-¿Qué collar es ese?- Pregunto con curiosidad- Se supone que no debemos llevar collares cuando peleámos.
-Se llama crescenti- Responde Elisa con amargura- Era de mi madre.
-Lo siento.
No responde.
Sigue matando a Infernos.
"Duce, Duce, Duce" Repite mi corazón.
"Es un Inferno" Replica mi lógica.
Hay un debate dentro de mi mientras lucho.
Mato a un Inferno.
Me habría matado si hubiera querido.
Mato a otro.
No tientes a la suerte.
Pero eso siempre es lo que hago. Y lo que me dijo mi madre una vez. Escucha a tu corazón.
Y eso hago.
"Duce, Duce, Duce"
Para cuándo quiero darme cuenta estoy volando.
Volando hacia donde el corazón me dicta.
Me paro frente a la Boca.
"Duce, Duce, Duce"
Avanzo para entrar...
-¡Nooooo!- Alguien me placa- ¡En qué estabas pensando!
Sean me mira reprochándome mi error.
-En que todo esto es una mierda.
-¡Sarah!- Me giro. Duce me mira con ternura.
-¿Qué estás mirando Sarah?- Mira hacia la Boca asqueado- Ahí no hay nada.
-Ven conmigo Sarah- Dice Duce con dulzura- Yo cuidaré de ti.
Me zafo de los brazos de Sean y avanzo sin pensarlo dos veces.
-Sarah- Dice Sean- Por favor. No lo hagas.
Me mira con tristeza.
-Lo siento.
-Te amo- Dice Duce. Y me tiro a sus brazos en la Boca.
Pero el que me coge no es Duce, si no un Inferno que no reconozco.
Le atravieso con la espada.
Me sorprendo cuando la veo.
No ha cambiado como cabía esperar.
Echo a volar hacia tierra firme.
-¿S-Sarah?- Duce me mira con asombro- No- Dice. Parece apurado- Esto no está pasando.
-¿Qué pasa?- Pregunta una Inferna extrañada. Ésta es rubia- Duce, ¿quién es esta?
-Tinka- La nombra- Esta es Sarah, mi misión.
-Ah- Exclama- Sarah, hola. Yo soy la novia de Duce.
Me tiende la mano.
"Yo soy la novia de Duce"
Echo a correr.
-¡Sarah!- Grita Duce. Siento que me persigue- ¡Para!
Me agarra el tobillo y tira de mi hacia su cuerpo.
Forcejeo con todas mis fuerzas.
Me agarra de la cintura y pega su cara a la mía.
-Sarah por favor- Comienza- Escapa.
-No.
-Te matará- Dice- Él te matará.
-No voy a matar a nadie- Nos giramos y vemos a un Inferno.
-Gabriel- Murmuro.
-El mismo- Contesta.
-No la hagas daño. Es de las nuestras- Dice Duce con desdén.
-No te preocupes Duce. Que se instale- Le da una llave a Duce- 53, frente a la tuya.
Sonríe con picardía y se va.
-Vamos a instalarte- Comienza Duce con amargura.
Me coge en brazos y apoya mi cabeza en sus hombros.
Pasa mis manos por su cuello.
Agarro mis pies a su cintura.
Siento mariposas por todo el cuerpo.
Tomo aire. Huele a jabón de limón y hierva fresca.
-Ya hemos llegado.
Miro a mi alrededor. Hay hileras de casas que se extienden hasta el infinito.
53. Y enfrente... 50.
-Dentro hay ropa. Cámbiate y sal.
Me tiende una llave. La cojo.
Ando hacia la casa y engancho la llave en la cerradura. Giro hasta que se abre la puerta.
Entro sin mirar atrás y cierro.
Las luces se encienden. Una casa igual que la de Horizonte pero con sofás marrones oscuros y muebles de caoba oscura. Un dormitorio con sábanas rojas y blancas. Y un hermoso vestidor.
Cotilleo. Hay ropa de todos los colores.
Escojo un vestido negro de noche.
Todos los vestidos de noche son muy entallados, y este es el único que no se transparenta.
Me miro al espejo. Me sienta genial.
-Bien hecho Sarah- Digo a mi reflejo- La has vuelto a cagar.
Salgo de la casa y llamo a la de Duce.
-¡Entra!- Dice una voz desde dentro- ¡Está abierta!
Empujo la puerta. Está abierta.
Duce se ha puesto unos pantalones negros de vestir.
-Espera que me ponga la camisa- Dice- Siéntate en el sofá si quieres.
-Estoy bien gracias.-
Se quita la camiseta.
Las mariposas vuelven. Muestra sus abdominales perfectos.
-Te traeré té- Dice él- ¿Té negro?
- Vale.
Va a la cocina sin camisa.
-¿Me puedes traer una camisa?- Pregunta desde la cocina- La que quieras.
-Claro.
Entro en su vestidor y escojo una camisa blanca lisa.
Me dirijo a la cocina.
-Ten- Está de espaldas a mi. Se gira para cogerla y me muestra sus abdominales de nuevo.
-Gracias- Murmura. Se pone la camisa y se ata los botones.
-Deja el té- Le digo- No hace falta.
-Bien- Me sonríe- Ese vestido te sienta muy bien.
-Gracias- Respondo. Me sonrojo.- Y a ti la camisa.
-Era de esperar- Sonríe- La has elegido tú.
-¿A dónde vamos?
-Nos quedamos aquí- Dice- A cenar.
-Vale.
-¿Qué quieres cenar?- Pregunta- Hay pollo asado con salsa de naranja y consomé de verduras.
-Perfecto.
Saca el pollo y el consomé del microondas. Agarra el pollo y el consomé con una mano y me coge la mano, guiándome hacia la mesa.
- Hay que poner la mesa- Digo.
- Primer cajón- me suelta la mano y se va.
Abro el cajón y saco dos platos y dos vasos.
Me dirijo a la mesa y me cruzo con él de camino.
Coloco los platos y comienzo a colocar los vasos cuando Duce se coloca detrás de mi.
Me habla a la nuca.
-Has cogido los vasos más nuevos.
-Mea culpa.
Ríe mientras coloca los cubiertos en la mesa.
Me giro para ir a sentarme y encuentro su cara a centímetros de la mía.
Coge aire. Parece tan sorprendido como yo.
-Mea culpa también- Murmuro.
Sonríe y se relaja. Yo también lo hago.
-Cierto.
Acerca un poco más su cara a la mía y me mira a los ojos.
Coloca sus manos en mi cintura. Me gustaría acabar con ese espacio entre nosotros.
Él parece desear lo mismo... Acaba con él.
Sus labios se posan sobre los míos suavemente y me recorre una corriente eléctrica por todo el cuerpo.
Se acerca más a mi.
Sus labios se abren y los míos hacen lo mismo instintivamente.
Acaba con el beso.
-Mea culpa- Sonríe y me vuelve a besar.
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El Ángel de los Sueños
Romance-Te quiero- Susurra. -Yo también te quiero- Nos besamos. Sarah es una chica normal, con una vida normal y una compañera de piso llamada Leah. Un día entran en su vida dos jóvenes misteriosos, dos polos opuestos, tan opuesto que Sarah no sabe lo que...