C A P Í T U L O 30.

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NIALL.

El libro de biología estaba más alto desde donde lo había visto. Avergonzado tuve que subir dos escalones de una pequeña escalera para poder sacar el jodido libro, y en silencio seguí caminando, evitando las miradas de los pocos que quedaban en la biblioteca.
Acudí a la bibliotecaria entregando mi número de estudiante y el grado en el que estaba, para seguidamente verla timbrar la fecha de devolución en la parte trasera de la última tapa.
—Hubiese traído paraguas... —Comentó en un momento en el que sus ojos divagaron por la ventana.

Mis ojos también observaron a través del vidrio, desesperados.

Llovía de una manera torrencial. Cómo si el cielo hubiese guardado suficientemente agua para volver a presenciar un diluvio.

¡Mierda, estaba lloviendo!
Mi corazón volvía a tomar vida, excitado por lo que le esperaba. Todos mis músculos sabían que debía ir por ella, llegar y abrazarla con todas las fuerzas del mundo.

Quién hubiera pensado que le dejaría a la madre naturaleza mi libertad amorosa.

Con agiles movimientos tomé el libro, mi bolsa y salí de la biblioteca. Corrí por los pasillos de la escuela hasta el campus y seguí corriendo. Increíblemente se me hacía largo y eterno el camino. Hasta que a lo lejos, borrosamente por la lluvia y las gotas incrustadas en mis lentes la pude ver.

Oh mi dios
Era ella parada en el lugar al que me dirigía, con sus hilos castaños enredados en sí mismos. Empapada. Pero con una postura firme y segura.

Corrí más fuerte sintiendo como mi corazón casi de detenía de un paro cardiaco por lo agitado que estaba. Y me detuve. Muy cerca de su espacio, pero alejado de su alborotado corazón. Seguramente si estuviese más cerca, el sonido de nuestros corazones se haría uno, pero por la seguridad de ella y lo poco que me quedaba de cordura al verla así, decidí estar alejado. Cuidándola de mis impulsos.

Bella, bella, bella. Bella la muchacha que me buscaba entre la lluvia solo por tener el corazón cegado de un amor puro. Y me encantaba, porque ella sola podía venir en busca mío, pero también podía rescatarla de la lluvia. Su independencia la hacía tan extremadamente mujer, que me maravillaba.

—En pijamas. —Articule sin sentido sin poder despegar un ojo de ella, y su sencilla exquisitez.

Se observó a sí misma, como si no se hubiese percatado de su estado y se rio. Palmo su holgado buzo gris y su sudadera negra y volvió a reír con ganas.
—También tengo pantuflas de Stich. —Se burló de ella misma.

Cosa que al estar cerca de ella, se sentía como la escena más tierna y dulce que alguien podría presenciar. ¿Es que acaso una chica tan única podía existir?

¿Cómo es que ella, al ser tan sencilla y radiante, no podía ser un ángel?
—Salí corriendo de casa inmediatamente después de escuchar la lluvia, así que fui a tu casa y me... me dijeron que estabas acá, por eso Niall yo...—Comenzó a hablar ella.
—Te amo Evangeline.

Sus ojos me miraron, helados. Su respiración, se iba. Sus manos, temblaban.
Avancé un paso.
—Y no es la lluvia la que me hace decirlo, eres tú, siendo tú, enamorándome tú, tú ¡Tú!

Me acerqué bruscamente, y la tomé por los hombros.
Me sentía tan extasiado que no podía evitar emocionarme en mis movimientos, pero debía hacer que lo notara, que supiera que mi corazón estaba latiendo por su presencia, por su cercanía, porque la amaba.

—Esta agonía me tiene en un profundo universo en el que no sé nada y que todo me parece tan utópico, que... santo cielo ¡te amo Evangeline! ¿Qué me has dado, que me has hecho? ¿Qué más puede ser todo lo que estoy sintiendo que las enredaderas del amor? ¡Y digo amor Evangeline, porque ese es el dulce que me has dado de probar en la vida!
—Niall, detente.
—No puedo hacerlo, no puedo. Quiero dejarlo escapar. Me asusta, me agrada, me llena, me deja. ¿Es tan problemático esto llamado amor?

Vuelvo a quedarme en silencio y retrocedo.
¿Cómo podía ser la lluvia tan refrescante?

pff... ¡JaJaJaJa! —Volvió a reír Evangeline.

¿Por qué se carcajeaba en un momento así?
Si la hubiese conocido hace una semana, esa pregunta no podrí haberla contestado, aunque leyera el libro más científico de todos.
Pero ahora lo sabía.

Reía por la felicidad. Por lo viva que se sentía en este momento. Y por todo el amor que brotaba por sus venas.
Reía porque podía hacerlo.

Entonces... lo sentí. Las ganas de sonreírle al cielo aunque estuviera gris, sentí tan profundamente dentro de mí aquellas ganas de reírte con la vida.
Era el éxtasis de la vida drogando por primera vez mi cabeza.

Y era el sentimiento más refrescante que jamás hube sentido.

—También te amo Niall —dulcemente expresó Evangeline extendiendo su mano.

Conteste el gesto resguardando su fría piel en mi mano y la atraje hasta mí, abrazándola con fuerza. Oliendo su perfume primaveral y levantándola centímetros del suelo. Porque la quería solo para mí.
—Niall —Carcajeó— me-me estás ¡oh dios, ahora si me estas ahogando! Suel- suelta ¡suelta Niall!
—Lo siento —me disculpe dejándola en el suelo y tomando su rostro.

Apegué mis labios a los de ella, refrescando aún más el sentimiento, pero esta vez, haciéndolo más mutuo y compartido. Sentía el tacto del agua combinándose en nuestro beso, pero lo que más sentía era su sonrisa al mover mis labios para sentirlos lo más cercanos a los de ella.
¿Es que acaso esa sonrisa nunca se iba?

—Has mejorado —Alagó con las mejillas a tope.
—Debía hacerlo, después de tener a una mujercilla que no dejaba de besarme.
—Es inevitable hacerlo, rubio. —Dijo para inmediatamente depositar un repentino beso en mis labios. — ¡Me encanta!

Tomé de su mano y la acerqué.
—Entonces Evangeline, ¿prometes querer casarte conmigo, teniendo como testigo esta escuela y por lo que veo, a tu bicicleta roja?
Volvió a reír, pero esta vez, fueron los nervios que la perjudicaron.
— ¡Acepto bakaNiall!
— ¿Qué con ese sobrenombre?
—He estado viendo anime y es muy inevitable que se me pegue esto, ¡Pero eso no importa! Desde ahora, esperare cada segundo para que llegue el momento en que...ya sabes, no-nos...
—Este será nuestro pacto.
— ¿Qué quieres decir? —preguntó.

Volví a meditar las circunstancias. Los dos sabíamos que esto era solo para confirmar nuestros sentimientos y prometerlo eterno, pero necesitaba algo aún más fuerte.
—Quiero decir, que desde este momento esperaremos a el tiempo para que en algún lugar del mundo nuestras palabras se vuelvan a repetir (y teniendo la mayoría de edad) podamos cumplir con unos verdaderos votos. Pero (ahora viene lo del pacto) juraremos esperarnos por siempre.
—hablas de la universidad ¿no?

Asentí.
—Lo entiendo Niall, y te apoyaré —levantó su dedo meñique y lo entrelazó con el mío— y prometo siempre esperar pacientemente por ti.
—Y yo prometo hacer que el tiempo se haga mucho más corto para que podamos estar juntos.

Levantamos los meñiques en medio de la lluvia.
—lo juro —pronunciamos al unísono.
—Qué vergüenza, ya me he dejado influenciar por ti, idiota. —exclame sacándome las gafas e intentando fallidamente limpiarlas.
—Vergüenza yo, que estoy en pijama.

La miré, me sonrió y le tomé la mano.
—Vamos a mi casa.
— ¡Bravo!
—Supongo que trajiste un paraguas.
— Demonios, lo olvide.
— Iremos a la tuya, prefiero dejarte inmediatamente ahí y que no me culpen por tu resfriado.
— ¡Maldito traidor!
—Maldita la que me enamoró.



 — ¡Maldito traidor! —Maldita la que me enamoró

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Imagen sexy por ahí.

ahora, 

NOTA DE AUTOR:

No, no es el final. Supongo que han notado ya lo que se viene "supongo" que lo han notado.

Y una pregunta: ¿que tal creen que va la historia?

les gustaría unirse a un grupo de wsp?
es que quiero rollear y necesito people o si tienen uno en el que puedan agregarme?

(mendigando roll) sdlajsdlka

un saluitoo

chau <3

&quot;En tres pasos&quot; (N.H)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora