Sus ojos verdes están cargados de emociones.
Y, sin mediar palabra, despliega sus alas y comienza a volar hacia la Boca.
Me sorprendo al ver que sus alas son blancas como las de los ángeles, pues pensaba que las alas de los Infernos serían negras y punzantes, pero sus alas son igual de hermosas que las de un ángel.
No puedo permitir que se escape, pero tampoco puedo entrar en la Boca.
Pero... ¿Y si volara?
Descarto esa idea rápidamente, Sean me dijo que los Novatos tardan meses en aprender a volar, y años en aprender a controlar sus alas, y yo no tengo tanto tiempo, es ahora o nunca.
Me concentro en la imagen de Duce volando y... Cuando vuelvo a abrir los ojos observo que mis pies no rozan el suelo.
Pero no tengo tiempo para pararme a pensar.
Aprovecho la sorpresa de Duce para avanzar hacia él.
Dios. Es más difícil de lo que creía, y, aún así, llego hacia él.
-Duce- Digo- ¿Qué crees que estas haciendo?
-¿Sarah?- Pregunta- Estás volando.
-No me digas- Respondo con desdén- Inteligente.
-Sarah- Exclama una voz desde donde luchan ángeles y demonios- ¡Baja ahora mismo!
Me giro. Sean está viniendo hacia aquí.
-He de irme- Dice Duce.
-Espera- Se para en seco- Quiero que sepas que lo que dije no es cierto.
-Sarah tienes que marcharte.
-¿Eres uno de los malos?
-Sí.
Vuela hacia la Boca y esta vez no intento detenerle.
Sean me agarra la mano y me arrastra de vuelta hacia Horizonte, sobre volando el campo en el que pelean los dos extremos.
Aterriza en la zona de casas.
-¿Estas loca?- Me regaña- Duce es de los malos, ¿entiendes?
-Pero...
-Estaba preocupado.
Le miro a los ojos. Esos ojos azules que tanto me gustan, bañados en tristeza.
Por primera vez soy yo la que comienza el beso.
Un beso tierno y conciliador.
Me agarra las piernas y me levanta, dirigiéndome a la cama. Donde me deja caer.
Termina el beso y se sienta junto a mi.
-No vuelvas a hacer eso.
-Vale.
Se levanta de la cama y se dirige hacia la puerta.
-¿Qué haces?- pregunto
-¿Sabes?- Comienza- Ahí fuera están luchando contra una amenaza ancestral- Prosigue- Y, créeme, me encanta estar contigo, pero ellos me necesitan.
Abre la puerta y se va, cerrándola al final.
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El Ángel de los Sueños
Romansa-Te quiero- Susurra. -Yo también te quiero- Nos besamos. Sarah es una chica normal, con una vida normal y una compañera de piso llamada Leah. Un día entran en su vida dos jóvenes misteriosos, dos polos opuestos, tan opuesto que Sarah no sabe lo que...
