I. LA PRUDENCIA

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Se le ha llamado "la reina de los valores", y es cierto, sin prudencia, no podemos lograr practicar ningún otro valor. ¿Qué es la prudencia?



Definición:


Es la capacidad de analizar y comprobar información, antes de tomar una decisión, evaluando sus consecuencias.



Si tu piensas en la definición, te darás cuenta por qué es causa y efecto en los demás valores. Básicamente la prudencia nos lleva a un equilibrio interior y a una capacidad de reflexión.




DISVALORES:



Imprudencia (ausencia)


Negligencia (exceso)



La imprudencia incluye la precipitación, la inconsideración y la inconstancia, es decir está muy relacionada a una actitud impulsiva, visceral, donde básicamente no se usa la llave del pensar (ver 3 llaves).


Por otro lado, la negligencia implica la irresponsabilidad de asumir y tomar decisiones, conductas de omisión: lavarse las manos, dejar pasar, no involucrarse y a la larga esto puede derivar en un estado de paralogización. No hacer nada, por ser demasiado prudente, lo que implicaría no asumir tampoco el resto de los demás valores.


Nosotros creemos que, con respecto a este valor y a todos los demás, puedes encontrar mucha Bibliografía, en cuanto a sus definiciones, descripciones o educación.


El objetivo nuestro, en este libro, es llevarte a una introspección profunda, a una reflexión muy acuciosa respecto a ti y cómo perfeccionar tus valores, por eso, cada valor lo vamos a tratar como un enfrentamiento práctico de tu ser y así tú te vas a ir evaluando a ti mismo.



¿SOY PRUDENTE?



Ante una decisión:


¿Qué información poseo?


Las fuentes de mi información, ¿son confiables?


¿Necesito aún acudir a otras fuentes más experimentadas, profesionales, expertas y sabias en el tema?


¿Estoy prejuiciado de antemano?


¿La información que poseo es completa, o sólo tengo partes de ella?


¿Qué estoy haciendo para que los datos que tengo sean lo más completos posibles?


¿He distinguido entre hechos y opiniones?


¿Entre lo importante y secundario?


¿Entre lo urgente y lo necesario?


¿Guardo en mi interior los acontecimientos tal y como son en la realidad? Es decir, estoy conciente de que no falseo mis recuerdos.


¿Soy dócil, es decir, -saber-dejarse-decir-algo humildemente? ¿Tengo la capacidad de escuchar al otro cuando me sugiere algo?


Ante lo inesperado, ¿afronto objetiva y sagazmente la realidad, decidiéndome al momento por el bien?


¿Soy capaz de hacer un silencio interior para recogerme en mi alma y poder evaluar la situación con calma?


¿Al tomar mi decisión siento que ella está en coherencia con lo que pienso y siento y voy a hacer?


¿Me detengo a ver la relación causa-efecto? ¿El por qué y para qué?


¿He previsto las consecuencias favorables y desfavorables de mi decisión a corto, mediano y largo plazo?


En mi decisión ¿prima el amor y la búsqueda de mi bien propio y el de los demás?


¿Poseo en mis manos una visión clara del pasado, presente y futuro de esta decisión?


¿Tengo conciencia que a pesar de todo lo anterior, mi decisión puede ser equivocada y ser prudente, implica también rectificar errores?



MIDIENDO MI NEGLIGENCIA



Después de deliberar y enjuiciar mi decisión, ¿caigo en la inconstancia, es decir no llevo a cabo mis propósitos? ¿Falla mi voluntad?


¿Me cuido para no tener que atravesar por el trance de ser valiente?


El miedo a equivocarme ¿me paraliza y prefiero no hacer nada?


¿Prefiero no comprometerme, protegiéndome así de asumir mis decisiones?


Mi lema es, no meterme donde no me corresponde.


¿Quiero siempre llegar tarde en los momentos de peligro?


¿Es tanto lo que reflexiono un asunto que se me va de las manos?



OBSERVANDO MI IMPRUDENCIA



¿Nunca pongo en duda mis apreciaciones ni jamás intento corroborar la información que tengo?


¿Tomo a menudo decisiones precipitadas de las cuales después me arrepiento?


Al tomar resoluciones, no considero los sentimientos de los otros, es decir no tomo en cuenta mi propia sensibilidad y empatía, (ponerme en el lugar de los demás). ¿No uso la llave del amor?


¿Me "engancho" fácilmente y tengo reacciones emocionales que me dejan agotado, con culpa o rabia?


¿Pienso antes de hablar?


¿Soy capaz de contar "hasta cien", antes de responder algo que me ha afectado?


¿Mido las consecuencias de mis acciones?



EXISTE LA FALSA PRUDENCIA



Para mí, el fin justifica los medios (hay que buscar medios buenos para fines buenos).


Me siento un estratega experimentado.


Considero que soy muy hábil para eludir la acción del otro.


Siento que tengo buenas tácticas para lograr mis fines.


Sólo me importan mi seguridad y ganancias, aún a costa de los demás, a fin de aumentar mi grandeza y dignidad.



No te olvides, la prudencia da forma a los demás valores. Es la primera virtud que tienes que hacer carne y hueso en tu vida.



LOS SABIOS SONPRUDENTES



La persona prudente, misteriosamente es sana de cuerpo y alma... ¡Para que lo reflexiones!

Valores Humanos. | Nina BravoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora