3.Samantha Piterce

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Samantha en multimedia

Samantha:

Las manos de Luke estan en todas partes, no puedo controlarlo y la verdad ya estaba desesperada por alejarlo de mí. No me gustaba nada lo que hacía, me sentía incomoda.

-Suéltame.- Ordeno pero el hace caso omiso y pega sus labios con fuerza a los míos, lo mordí en protesta y gruño antes de mirarme a los ojos enojado.

-Eres mi novia, quiero tenerte.- Gruño e intento volver a besarme pero logre escabullirme, cosa que lo enfado aún más.

-No, así no. No me voy a acostar contigo y menos cuando estas ebrio y me estas tratando mal.- Maldijo en voz alta y se levantó de la cama echo una autentica furia

-¡¿QUE QUIERES QUE HAGA?!- grita exaltando me -¡Ya todo el mundo sabe que eres mi novia, ya te presente a mis amigos, ya conoces a mi mama y mi hermana, ya llevamos Cuatro meses! ¡¿QUE MAS QUIERES?!- golpea el espejo causando que se rompa y yo suelte un grito de sorpresa.

-Cálmate Luke...- le suplico y señala la puerta

-¡LARGO!- grita- vete antes de que me arrepienta.- Dice sin mirarme, sin pensarlo dos veces salgo corriendo. En la sala de estar agarro mi bolso y salgo de la casa

*

*

*

Entro en la pequeña cafetería y me siento en una de las mesas del fondo, la camarera se me acerco y le pedí un vaso con agua, puse mi cabeza sobre mis brazos intentando controlar las lágrimas mientras estas salían a borbotones de mis ojos.

¿Porque todos los hombres son iguales? ¿Porque solo me ven como un trozo de carne? ¿No pueden tener un poco de respeto por mí? Estaba cansada de que todos los hombres que se me acercan sea solo por sexo, estaba cansada de que todos los que me miraban solo vieran una oportunidad para llevarme a la cama ¿que no se dan cuenta de que soy más que una cara bonita? que tengo cerebro y no soy idiota para meterme en la cama de cualquiera. ¿Acaso nadie puede ver lo que hay más allá de mi físico?

-¿Que hace una mujer tan guapa llorando?- escucho una dulce voz preguntar, levanto la mirada y me encuentro con unos ojos verdes esmeralda frente a mí viéndome fijamente. Vuelvo a bajar la cara y sigo llorando mientras lo ignoro, no me interesa conocer a nadie.

-Déjame en paz.- Digo con voz ronca

-¿Porque lloras? ¿Quién fue el idiota que causó esas lagrimas?- Pregunta pero lo vuelvo a ignorar. -Mírame linda, prometo no hacer nada que te incomode.- Dice acariciando mi cabello.- Si hablas conmigo prometo que si quieres me iré- dice luego de un rato de no recibir respuesta de mi parte mas que un manotazo a su mano para que deje de tocarme.

-Si te digo que me pasa, ¿me dejaras en paz?- Preguntó volviendo a levantar la mirada y el sonrió dejándome ver un par de hoyuelos que me dejaron levemente embobada.

-Si eso quieres, bien.- Levanta las manos de forma inocente y sonrió levemente. Me extiende un pañuelo y secó mis lágrimas. Tomo una profunda respiración antes de tomar el vaso de agua que me tiende y hablar.

-Discutí con mi novio. Eso es todo.- Me encojo de hombros, el llama a la camarera y esta en cuestión de segundos llega.

-¿En que te puedo ayudar Alan?- pregunta batiendo sus pestañas.

-Jolie, trae una botella de whisky, dos copas y pon un poco de música de despecho.- Le guiña un ojo coqueto y ella se sonroja, corre a traer lo que el pidió y al entregárselo le pasa los pechos por la cara, el sonríe divertido y niega con la cabeza.

-Un poco golosa tu amiga.- Mi voz suena ronca causando que me sonroje, suelta una carcajada que me causa una muy extraña sensación en el estómago, como una especie de nudo.

-Si... ella es algo coqueta, solo ignórala.- sirve el whisky -Vamos a tomar de esto y me vas a contar tus penas.- Me entrega la copa y frunzo la nariz

-No tomo, gracias.

-Lo vas a hacer.- me señala. -Solo uno.- Hace un puchero causando que suelta una risita.

-Está bien, uno.- Hace un gesto antes de llevar la copa a sus labios y beber de golpe. Lo imito y hago una mueca cuando el líquido pasa por mi garganta quemándola. -Sabe horrible.- Me quejo frunciendo la nariz, el vuelve a reír

-Prueba otro, el sabor mejora después del segundo.- me guiña y suspiro

-Bien.

-Cuéntame, ¿cómo te llamas?- Vuelve a servir una copa

-Soy Sam.

-Y yo soy Alan.- Extiende la mano en mi dirección así que por cortesía la estrecho-Decías que discutiste con tu novio. ¿Porque?- lleva la copa a sus labios se la quitó y la bebo, el vuelve a reír y lo imito. Su risa es muy contagiosa.

-Nada importante. - Suspiro y siento las lágrimas de nuevo el pone una de sus manos sobre la mesa y me hace un gesto, llevo mi mano sobre la de el y le da un leve apretón.

-No debes llorar por un hombre Sam, eres muy linda para hacerlo.

-Solo quiere sexo.- Susurro y el suspira

-Si el te quiere y te va a esperar, no te obligara a hacer nada que no quieras. Pero si es un patán...- Frunce los labios. - Quiero que sepas que no debes lamentarte de nada. Haces lo correcto si cortas con el, si solo quiere sexo es porque no te merece linda, tu eres mas que solo un buen cuerpo.

-Eso es muy dulce.- digo con las mejillas ardiendo y sonríe levemente enseñando de nuevo sus hoyuelos.

Lo miro fijamente y me doy cuenta de que es un hombre muy atractivo, cabello castaño claro casi rubio, ojos grises verdosos, labios pequeños pero rellenos, una atractiva barba junto con un bigote de unos días, facciones perfiladas resaltando los pómulos con una nariz redonda y pequeñita. Realmente guapo.

-¿Lo es? ¡Vaya!- exclama sorprendido causando que yo vuelva a reír ¿no se cansa de hacerlo?. -Y dime Sam ¿alguna vez has ido a cenar con un desconocido?- pregunta cruzando sus brazos sobre su pecho mientras su sonrisa se extendía.

-No, nunca.- murmuro con una leve sonrisa

-Pues bien. ¿Quieres concederme el honor de ser el primero?- dice con galantería exagerada. Se levanta y me extiende una mano. -Prometo agradarte, no incomodarte y hacer que pases un buen rato quitando esa cara de molestia que llevas.- Vate las pestañas y vuelvo a reír ¿Por qué todo me parece tan divertido junto a el? ¿o será que ya estoy ebria? Aunque tal vez es el hecho de que habla de una manera tan sensual y divertida que me es casi imposible no fijarme en la manera en que sus labios se mueven suavemente y me rio para disimular que le quiero besar.

-Creía que solo las chicas batían así las pestañas.- bromeo y ríe antes de volver a hacerlo.

-Venga, se supone que al hacer eso caerías a mis pies.- Bromea y vuelvo a reír fuertemente

-¿Es enserio?- asiente haciendo puchero y luego de reír un poco se pone serio.

-Sam ¿vienes o me dejaras comer solo?- muerdo mi labio pensativa y luego de analizarlo unos minutos asiento tomando su mano. No tengo nada que perder y no quiero ir a encerrarme en casa a esperar la llamada de mi hermano diciendo que mama sigue sin despertar, así que ¿porque no?

-Te acompaño

Muñecas [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora