Ausencia de palabras

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Clara se despertó bostezando, sentía como si no hubiera dormido ni una hora. Abrazó la almohada y notó que volvía a estar en la cama de Oliver. Clara gruñó, por mucho que le repitiera a Oliver que estaba perfectamente en el suelo cada mañana se despertaba en su cama. El móvil de Clara empezó a sonar. Clara removió todas las mantas mientras buscaba el móvil. Oliver gruñó y se incorporó revolviendo todavía más su pelo. Clara encontró el móvil debajo de la almohada. Miró la pantalla.

-¿No es un poco pronto para llamar, Matt?- preguntó Clara descolgando.

-Tienes que venir.- dijo Matt.

Su voz preocupó a Clara. Parecía que se estaba ahogando con sus propias lágrimas. Clara se incorporó, totalmente despierta.

-Matt, respira hondo, tranquilízate y explícame que ha pasado.- dijo Clara sentándose en el borde de la cama.

-No pu-pu-puedo.- dijo Matt dejando escapar un sollozo.- Tienes que venir enseguida aquí.

-Pero, ¿dónde tengo que ir?- preguntó Clara.

-A la residencia.- sollozó Matt.- Ven rápido, te necesito.

Matt colgó. Clara miró el teléfono ¿Qué podría haber pasado tan grave como para que Matt se encontrara tan mal?

-¿Qué ha pasado?- preguntó Oliver ladeando la cabeza.

-No lo sé.- dijo Clara.- Pero tenemos que ir en seguida a la residencia.- dijo Clara levantándose.- Bueno, tú no hace falta que vengas.

-¿Por qué dices eso?- preguntó Oliver frunciendo el ceño.

-Creo que no te llevas muy bien con Matt...- dijo Clara.- Además, me ha hecho muchos favores es hora de que se los devuelva, no pienso dejarlo solo sea lo que sea que haya pasado.

-Iré contigo de todas maneras.- dijo Oliver levantándose del suelo.

-De acuerdo, voy a cambiarme y salimos.- dijo Clara saliendo del cuarto.

A los pocos minutos ambos muchachos salían de la casa camino de la residencia.

-¿Qué crees que ha podido pasar?- le preguntó Clara a Oliver.

Oliver prefirió guardarse sus teorías para sí mismo, no quería preocuparla sin prueba alguna. Prácticamente corrieron hacia la residencia. Matt caminaba de un lado a otro en la puerta. No notó la presencia de los dos chicos hasta que estuvieron a su lado. Clara miró a Matt asombrada. Su pelo rubio estaba totalmente despeinado y revuelto, pero no de la forma graciosa que le gustaba a Clara. Sus enormes ojos verdes estaban rojos por llorar tanto. Los surcos de lágrimas que cruzaban sus mejillas eran notables incluso a cierta distancia. Matt miró a Clara y abrió los brazos. Clara sonrió de manera cálida y lo abrazó. Matt derramó un par de lágrimas sobre su hombro pero a Clara no le importó. Clara dio unas palmaditas a Matt en la espalda para que se tranquilizara. Clara se separó de Matt y sonrió de manera tranquilizadora. Agarró su brazo y lo llevó para sentarse en las escalera de la puerta de la residencia. Allí, los tres jóvenes se sentaron.

-Ahora, ¿me vas a explicar por qué estas así?- preguntó Clara.- ¡Vaya pinta!

Matt intentó sonreír pero solo consiguió componer una mueca.

-No quiero decirlo.

-Matt, cuéntamelo.- le persuadió Clara.- Lo que haya pasado, ya ha pasado. Que te niegues a decirlo en voz alta no hará que las cosas cambien.

Matt asintió, Clara tenía razón.

-Nora ha muerto.- dijo Matt lentamente.

Los ojos de Matt volvieron a aguarse. Lágrimas resbalaron por sus mejillas. Clara no podía creérselo. No era cierto.

Una vida de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora