Yo no caí, pero tú te tambaleaste. Tenías la nariz en el celular, no literalmente, pero sí, no quitabas la vista de la pantalla... hasta que chocamos, claro. Entonces, alzaste los ojos y soltaste un suspiro al mismo tiempo que disparaste una sonrisa.
—Hola, chica.
Parecía una broma, ¿quién choca dos veces con el mismo desconocido en un día? Solo sucedía en un pueblo tan diminuto como el nuestro. Reí contigo, hubiera sido difícil no hacerlo.
—Hola, desconocido.
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Recuerdos de una vida
Short Story¿Cuántas veces has intentado olvidar? Muchas. Para él olvidar era parte de su vida, algo que no podía controlar y había tardado en aprender varias formas para quedarse con un trozo de las cosas más importantes. Vivía sin problemas mayores. Hasta qu...