Muñecas [Sin Editar]

1. Nicolle Edwards

Nicolle en multimedia

Nicolle:

-¿Me prestas tu labial rosa?- pregunta Sophie entrando en mi camerino al tiempo que termina de peinar su cabellera rojiza.

Sophie es la única chica en este lugar que se acerca a mi edad, ella tiene 24 años y es una chica atractiva pero el tipo de chicas que venderían su alma al diablo por el dinero, el tipo de chica que es mejor tener de tu lado. Le lanzo el labial y sonríe divertida.

-¿Estas consciente de que no te lo devolveré?- bromea, ruedo los ojos y acomodo mejor mi sostén

-Lo se Soph, pero me da igual.- Sonríe

-Con ustedes la bien pagada.- Grita desde el escenario Marco.

-Creo que es tu turno.- dice Sophie -Rompe el escenario y has que esos bastardos tengan varias erecciones.- Suelto una carcajada y salgo del camerino, con ayuda de Marco subo al escenario justo cuando Lady Marmalade de Christina Aguilera empieza a sonar.

Cierro mis ojos con fuerza mientras paso mis manos por mi cuerpo y me deshago de la poca ropa que llevo. Odio hacer esto, odio tener que vender mi cuerpo y bailar medio desnuda en este club nudista, pero ¿Qué más puedo hacer?

Los medicamentos de mis padres son muy costosos, mi hermano necesita estudiar y su tratamiento para el asma, además si no llevo de comer a casa, mis papas, mi hermano y yo moriremos de hambre. Tengo que hacerlo.

Soy Nicolle, pero en mi trabajo todos me conocen como la bien pagada o Aria. Vendo mi cuerpo desde que tengo 14 años aunque no por gusto como muchos creen, me duele cuando me juzgan sin conocer mi historia porque aunque parezca feliz no lo soy ¿Cómo serlo cuando todos aquellos hombres han pasado por mi cuerpo? ¿Cómo ser feliz cuándo cada vez que recuerdo sus manos sobre mi siento nauseas? ¿Cómo puedo sentirme si quiera en paz sabiendo que no tengo un futuro al que mirar, que no puedo hacer nada para cambiar mi destino?.

Pero no siempre fue así, yo solía ser una estudiante destacada en una de las mejores escuelas en Bradford, tenía unos padres amorosos que cumplían cada capricho que tenía y que me cuidaban como su mayor tesoro.

Todo era perfecto en mi vida hasta hace cinco años que mis padres tuvieron un accidente automovilístico que dejo a mi padre invalido y a mi mama con un trauma en el cerebro que causa que no pueda estar sola porque puede desmayarse de un momento a otro y sufrir un derrame, el maldito que los arrollo conducía ebrio, pero por ser una persona con dinero y poder no pago ni un solo día en prisión y mucho menos dio una indemnización a mi familia.

Mis padres no pudieron volver a trabajar y por su condición tuvimos que trasladarnos a Londres para que recibieran el tratamiento necesario y como siempre suele suceder el dinero después de un tiempo empezaba a escasear así que tuve que buscar una forma de llevar alimento a casa, Marco me ofreció trabajar como camarera en este club y acepte sin dudarlo, venia aquí todos los fines de semana a trabajar y me daban la paga necesaria para llevar comida a casa, pero aun así no era suficiente para cubrir los gastos. El día que conocí al dueño del club me ofreció vender mi cuerpo por una suma lo suficientemente grande para poder darle una buena educación a mi hermano tal y como yo la tenía antes del accidente, además de pagar su tratamiento y ayudar a mis padres con una enfermera, pero me arrepentí después, ya que yo era virgen y eso significaba perder mi virtud con un viejo verde que simplemente quería placer. Pero Zacarías Tormes, el dueño del club, me obligo a hacerlo aunque me negué, después de eso, se volvió costumbre bailar en el club los fines de semana y cada vez que se hace una subasta, entro en ella.

Me conocen como la bien pagada porque gracias a que cuando empecé a venderme tenía 14 casi 15 años, todos querían conmigo, con la niña rubia de ojos claros, Zac -como me pidió llamarle después de un tiempo- aprovecho eso y en cada subasta me vendía a mayor precio y llego al punto en el que ahora estoy, casi nadie puede pagar para tenerme, solo un muy selecto grupo- políticos, narcos y millonarios sin nada en que gastarse el dinero- que ya me ha metido en su cama lo puede lograr.