C A P Í T U L O 24.

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C a p í t u l o 24.


Invierno. Como la primera vez que lo había conocido. Le gustaba. Mucho. Recordar el revoloteo que sopló en su pecho, haciéndole sentir el viento de ese amorío que ahora, ahí, sentía que sería eterno.

-Evangeline, ¿me estás escuchando? -llamó Elena sentada frente a la castaña.
-Lo siento, estaba pensando. -respondió la eludida.

Quitó la mirada de la ventana que daba al pasto bañado en una leve nieve y miró directamente a Elena. Se embarcó en unos profundos ojos verdes que la miraban con irritación.
-Pensando en Niall, supongo. -Acusó la peliazul esquivando la mirada de su amiga. Observo a sus compañeros. Unos idiotas que debía soportar cinco días de un infierno de siete. Excelente.
-Y haz dado en el clavo, como siempre. -respondió Evangeline, sonriendo con pena.
- ¿Recuerdas cuando éramos las lesbianas de la escuela? -rio pensativa Elena, mirando el techo blanco del salón.
- ¿Y eso a que va? -replicó Eva.
-Ha que hemos cambiado mucho en estos tres años.
Elena volvió su verde mirar a Evangeline.
-El madurar, el encontrarse a uno mismo lleva a cambios. Nosotras solo estamos buscándonos.
Evangeline dicho eso, cruzó sus brazos en la mesa y recostó su cabeza. Cerrando los ojos y envolviéndose en el bullicio del salón.

-Louis.
- ¿Qué? -respondió Evangeline sin abrir los ojos. Pero con un tono confundido, esperando a que su amiga repitiera lo que trataba de decir.
-Louis es quien me gusta.

La castaña se levantó repentinamente, golpeando sus palmas en la mesa y mirando con tanta sorpresa a su amiga, que esta, por instinto, retrocedió su cuerpo unos centímetros.

- ¿Qué es lo que acaba de salir de tu boca?
Elena soltó un bufido. Se cruzó de brazos y recogió en la silla.
- ¿Crees que esto es fácil para mí? He vivido casi toda mi estúpida vida creyendo que los hombres no eran unos seres que debían ser amados, creía que eran unos seres solo para burlarte, disfrutar algo pequeño ¡Nada más!
- Y apareció Louis ¿no?

La peliazul tapo su rostro con las palmas de sus manos, y asintió.
-Oh tonta, no debes cuestionarte tanto lo que sucede en tu cabeza. ¿Qué tiene si es un chico o una chica? El amor no tiene género, ni edad, ni distancia, solo... dos sentimientos que te hacen feliz.

Elena abrazo sus piernas y escondió su rostro entre ellas.
-Pero tengo miedo.

Evangeline escucho esas palabras como un eco en sus oídos. Claro que tiene miedo, pensó Evangeline. Su padre la violó hasta los catorce y aún sigue viviendo con él en la misma casa. ¿Quién no odiaría a los hombres en su posición?

-No todas las personas son iguales, Elena. -Aconsejó Evangeline sintiendo angustia muy dentro de su pecho.

Era un consejo pasado, hasta chiclé, pero no estaba pensando mucho. La angustiaba, apenaba y enrabiaba el imaginar el sufrimiento y humillación que un hombre hizo en su amiga. Un solo hombre que hizo que la vida de una mujer cambiara su forma de amar. Una maldita persona.

Elena levantó sus ojos hasta la pecosa y tomándose un instante para observarla, sonrío de la nada. Acercó su mano a la de ella y la acaricio con delicadeza.
-Eso ya pasó Evangeline, el ahora es Louis.

Evangeline bajo la mirada a sus manos. Sonrío también. Con un poco de desesperación se aferró a la cabeza de su amiga y la abrazó con fuerza.
-Jamás creí que escucharía decirte que te gusta un chico... y Louis, menos. -Río.
-Pero aquí está el tema, revolviéndose como chicle entre nuestras lenguas.
- ¿Y qué pasa entre ustedes?
-No tengo el valor suficiente de aceptar mi amor -pronunció asqueada la muchacha.
-Sí ya me lo contaste es porque...
-Sí Evangeline, lo acepté. Pero no sé cómo decirle esto.

La pecosa río en una idea rápida y traviesa.
- ¿Y qué tal si les creo algún ambiente?
Elena rodó los ojos.
- ¿Qué tratas de decir?

Evangeline volvió a sentarse. Más cómoda de lo que antes estaba, se recostó en el apoyo de la silla y miró a la ojiverde con picardía.
- Vayamos a la feria este viernes.

Fue en ese momento en el que Elena se levantó de golpe, molesta.
- ¿¡Quieres que me declare en una feria!? ¿¡Por qué no elijes algo más fresa!?
Evangeline rio.
-No es algo fresa. Tienes que verlo como una oportunidad.
- ¡Cómo no lo noté antes! Ahora le veo el asunto a toda tu ideíta. ¡Quieres llevar a Niall a la feria y necesitas una excusa para que él acepte!
- ¡P-Pero que dices!
- ¡Evangeline Wright! -grito Elena, indignada. - ¡esto me suena a un complot!

La castaña miro a Elena en silencio.
-tres, dos..., uno.
- ¡Lo necesito Elena, lo necesito! Ayer le invite a un acuario, me rechazó porque dijo que necesitaba estudiar, hoy le pregunté si podía estar en el almuerzo conmigo ¡Y me dijo que iría a la biblioteca con el puto de Louis!
-No le veo la necesidad de que trates así a Louis.
- ¡Y lo peor de todo Elena, es que la última vez que intenté besarle, nos dimos un cabezazo que hasta dios pudo sentirlo! Dime, dime que me ayudarás con esto. Mi relación con él no parece avanzar desde que cenamos con mis padres y... y quiero más de él.
-Veo que ya no me estás escuchando.
- ¿Está mal querer besarle todo el día? ¿Está mal querer tocar su cara, su piel? ¡Soy mujer pero tampoco soy un ancla para resistir mis instintos carnales, por dios! ¡NOS HEMOS BESADO UNA VEZ!

-¡EVANGELINE, CALLATE DE UNA PUTA VEZ! -Gritó un compañero de clase que dormía.

Evangeline le miró.
-Lo-Lo siento. -se disculpó, sonrojándose.
-Yo opinó que deberían tener una cita doble. -habló esta vez otro chico, pero desde el otro extremo de la clase.
-No, no. Evangeline debe ya poner algo de dures en Niall. Besarle de sorpresa, tomarle la mano, ir con él a la biblioteca. Ponerte presente en su rutina. -opinó una chica, algo más cerca.
-Y Elena debe confesarse en la feria... eso es muy romántico, hasta para un hombre. -opinó el mismo chico que había cayado a Evangeline.
-Siiii... -apoyó toda la clase.
- ¿Qué mier...? ¿¡Cómo se enteraron de esto, eh!? ¡Chismosos! -se quejó Elena.
-No hablan muy bajo. -respondió uno de la clase volviendo a lo que hacían.


Elena gritó, molesta.
-¡Esta bien, iremos el viernes! Pero no participaré en tu asquerosa cita con Niall.
- ¿En serio? -preguntó Evangeline, emocionada.
-Sí.
-Gracias. ¡Iremos a la feria! -celebro Evangeline.

Sí, celebró con toda la clase.
















No saben cuanto me costo hacer esa miserable imagen, por dios

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No saben cuanto me costo hacer esa miserable imagen, por dios. esta resumido el capítulo.

Los compañeros celebrando por Ev, Elena en el fondo con su problema y sus ojasos. Esos mensos ojasos. Elena y Louis en una esquina. y Evangeline avergonzada por decir todas esas cosas delante de su clase saldjas jeje.

espero vean la imagen.


las quiero.

y estuve fuera dos semanas y he vuelto con este capitulo amistoso entre Evangeline y Elena. Espero lo disfruten y el próximo capitulo se vienen fuertes confesiones. por parte de los dos.

skdlajsdlka ya, me dejo.


nos leemos. bye


"En tres pasos" (N.H)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora