XVII. EL ORDEN

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Cuántas veces tu mirada se ha posado en el infinito y has sentido con asombro ese vértigo profundo de lo inconmensurable?, miles de miles de estrellas frente a ti, en perfecta y organizada armonía, en un orden completo... El macro universo es una gran lección de organización, sincronicidad y disposición cabales. Lo mismo, cuando tu mirada se posa en la estructura de una hoja, o si en una playa tomas en tus manos los granos de arena, o vas aún más lejos e investigas el microcosmos en un microscopio, descubrirías que todo está absolutamente ordenado en coherencia total para una finalidad.


Este valor, es el que te conduce a disolver tus confusiones, a distinguir lo importante de lo secundario, a manejar tu tiempo en beneficio de tu salud mental y psíquica, a jerarquizar tus objetivos para lograr las metas tan deseadas.


¿Te puedes concebir en una vida caótica, pensamientos deshilvanados, acciones disparatadas?


Te invitamos pues, a revisar este otro valor, clave para nuestra paz y felicidad.


Definición:


La persona ordenada jerarquiza, organiza sus actividades, distribuye su tiempo, de acuerdo a la lógica y a la ley natural, con el fin de lograr sus metas.



DISVALORES DEL ORDEN



Desorden. Caos:


La persona vive inmersa en una desorganización, incoherencia y confusión total.



Rigidez, obsesivo:


La persona gasta energías y tiempo innecesarios en mantener una armonía exagerada, poco natural e inhumana. ¿SOY ORDENADO?



Tengo claro el por qué y el para qué del fin que persigo, ¿para qué tengo que ordenarme?


¿Distribuyo mi tiempo de acuerdo con mis necesidades, en forma lógica y armónica? Recordar la regla de oro de las horas: 8 para dormir, 8 para trabajar, 8 para tiempo libre.


¿Soy capaz de diferenciar lo "importante" de lo "urgente", y jerarquizar ambos en forma satisfactoria?


¿Me doy cuenta que hay cosas que son realmente imprescindibles para mi evolución y mi realización, y que a veces estoy entrampado en asuntos secundarios que no conducen a nada trascendente?


¿Acepto que dentro de mis acciones, hay algunas que tengo que realizar en forma regular y en momentos específicos? (comer, dormir, etc.).


¿Estoy conciente que hay otras actividades que para concretarlas, requieren de un tiempo sostenido regularmente y que para realizarlas tengo que preveer el tiempo necesario? Ej.: una reunión importante.


Reconozco que hay otras tareas que requieren mucho tiempo para llevarlas a cabo, pero que no se realizan todos los días. Organizar mis papeles privados, coleccionar algo, etc.


¿Me doy cuenta que hay otros quehaceres cuya duración es relativa, variable, y que los puedo realizar en cualquier momento?


Reconozco que, por último hay otro tipo de tareas que son periódicas, pero no frecuentes; son actividades a realizar en una fecha dada.


Ej.: Ir a una reunión, felicitar a un amigo, preparar vacaciones, etc.


¿Afronto los imprevistos que aparecen ante la organización de mi tiempo con flexibilidad y alegría?


¿Tengo una actitud previsora, cuando requiero de un tiempo más largo y sostenido?


¿Me doy cuenta del importante papel que juega mi memoria y mi atención, para mantener un ritmo continuo, sin interrupciones?

Valores Humanos. | Nina BravoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora