A la mañana siguiente fuimos a un pequeño jardín escondido, era nuestro propio jardín secreto.
Danika estaba en su portabebés, durmiendo como de costumbre. Nos sentamos uno a lado del otro, muy pegaditos. Hablábamos en susurros mientras la contemplábamos.
—Necesito pedirte algo.
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Recuerdos de una vida
Short Story¿Cuántas veces has intentado olvidar? Muchas. Para él olvidar era parte de su vida, algo que no podía controlar y había tardado en aprender varias formas para quedarse con un trozo de las cosas más importantes. Vivía sin problemas mayores. Hasta qu...