C A P Í T U L O 23.

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Cuatro años antes del accidente con la bicicleta.




"hace frío hoy".

Pensó aburridamente Evangeline, mientras que con los ojos perdidos en la ventana, observaba el caer de la nieve. Las calles blancas le daban un especie de sentimiento frio y desolado.
Cerró los ojos y recordó los acordes de la última canción que había escuchado.
"Está en tus manos el hacer tu propia suerte, el vivir tu propia vida, estás despierto".

Despierto, pensó.
Agarró con fuerza el paño de sus manos y con algo de rabia limpio la mesa. ¿Despierto a una realidad? ¿Despierto a la miseria? ¿Despierto?

El corazón de Evangeline se encogía en rabia. Había sido la primera vez de un pequeño corazón ingenuo. Sus palabras habían salido inocentes de su boca, con sinceridad, con verdadero cariño, pero no lo entendía.
¿No podían aceptar su amor?
Podía mirarle a la cara fuera cuanto fuese, pero su corazón se refugiaba más en su piel al mirarle. ¿Por qué ahora sentía vergüenza de que él la escuchara hablar?

-Evangeline. -llamó él, con ese tono seguro que se burlaba de ella.
"Lo que sientes no es amor por mí".
- ¡Hey, Evangeline! -volvió a insistir.
"Lo que sientes es curiosidad por experimentar el fresco sentimiento del amor".

-Ya voy Jace. -contestó sin mirarle.

Fuera o no fuera un amor verdadero, estaba apenada.
¿Cuándo sería entonces?
¿Cuándo le golpearía un verdadero amor?
¿Qué sentiría al verle?
-Necesito que limpies esa mesa. Llegaron los clientes que la reservaron pero no tuve tiempo de asearla. Por favor.

Evangeline miro a Jace a los ojos. La apenaba que la siguieran viendo de la misma forma. Eran tan cálidos y comprensivos al hacerlo. Era tan doloroso.
-Yo lo haré, no te preocupes.

Acepto no por querer hacerlo, si no, solamente para poder alejarse un poco más tiempo de él.
Secó sus manos en el delantal blanco que llevaba encima y caminó suspirando seguidamente hasta llegar. Era una pérdida de tiempo seguir pensando en el rechazo.

En el pecho de la chica nacía un invierno; los animales dormían, corría un viento frío, sus flores se marchitaban.

-Es ahí. -señaló Jace.
-Gracias joven -agradeció una mujer.

Los ojos de la muchacha viajaron desde su trabajo hasta las personas que ya llegaban.
Y su cabeza se llenó de una primavera.
Un aroma dulce, la vida naciendo, el viento fresco, las flores... floreciendo.
Su corazón latiendo galopante, su aliento desapareciendo, su mente quedando tan blanca con solo la imagen de un ser presente en ella.

Se preguntaba sin dejar de mirarle por ese ser que le parecía único.

Su expresión seria mientras miraba a su madre, pero sin saber cómo, se sentía el amor que tenía por ella. La blancura que pintaba su piel y lo que más la hacía sentir despierta eran esos celestinos ojos llenos de un cielo despejado.

-Siéntense, en unos minutos su pedido estará listo. Evangeline ve a la caja mientras yo trabajo aquí.

Pasos que no sentía. Solo, se movió.

Y no podía dejar de mirarle. Sus gestos, sus movimientos, su presencia.
¿Llevaba esos lentes siempre?
No le importaba, lo hacían ver más inteligente de lo que se hacía notar.
¿Era ese un libro de matemática avanzada? ¿Y por qué lo aferraba como un tesoro?

-Evangeline, tu turno terminó. -dijo Jace mirándola sonriente.
La chica asintió desconcertada. Trató de volver la mirada al chico, pero él y su madre habían desaparecido. Sentía que solo había ocupado cinco segundos de su vida para apreciar ese ángel.
-E-Ellos... los que estaban en esa mesa. -apuntó la muchacha sin palabras.
Estaba decepcionada.
- ¿Ellos? -observó Jace. -se fueron ¿no?
- p-pero ¿y la cuenta...?
-oh, la habían pagado hace un rato. Conversaron un poco y creo que se fueron. Dejaron una buena propina -río.
-Oh... -exclamó Evangeline bajando la mirada.

La felicidad era tan fugaz como fuego con viento soplando.
-E-Entonces me iré.

Evangeline, con la esperanza de encontrarlo mientras iban, corrió hasta sus cosas y salió del restaurante sin decir adiós. Voló por las calles de Doncaster buscando un bello ángel, uno que tal vez jamás volvería a ver.

¿Un amor de invierno?

Se preguntó deteniéndose, de repente en medio de la calle. Estaba casi vacía, y las personas que pasaban, solo la ignoraban.
-Eso.... ¿eso es lo que fue? -se preguntó a si misma, decepcionada.
Río, rendida.
Eso es lo que había sido.
Volvió a ponerse en marcha, pero diez, tal vez once pasos más adelante, unas alas se mecían con el viento. Brillaban, resplandecían.
Pero le daban la espalda.


Fue en ese momento que supo que era el amor.
Fue en ese instante, donde, aunque solo viera su espalda, supo que esa persona sería la que cuidaría por toda su vida.
Fue ahí, parada entre la nieve, con la nariz carmesí, y los labios fríos, que supo que estaba enamorada.





(fue en ese momento, que supo que su ángel vivía cerca de ella).











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Hola cariñoss.

Corto pero lleno de feels ¿no?
¿les gusto?

¿me comentarán que les pareció? ¿qué les llamo la atención?

¿me harían una pregunta que les gustase hacer sobre sus personajes?

¿les gustaría un especial donde pueda mostarles como yo veo a los personajes y datos curiosos sobre ellos? tal vez cosas que no conoscan.
¿les parece?


(por si el caso, tengo un grupo de whatssap, por si es que quieren unirse me mandan un mensaje y las agrego para que hablemos. eso po)


"En tres pasos" (N.H)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora