40. te deseo

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Damian en multimedia

Steph:

Dylan sonríe como el gato Cheshide y me toma la mano antes de besar mis nudillos. Le miro fijamente y su sonrisa se torna sensual y luego seria. Suspiro y retiro mi mano de la suya me seco las manos en el mantel y suspiro 

-¿podemos comer?- asiente y sonríe metiendo las manos en la cesta 

-¿te gusta el pescado?- asiento y me entrega un emparedado de atún. - ¿Soda o te?

-Soda- me pasa una y nos quedamos en completo silencio mientras comemos -¿porque me sacaste así de la escuela? Es decir, esto podría esperar, esta conversación podía esperar- asiente masticando

-Si... podría pero yo no soy un hombre paciente- se encoge de hombros- y harías bien en recordarlo- lamo los restos de pan en mis labios 

-¿me estas amenazando?

-Si- su respuesta es rápida, no deja lugar a discusión y eso me intimida un poco. Saber que cuando se enoje puede hacerme daño me produce una sensación incomoda que me tiene realmente confundida

-Dylan

-¿que?

-¿puedo hacerte una pregunta?- me mira reacio unos segundos pero al final asiente- ¿porque llevas este estilo de vida? 

-¿cual?- Tomo una profunda respiración

-¿porque eres narcotraficante? -sonríe de lado

-Dos sencillas razones- pone los codos en la mesa- La primera, es que al igual que ti, me gusta el dinero rápido y fácil. Aquel que no tardo en conseguir pero si en gastar. -me acaricia la mejilla

-¿cual es la segunda razón?- me mira fijamente a los ojos por el tiempo suficiente y necesario para hacerme sentir incomoda 

-Una mujer- dice

-¿quien?- vuelve a quedarse mirándome pero su mirada se torna levemente asesina a cada segundo 

-Es mejor no saber ciertas cosas- acaricia mi labio inferior

-¿que?

-Creo que es hora de que vayas a casa- mira su reloj cambiando de tema.

-¿podrías no volver a sacarme del instituto de esa forma?- asiente y me mira serio

-Bien- sonrió- Quiero que tengas siempre la pistola, no quieres enojarme, créeme.- ruedo los ojos y me levanto 

-¿como...?- la levantó y él sonríe antes de pararse detrás mío, coge la pistola y la mete en la parte de adelante de la cinturilla de mi pantalón. 

-La próxima vez que nos veamos te enseñare a usarla- besa mi mejilla y hace una seña antes de que el auto aparezca frente a nosotros- Se una niña buena y ve a casa- sonrió divertida cuando sus manos me dan un apretón en el trasero

-Y tu se un buen hombre y mantén tus manos lejos de mi trasero- le empujo y sonríe antes de besarme cortamente

*

*

*

Cuando el auto se detiene frente a mi casa me sorprende ver que hay dos autos de policía, un deportivo y una moto- la de Damian- estacionados frente a mi casa, además de las camionetas de mis tíos y el auto de Laura. 

-¿Que diablos?- masculló

-¿esta bien señorita?- preguntó el chofer y yo asiento

-Si, aja- se baja y me abre la puerta- dígale a Dylan que no se le vaya a ocurrir verme en estos días, porque por su teatro estoy en problemas- sin esperar respuesta me acerco a la puerta, abro y no me sorprende ver a cuatro policías sentados en la mitad de la sala de estar junto a mis tíos, mi mamá, él señor Salt, él entrenador, los capitanes de los equipos que me defendieron y el director. 

Muñecas [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora