C A P Í T U L O 15.

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Volvamos el tiempo atrás, cuando aún todos estaban en clases. No era la misma sala de Evangeline, si no, siguiendo el pasillo, mano izquierda, al fondo, estaba la sala de física.

Nadie prestaba atención al profesor a excepción de Louis, que intentaba no perderse ninguna palabra que él decía. Para Louis, la materia siempre iba ser mucho más importante que perder el tiempo hablando con amigos. A otro extremo, con la mirada perdida en lo que había afuera de la ventana, estaba Elena. Odiaba la física, odiaba las matemáticas.
Ella podría estar actuando, ser otra persona. Ella pensaba que no debía estar perdiendo el tiempo mientras calentaba su asiento. No.
Siempre se imaginaba caminando por las calles de Broadway, con rumbo a una presentación con millones de espectadores. Las luces reflejándose en su rostro y el sentimiento de libertad en su pecho. Estar de pie en el escenario, recitar sus últimas palabras y el telón cerrarse. Aplausos haciendo eco en sus oídos y paz. Eso era todo lo que buscaba, nada de longitudes y medidas, solamente un escenario y el sonido de aplausos hacia ella.

-Ahora formaran parejas. -dijo el profesor con vos tronadora.
Todos en el salón se intercambiaron de puestos, amigos con amigos y solamente dos de todos quedaron sin una pareja. Una pequeña fuerza los llamaba a estar juntos, eran un imán, eran Elena y Louis.

-Ustedes dos como quedaron solos serán una pareja. -habló el profesor.
No acepto reclamos e hizo oídos sordos a las quejas de Elena. Pasó puesto por puesto entregando las guías y por último se las entregó a Elena y Louis.
-Puedo hacerlo sola. -Se quejó la peliazul
-Haber niña, dije en parejas y será en parejas, sus problemas no son los míos. -dijo el profesor y no escucha nada más por parte de Elena.

Vuelve a su asiento con más pereza de la que ya tenía y se sienta. No era su intención hablarle de esa manera a sus alumnos, claro que no, solamente que estaba lo suficientemente irritado como para estresarse con una adolescente egoísta. Hace unas pocas horas su esposa, profesora también de la escuela, le había venido a reclamar por las deudas de la casa, el colegio de los niños y las compras del supermercado. ¿Por qué no solo podían discutirlo en la casa? Su matrimonio no iba nada bien y estaba asustado.
Envidiaba la despreocupación de la juventud.
Ellos solo sabían pensar en el amor.

-Entonces tú los haces y yo luego escribo mi nombre ¿Te parece Louis? -la mirada fría de Elena se apegó a los azules ojos del castaño. Estos no podían dejar de mirarla de una manera diferente.
-Me parece haber escuchado que era en parejas ¿No lo recuerdas? -sonríe burlón Louis.
Su debilidad era ver a esa bella chica con una expresión enojada.
Elena solo lo fulmino con la mirada y le quito la guía de las manos. Números, letras, ecuaciones, divisiones, fórmulas. ¿Por qué habían inventado cosas así?
-Oh vete a la mierda Louis, yo no sé hacer esto.
-¿Y cómo esperas graduarte si no sabes lo básico de la física?
-Con suerte mí querido amigo.
-La suerte no es de mucha ayuda en estos casos, si quieres puedo ser tu tutor.
-¡Já! Prefiero quemarme los pies con lava a eso, entiende Louis, la suerte está de mi lado este año.
-Así... ¿Y cómo lo tienes tan seguro? -el castaño interrogo mirándola con una ceja alzada.
Le entretenía verla tan segura.
-Mi horóscopo. Acuario siempre tiene buena suerte.
-Creo que esos son los Aries.
-Acuario, estamos hablando de Acuario.
-Yo soy capricornio y realmente tengo mucha suerte.

Elena observo a Louis detenidamente, ahora sabía porque era tan inteligente. La peliazul solía confiar mucho en el horóscopo y realmente todo lo que decían, solía acertar.
-Está bien, trataré de hacer algo pero no me presiones. -la ojiverde volvió a tomar la guía, pero esta vez, Louis la ayudó en entenderla.
Elena sin saber cómo logró aprenderse dos de las fórmulas y algunas ecuaciones. Estaba impresionada, Louis enseñaba mucho mejor que su profesor de física y ni siquiera había terminado la escuela. ¿Qué se esperaba para ese muchacho en el futuro? No lo sabía, pero al fondo de su corazón estaba muy orgullosa de Louis y obviamente de ella. Nadie más hubiese aprendido tan rápido.

-Pueden pasar las hojas hacia adelante. -avisó el profesor. Aflojo su corbata y removió su cabello, en su cabeza había un torbellino de emociones y necesitaba salir ya de esa sala.
-¿Puedes creerlo Louis? ¡Hice algo y terminamos en el tiempo! -celebro Elena mientras ordenaba sus cosas y las guardaba en la mochila.
Louis no pudo evitar sonreír.
-Es cierto, eres muy inteligente ¿Por qué no aprovechas ese cerebro y dedicas un poco más de tiempo a los estudios?
Elena no pudo evitar acordarse de sus padres al oír a Louis. Cerró su mochila y cambiando de temperamento, fulmino a Louis de una manera fría.
-No está bien que solo debamos crecer de una sola manera, ¿Por qué no aprender más de la música? ¿Qué me dices de las artes? Todos deberíamos desarrollar nuestra faceta artística de igual manera como lo hacemos con la práctica. En realidad siento que los números son una jaula, y no, no dejare que esa jaula me encierre.
-Pero entonces...
El sonido del timbre interrumpió a Louis, estaba curioso por saber más de ella, era tan maravillosa que le intrigaba. Ella era especial, compleja, difícil de entender. Y le gustaba.
Elena tomo su mochila y antes de salir, se detuvo. Miro a Louis por su hombro y en un susurro lo llamo.
-Ve al club de teatro. -fue lo único que dijo antes de salir del aula.

¿Había sido una invitación? No, tal vez solo había sido una de sus bromas, pero Louis era curioso. Tomo sus cosas y con rapidez fue en busca del club de teatro.
Cuando ya estuvo al frente del gran escenario, sentado en la última fila se percató que la única persona allí era Elena. Parada en medio del escenario tenía sus ojos cerrados, se veía tranquila pero parecía que no estaba ahí, estaba en un lugar fuera del mundo de todos. Y de pronto abrió los ojos, pero el chico ahí presente supo que ya no era Elena. La chica comenzó a recitar una triste escena de Julieta luego de conocer a Romeo.

-Mi único amor nació de mi único odio, pronto le veo y tarde lo conozco -Oyó Louis que decía la chica mientras se bañaba en la luz de los focos.

Su pecho sentía una emoción diferente, no veía a la bella Elena que tanto le gustaba, si no, frente a sus ojos estaba la sentimental Julieta. En la realidad ellas eran completamente diferentes, pero Elena podía ser otra persona. Ella era Julieta.
Y cuando ya hubo recitado todo su aparte, Elena no pudo evitar sonreír. ¿Eso había sido un espejismo? Louis había logrado presenciar la sonrisa más sincera que jamás había visto. Estaba maravillado.
Se levantó y con emoción aplaudió a la actriz en el escenario.
Elena se sobresaltó un poco, no esperaba que Louis hubiese aguantado ver su interpretación siendo para casi todos una aburrida actuación de Julieta. Pero estaba equivocada, Louis estaba ahí, aplaudiéndole con un brillo eufórico en los ojos. Nuevamente ese vuelco en su corazón.

-Eres increíble, ahora sé porque no te importan las matemáticas. Quieres estudiar teatro ¿No es así? -cuestiono Louis mientras caminaba junto a Elena.
La peliazul estaba un poco incómoda, era la primera vez que se iba con un muchacho, bueno, tal vez no era la primera vez que se iba con un hombre, pero si era la primera vez que se iba con un chico el cual le gustaba. Aunque no quería aceptar que le gustaba un divertido nerd, le gustaba sentir esa sensación en su pecho cada vez que él la miraba. Le gustaba y mucho.
-Si... me iré de aquí y viviré en Estados Unidos. Actuare en Broadway y no habrá nadie que me diga que hacer o que no hacer.
-Debes odiarnos mucho como para que quieras irte y dejarnos.
-No los odio, pero es mi sueño. Sin padres, sin preocupaciones.
-Elena...
-¿Sí Louis?
-Tú alguna vez ¿Saldrías con un chico?

Elena lo miro confundida pero no pudo evitar reír al ver lo sonrojado que estaba.
-No, los odio pero adivina.
-¿Qué? -dijo Louis desalentada por la respuesta de Elena.
-Tú serías el único chico con el que saldría. -dijo la ojiverde mirando sus azules ojos mientras que se sonrojaba levemente.

Louis iba a contestar pero los sollozos de alguien los interrumpió. Los dos al unísono se giraron hacia el sonido y para su sorpresa era Evangeline que sentada en forma de súplica no dejaba de mirar sus manos. ¿Qué hacia ella sentada en el suelo afuera de la casa de Niall? Sí, estaban cerca de las casas de ellos pero los jóvenes jamás se imaginaron encontrar a Evangeline de esa forma, casi en otro universo por sus pensamientos.

Elena se le acerco y la sacudió.
-Evangeline ¿Te encuentras bien? -pregunto la amiga preocupada.
-Le-le dije era lindo... -soltó como un suspiro sin salir de su trance. -E-estuve en su casa ¡Lo vi en pijama! Ha-hable con su padre... Me senté en su cama.
-Evangeline ¿de que estas hablando? -pregunto Elena mientras trataba de que la castaña la mirase a los ojos.
-Niall, dios. -por fin, cuando ya Evangeline pudo reaccionar miro a su amiga y la tomo de las manos con fuerza. -estuve en su casa, leí uno de sus libros, me senté en su cama, le prepare algo de comer, hable con su papá y... y le dije que era lindo.
-¿Hiciste todo eso?
-Sí y ahora me voy a morir de la vergüenza... oh dios ¿Por dónde quedaba mi casa?

Elena miro a Louis apenada, no podrían seguir conversando, pero Louis asintió comprensible.
-Señoritas yo me voy a mi casa. -dijo mientras se arreglaba sus gafas. -con permiso. Fue un gusto hablar contigo hermosa Elena, nos vemos.

Y sin poder decir nada Elena vio como Louis desaparecía, y con pereza llevo a su amiga hasta su casa, Niall la afectaba y mucho.




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Espero disfruten el capítulo.

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Muac

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"En tres pasos" (N.H)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora