Semidioses en Hogwarts

Nuestro infierno personal.

P.O.V Percy

Tropecé varias veces por el camino.

No. 

Otra vez no. 

Nada le tiene que pasar a Annie, mis nudillos se rasparon cuando caí y me impulse a correr otra vez con ellos, sentía mis oídos llenos de presión, pero la presión que en verdad dolía, era la de mi pecho.

Habíamos prometido no volver a separarnos, y no lo haríamos.

Iba tan rápido que al tomar el siguiente pasillo, no me fije en si había alguien, choque con alguien.

El chico soltó una carcajada.

—Tienes que tener cuidado Percy, andar distraído es tu especialidad, pero intenta algo nuevo, como no chocar con la gente y menos si no te agrada, probablemente pude ser Malfoy...

Harry tenía la intención de hablar mas, lo agarre fuertemente de los hombros, enseguida se quedo en silencio y me miro confundido.

—¿Viste a Annabeth?

—no. ¿Acaso pasa algo con ella?

—solo búscame si la ves

Lo empuje de lado y seguí corriendo.

Estaba deseperado, había perdido bastante tiempo, y estaba totalmente seguro que dentro del castillo no estaba.

Corrí hacia la salida, busque rápidamente cerca y no lo vi, me dirigí hacia las fronteras del bosque prohibido, y antes de adentrarme a el, escuche un grito.

Sentía mi cabeza latir con fuerza, mis manos estaban llenas de sangre empuñando a Contracorriente y a mi varita. Por alguna razón salí corriendo lejos del bosque, dirigiéndome hacia el lago negro.

Resbale al tratar de esquivar algo que paso rápido, pero hasta solo el momento de tratar de pararme, me di cuenta de la lluvia, yo estaba totalmente seco por lo cual era más difícil notarlo.

Corrí de nuevo, esta vez con mas cuidado de volver a tropezar y perder tiempo, llegue a la orilla del lago.

A unos cuantos metros, el cabello rubio de Annabeth sobresalía del césped, estaba gritando.

—¡¡¡NO, BASTA LUKE!!!

¿LUKE?

—¿Annie? Vamos al castillo, escúchame, estas bien.

—¡¡¡PORQUE ¿TU TAMBIÉN? BASTA THALIA!!!

—¡Annie!

—¡PAPA AYÚDAME! ¿PORQUE LOS AYUDAS?

—¡ANNABETH!

—¿Percy? ¡¡¡NO!!! ¡TU NO! ME PROMETISTE QUERERME, NO LO HAGAS

¿A que se refería?

—Annabeth, escúchame, te quiero y nunca te haré daño, estas a salvo.

El grito desgarrador basto para darme cuenta que era imposible que despertara.

Trate de cargarla, pero antes de poder hacerlo, volvió a gritar.

En ese momento me fije en su rostro, los cortes se hacían solos, las magulladuras de sus brazos eran recientes, su uniforme estaba desgarrado y en mis manos había más sangre fresca.

Trate de volverla a levantar, pero escuche pasos a mi espalda.

Por costumbre, quite la tapa de contracorriente y corte el aire.

Annabeth había dejado de gritar.

Sentí que el aire me faltaba, busque con rapidez si había alguien.