Lágrimas de una sonrisa

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Clara seguía con la carta en la mano, petrificada. Sus ojos se cristalizaron. Ya no podía contener las lágrimas por mucho que quisiera. Las dejó correr libres por sus mejillas. Sus labios eran una línea recta, estaba carente de expresión y emociones. Si no fuera por las lágrimas que no cesaban de bailar sobre sus mejillas, cualquiera habría pensado que Clara era una estatua. Oliver la miraba preocupado. Le arrebató la carta a Clara, que no opuso resistencia. Oliver leyó a toda velocidad la carta. Miró a Clara, estaba totalmente estática. Oliver se puso delante de ella y con el pulgar empezó a despejar la pista de baile.

-Milady, no estés triste...- murmuró Oliver.

Clara lo miró con sus enormes ojos llenos de lágrimas deseosas de salir. Oliver odiaba que le mirara así.

-¿Triste?- preguntó Clara con un hilo de voz.- Tristeza es lo único que no siento ahora mismo.- dijo Clara enjugándose las lágrimas.- Estas lágrimas contienen tantas emociones que las encuentro más pesadas de lo normal, pero la tristeza no es una de ellas.

-Entonces, ¿por qué lloras?- preguntó Oliver sin entender.

-Lloro por que soy inmensamente feliz en este instante.- dijo Clara con una brillante sonrisa que, sorprendentemente, combinaba con las lágrimas.- Lloro por que he hecho algo increíble y me siente orgullosa de mi misma. Lloro por que mi pequeña aventura ha llegado a su fin. Lloro por no haber tenido suficiente tiempo a su lado. Lloro por que estoy viva. Lloro por que la vida es maravillosa y devastadora a la vez.

Oliver sonrió de manera tímida.

-Milady, eres incomprensible.

Clara sonreía y lloraba a la vez. Era la imagen más extraña que cualquiera pudiera ver. Clara resplandecía.

-¿Podrías dejar de llorar?- preguntó Oliver en un susurro.- No me gusta verte llorar.

Clara sonrió más ampliamente y se restregó las mejillas. Oliver sonrió, Clara de verdad resplandecía. Matt se acercó poco a poco a ellos. No quería interrumpirlos, le divertía enormemente sus escenas.

-Chicos, el funeral ya va a empezar.- dijo Matt con voz queda.

Ambos asintieron. Matt los condujo a los bancos más cercanos al púlpito. Clara y Oliver se sentaron al lado de Matt. El cura empezó la misa con normalidad. Matt seguía derramando lágrimas. Clara intentaba contener las suyas. Oliver miraba inexpresivo el ataúd. Un torrente de emociones cruzaba la sala. Solo Nora habría sido capaz de levantar tantas pasiones. Clara se preguntaba cuanta gente iría a su funeral y cuanta de esa gente la querría de verdad.

Clara se perdió en sus pensamientos, no dejando cabida para el sermón del cura. Solo despertó cuando sintió algo. Una especie de cosquilleo que le recorrió el cuerpo entero. Clara se sintió tan extraña. Sacudió la cabeza para despejarse. Entonces, notó una pequeña presión en la mano izquierda. Había una mano enlazada a la suya.

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Siguió el recorrido del brazo hasta llegar a Oliver

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Siguió el recorrido del brazo hasta llegar a Oliver. Miraba al frente al cura, pero sus dedos se entrelazaban con los suyos. Clara sintió sus mejillas calientes. Miró rápidamente al frente. Oliver apretó un poco su mano, como dándole a entender que la había visto. Oliver sonrió de lado. Clara, todavía sonrojada, apretó la mano de Oliver. Se sentía tan extraña.

Matt le dio un golpecito en el hombro. Clara se volvió hacia él.

-Te toca, Clara.

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Hola, personitas de wattpad. Quedan dos capítulos para que termine esta novela. Estos capítulos me ponen tan sentimental... La semana que viene estará el último capítulo y, después, el epílogo. No tengo mucho más que decir, sólo espero estar rompiendo vuestra alma y sensibilidad. Con haber conseguido que alguno de mis seguidores derrame una lágrima me puedo dar por satisfecha. Gracias por leerme, espero que os haya gustado.

Muchos besos llenos de sentimentalismos,

La escritora

Una vida de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora