Beso Infinito

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(Contado desde la perspectiva de Sarah)
Caminamos sin tocarnos por sí acaso.
Paramos frente a su puerta.
-Bueno...- Comienza él- Aún no hemos cenado.
-Cierto- Sonrío- Le tengo ganas a ese pollo.
Reímos juntos y él me agarra las manos. Me mira a los ojos. Sus hermosos ojos verdes están cargados de emociones.
-Sarah- Me vuelve loca la manera en la que él pronuncia mi nombre- Sabes... Sabes que te quiero ¿Verdad?
Sonrío.
-Anda pedazo de pan, entra ya.
A pesar de mi sarcasmo su frase ha hecho que me derritiera.
Abre la puerta con delicadeza, enciende la luz y deja las llaves en una mesita de café.
-Voy a calentar el pollo- Dice mientras nada hacia la cocina- ¿Te importaría cerrar la puerta? Siempre se me olvida.
Río. Cierro la puerta con cuidado y me dirijo a la mesa.
Duce sale con un plato de pollo en la mano.
Lo deja en la mesa y me ofrece una silla. Me siento con una sonrisa aflorando de mis labios, es tan tierno.
Se sienta frente a mi y comienza a servir el pollo.

Durante la cena nos contamos chiste y anécdotas.
Al acabar de cenar dejamos los platos en la fregadera.
-Ya los fregaré luego- Me dice- Ahora quiero terminar de escuchar ese chiste del mono.
Le cuento el chiste y comenzamos a reír.
Me coge la mano y me lleva al sofá.
Me agarra de la cintura y me sienta en el sofá entre risas.
-Suéltame- Protesto ente risas.- Bájame.
Me suelta repentinamente y caigo encima suyo.
-¡Auch!- Protesta Duce.
-Perdón- Me sonrojo- me sobran unos kilillos.
-No- Me corta- Es que eres tan guapa que duele.
Nos miramos a los ojos durante unos interminables segundos.
-¡Payaso!- Grito mientras corro hacia la cocina- ¡Nunca me cojerás!
-Eso habrá que verlo.
Es rápido, pero no lo suficiente.
Corro por su habitación y me escondo en el vestidor.
-Sarah- Me llama- Sal de donde estés.
No puedo contener la risa.
Salgo corriendo hacia la cama y me tumbo bajo las sábanas.
Entra a la habitación y se acerca a la cama.
Comienza a palpar con los labios para encontrar mi cara, hasta que encuentra mis labios.
Me destapa y me besa con ternura.
-Qué hora crees que será- Pregunto- Tarde.
-Sin duda.
Suena el timbre.
-Será Tinka- Dice con calma- Voy a abrirle.
Anda hacia la puerta.
Oigo el quejido agudo de las visagras.
-¿Quién es?- Pregunta Duce.
-Kristof- Responde una voz dulce- ¿Abres?
-¡Kriss!- Exclama Duce con euforia- Tengo alguien a quien quiero presentarte.
-¿Un recluta nuevo?- Se queda con la boca abierta cuando me ve entrar.
-Sarah- Me nombra Duce- Este es Kristof.
El chico me tiende la mano.
-Llámame Kriss.
Se la estrecho.
Es guapo, pelo negro un poco largo y rizado, ojos grandes y violáceos y un cuerpo de gimnasio.
-Llámame Sarah.

El Ángel de los SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora