy a partir los hue...!
—Evangeline... Liam, ¡SE SIENTAN DE UNA VEZ! —Grito Calvin.
Lamentable, la patrona había hablado. Tomamos asientos calientes por querer una pelea.
—Niall, puedes seguir.
—Bien... —Niall me observo algo inseguro. Lo mire sonriente, siéntete con todas las fuerzas para seguir Niall. —los tres fuimos a dirección y el matón amenazó a Evangeline. Su hija estaba corriendo un grave peligro... y debo admitir que no soy fuerte, lo sé y ustedes también, así que espere a que saliera de detención para poder defenderla del muchacho. Esperé debajo de la lluvia, pero antes de que me diera cuenta, ya le estaba pegando...
—¿Cómo se llama? ¿Dónde vive? ¡Le voy a romper los hue..!
—Papá... —lo calmamos junto a Liam.
—Y traté. De verdad traté señores..., pero al parecer nací siendo un fracaso como hombre, porque al primer golpe caí al suelo. Evangeline siguió en pie hasta el final con una fuerza inquebrantable, pero... después de que se fuera, la escuché llorar. Señor, señor. —llamó mirando a mis dos padres con una expresión seria en su rostro. —jamás quiero volver a oír a su hija llorar, ella es fuerte y así la veré. Así es Evangeline... —río irónico— y recién me acabo de dar cuenta de eso. Ella me dijo algo tan importante y único que... me desesperé creyendo no ser el indicado para oírlo y la... la herí profundamente.
—¿Qué te dijo? —preguntó José.
—Ella se...
—¡Listo! —Salvó mi orgullo Calvin. —ya están curados.
Un suspiro de alivio se escapó de mis labios. ¿En verdad les iba a contar todo? No, no, no, pero que vergüenza. Y mucho más por José que se burlaría hasta su muerte. Agarré de la mano de Niall y me levanté de un impulso. Este me miro extrañado, pero de un segundo a otro, por primera vez, me sonrió.-—Yo, esto... iré a dejar a Niall, ya vuelvo.
Lo arrastré hasta afuera de mi casa y lo solté cuando la puerta ya estaba cerrada.
Nos quedamos parados, sin avanzar ni retroceder. Solo, presentes.
—Estaba preocupado tonta. N-no vuelvas hacer eso.
Levanté mis ojos a él... tenía la mirada perdida en un punto invisible del cielo. No lo era, Niall no era pequeño, tenía una gran luz que lo envolvía.
—Lo siento. —reí.
—No es gracioso Evangeline, estaba preocu... tsh, nada.
Dio media vuelta y comenzó a caminar. Fui tras él en el primer segundo, con una felicidad envolviendo mi pecho. Wow, parecía una felicidad del porte del sol.
Cinco casas más caminando, nos detuvimos.
Tenía tan claro que el palpitar de mi corazón era por él como que el sol no salía de noche.
Por el maldito marginado.
—Solo quiero saber algo.
— ¿Qué cosa? —preguntó de espaldas a mí.
— ¿Qué hiciste después de que me fui?
—Sentir mi verdadera soledad. —Admitió en una risilla.
Mis ojos se abrieron de par en par... la distancia que había lo rompí corriendo a su espalda. Abrazándolo con todo.
—No, No lo estás, no lo estarás más. —exclamé en su espalda tragándome las lágrimas que peleaban por salir.
—Lo sé. Te tengo a ti.
Silencio.
El ambiente desapareciendo.
Mi corazón llenándose de sentimientos frescos y cálidos.
Eres tú, eres tú la única razón de porqué estoy tan locamente enamorada. Solamente eres tú y tu existencia en mi mundo.
—Evangeline...
—Solo déjame estar un momento más así...
Tragarme mis lágrimas y ser fuerte, eso debía repetírmelo siempre. Esa es la verdadera yo. Una chica feliz.
— ¿Niall?
Los dos miramos la puerta de su casa. Una mujer de cabello corto hasta el mentón nos miraba, hasta que descubrió la situación y con una sonrisa nerviosa, se disculpó.
—Lo siento, lo siento... yo, después eh... creo que. jé, ya me entro. —cerró la puerta.
—¿Mamá? —se preguntó Niall.
Lo solté de mis brazos y me miró.
—Mi madre... ella..., ella nunca viene.
—Si es así es mejor que ya entres.
—Sí...
Me miro desde su altura, y yo desde abajo. Parecía llenarme de sentimientos en todos los momentos.
— ¡Niall, tus lentes!—Exclamé al darme cuenta de lo que había perdido.
—Los guarde Evangeline... estaba lloviendo.
—oh... verdad. —reí avergonzada.
—Serás tonta...
Y sin darnos cuenta, sus manos sujetaban mis caderas y las mías rodeaban su cuello. La sangre subió con tanta velocidad a mis mejillas que no pude evitar separarme de él y esconderlas entre mis manos. Demonios.
—Cre-creo que me ya me voy.
—S-sí... adiós.
—Adiós.
Girándome, empecé a caminar hasta mi casa. Feliz. De pronto, sentía esa lejanía entre él y yo, derritiéndose como el hielo en el verano.
No podía estar más feliz.
No sé porque, pero en Wattpad los capítulos se me hacen más cortos. Uf, pedo. Bueno, sé que pasó una semana, pero esto y esto otro no me dejó seguirla. Espero les haya gustado el capítulo y, nada, eso.
Ya no espero sus comentarios marditas xdd
Buenas noches, feliz navidad y quien sabe, hasta feliz año nuevo. las quiero.
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"En tres pasos" (N.H)
Humor"En tres pasos" La soñadora Evangeline creía que en solo tres pasos podría enamorar al chico que más añoraba en sus años de escuela. ¿Acaso alguna vez podría tener las agallas de poder hablarle al pobre marginado? Una chica soñadora, extraña y dive...