La nota del trabajo

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Los alumnos no apartaban la vista del director. Y es que cada vez que había entrado en aquella clase no era precisamente para dar buenas noticias. Los alumnos estaban temblando y se miraban acusadoramente buscando con la mirada al culpable de la travesura de turno. Y es que los alumnos de cuarto de ESO B no eran precisamente unos santos. No sabéis la cantidad de información que se mueve en las clases a través de leer labios y gestos acordados. En ese momento el director los miraba desconcertado pues se estaban hablando en signos como pensando que nadie lo advertía. El director carraspeó y todos se volvieron hacia él. Estaban totalmente serios y miraban al director con indiferencia. El director sonrió para eliminar tensiones pero el rostro de los chicos se endureció, si es posible, más. Es increíble como los bostezos y las risas podían tornarse tan rápido en arrugas en la frente y miradas inquisitivas.

-No me mireís así.- dijo el director.- Me miráis como si hubiera matado a alguien.

Seguían serios.

-Podéis estar tranquilos. Nadie se ha metido en un lío.- al decir eso la clase entera respiró tranquila.- Sólo quería informaros de unas cuantas cosas.

Se miraron entre ellos, confusos. El director nunca iba a informarles de nada. "Aquí pasa algo más" pensó Clara.

-Como pronto terminaréis el último curso de la ESO y espero que la mayoría de vosotros haga el Bachillerato aquí...- dijo mirándolos por encima de sus gafas rectangulares.-... quería hablaros sobre los intercambios que hace el instituto Lope de Vega en 2º de Bachillerato.

Clara y Alicia estaban muy atentas.

-Estos intercambios se realizan con institutos de Paris (muchas chicas suspiraron), Berlín, Atenas, Roma (más suspiros) y Londres durante un mes.- dijo el director haciendo una pausa.

En cuanto el señor Molina dijo que había intercambios con Londres, Clara sonrió de oreja a oreja. Si conseguía una plaza podría visitar la mansión de los Williams y descubrir todo lo que el diario le había ocultado.

-Pero estos viajes no son un regalo.- continuó el señor Molina.- Tendréis que tener una nota media de 9'5 y un sobresaliente en inglés aparte de pagar la suma requerida.

Clara sabía que todavía quedaban dos años y que ni siquiera había hablado con sus padres de nada, pero aun así no pudo evitar emocionarse. Durante todas las explicaciones del director Clara no pudo parar de sonreir. Tenía la respuesta de sus preguntas a tan solo dos años de distancia. El director salió del aula media hora después de dar todo tipo de detalles y de recalcar que no podríamos ir a no ser que nuestras notas fueran realmente buenas. Nada más salir el director, Verónica entró en la clase despeinada, con libros en sus brazos y arrastrando la mochila. Verónica se sentó al lado de Clara mientras se peinaba con las manos. Alicia y Clara se rieron por lo bajo. En el resto de la clase Alicia y Clara fueron informando a su amiga sobre todo lo dicho por el director. Clara también la puso al día sobre el trabajo. Entre horas de clases y el recreo las chicas ordenaron los apuntes de Clara y los transcribieron. Alicia y Verónica se alegraron mucho de que el trabajo estuviera tan avanzado. Pero su sonrisa desapareció al ver que ellas tendrían que terminarlo. Le pidieron el diario a Clara para poder terminar el trabajo. Clara sonrió, incómoda. No le apetecía nada separarse de él. Sabía que Alicia y Verónica serían cuidadosas con él pero aún así ... No sabía por qué pero no quería dejárselo a nadie. La sola idea de que se le cayeran páginas le daba pánico. Le daba miedo que los últimos recuerdos de Nora se perdieran. Junto con la mansión, es lo único que queda de Nora. A Clara le daba cargo de conciencia que los posibles vestigios de la existencia de una persona se redujeran a un fajo de papeles con olor a carbón, y quería asegurarse personalmente que nada les pasara. Miró nerviosa a sus amigas buscando una excusa para no tener que desprenderse del diario.

-Pues...-dijo nerviosa.-La señora García me confió este diario solo para hacer el trabajo con la promesa de que no me separaría de él. Confío en vosotras pero no puedo incumplir la promesa puesto que ni siquiera tiene el código de barras. Tuve que suplicarle para que me lo dejara.

Ellas asintieron y sonrieron.

-No pasa nada. No creo que necesitemos más el diario, de todas maneras.- dijo Verónica.- Si lo necesitamos para algo te llamaremos para preguntarte.

En cuanto Verónica dijo aquello Clara pudo respirar tranquila. Y tras eso se despidieron.

Cuatro días después expusieron el trabajo en clase de historia. Enseñaron el diario y la presentación power point que prepararon. Incluso leyeron una entrada del diario a petición de la profesora. Les pusieron un 9'5. Al ir a sentarse Clara miró de forma triunfante a Carol. La pelirroja estaba, nunca mejor dicho, roja de la ira.

-Carolina, es tu turno.- dijo la profesora mirando la lista.

Carol se levantó sin apartar la vista de Clara. La morena la estaba retando a hacerlo mejor. En cuanto Carol llegó al lado del la profesora su cara de ira cambió completamente. En sus labios se instaló una sonrisa de secretaria, una sonrisa plantilla. Aun así, después de que la pelirroja terminara, Clara habría preferido suspender Historia a reconocer que Carol lo había hecho bastante bien. Carol cerró su powerpoint, dobló su cartulina y apagó su puntero láser esperando a que la profesora dijera su nota. Carol se había esforzado más de lo normal en este trabajo para poder decirle un par de palabras a Clara cuando sacara mejor nota que ella. Carolina miró a la profesora. Marta no sabía que nota ponerle. El trabajo había sido muy completo y lo había explicado de manera que la vida de Julián Martínez, un minero, resultó interesante. Marta miró a Carolina y dijo:

-Carol, tu trabajo ha sido simplemente excepcional. Tienes un 9'5 bien merecido.

Carolina estaba anonadada. Su trabajo era muchísimo mejor que el de ellas. Pero sonrió a la maestra y le agradeció la nota. Miró a Clara. Ella le sonreía y la saludaba con la mano. Hacía expresiones graciosas. Pero Carol no iba a dejarse convencer tan fácilmente. La miró lo más seria que pudo para darle a entender que las cosas no se arreglan tan fácilmente. Clara la miró confusa. Eso por alguna razón la enfadó todavía más ¿Es qué era tan difícil de entender? Pero al final Clara lo entendió y apartó la vista. La morena se enfadó. Ella ofrecía una tregua y Carol, por puro orgullo, se negaba. Muy bien,se dijo, no perderé más tiempo con ella. Y cumplió esa promesa por los siguientes 2 años.

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Hola personitas de wattpad. Espero que disfrutéis de este capítulo algo cortito ¿Os sorprendió que la profesora les diera la misma nota? ¿Creéis que fue justa? ¿Qué os ha parecido la reacción de Carol? Espero que os este gustando la historia. Muchos besos,

La escritora


Una vida de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora