VIII.LA LEALTAD

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Definición:
En la adhesión a otros, acepta los vínculos implícitos, reforzando a lo largo del tiempo el conjunto de valores que representan.

Podemos afirmar, que casi todos nos hemos preguntado... ¿Qué pasó con el valor de la palabra dada? ¿Con lo que se aceptó a conciencia y que hoy se deshace, porque ya no sirve? ¿Con todas esas personas que dijeron ser amigos y dieron vuelta la espalda? ¿Con todas las traiciones que palpamos y sentimos en nuestro ser? ¿Con el secreto confiado y que fue esparcido a los cuatro vientos?
Queremos construir un futuro sólido, fuerte, y el valor de la lealtad aparece como la base de una futura realidad y estabilidad, como una roca, donde construir valores duraderos.
Hoy, la humanidad está cansada de lo frágil, de lo descartable, de lo sustituible, de lo desechable, pero no sabe por donde empezar, hacia donde se mire aparecen los intereses creados, siempre se quiere sacar beneficios de una situación.
El ser humano se empieza a proteger, empieza a desconfiar, a dudar. Se está perdiendo la frescura y espontaneidad del alma, cuesta entregar, porque sólo se quiere recibir lo que se necesita y es útil.
Ya no se cuenta con afectos y compromisos a largo plazo, se quiere vivir el presente, porque no se sabe en qué momento ya no se es útil o necesario. El resultado es que ya no se construyen proyectos a largo plazo y una civilización tiene que contener la fortaleza y solidez de un buen presente, renovando lo valioso del pasado para proyectarle a un futuro planetario donde el hombre se sienta realizado. Pero, ¡tenemos que empezar con el primer grano de trigo! Nosotros mismos, redescubrir el valor de la lealtad, encarnarla, transmitirla, enseñarla.

DISVALORES DE LA LEALTAD:

La Deslealtad y la traición: donde rompo vínculos y adhesiones a mi propia conveniencia.
Su exceso es el Fanatismo incondicional: donde la persona adhiere sin filtrar con su inteligencia, irracionalmente, a un vínculo.

REDESCUBRIENDO EL VALOR DE MI LEALTAD

¿Reconozco la importancia que tiene en mi vida tener vínculos con otros? El ser humano necesita estar vinculado.
Al vincularme con otro, ¿hago previamente una deliberación con mi inteligencia? O me dejo llevar sólo por lo que siento.
Al analizar mi futura vinculación, ¿pongo en la balanza: valores, sensibilidad, capacidad de comprometerme a largo plazo? ¿Me tomo un tiempo? Ej.: a veces decidir una compra de un objeto de arte toma meses de mi tiempo; a veces decidir mi pareja, me toma minutos.
¿Admito que para ser leal, debo acompañarme de otros valores como la perseverancia, responsabilidad, respeto, prudencia?
¿Me doy cuenta que al aceptar un vínculo, estoy centrando mi atención en la realidad actual? Del futuro se ocupa la virtud de la perseverancia.
¿Acepto que el vínculo perdurará en el tiempo si lo protejo, lo alimento y ayudo a que madure?
¿Reconozco que si al revés de la reflexión anterior, dejo de aportar interés a mis vinculaciones, éstas van a morir?
¿Me hago responsable de actuar congruentemente con el vínculo al que adherí, reforzándolo y protegiéndolo día a día?
¿He jerarquizado y compatibilizado mis vínculos, en un orden de prioridades, de mayor a menor en importancia, en el sentido de la mayor energía que debo entregar a cada uno de ellos? A veces pasa, que toda mi energía se la entrego a una sola relación.
¿Me doy cuenta que ser leal, no significa aprobar conductas negativas, ni tampoco comentar la situación desprotegiendo la imagen de esa persona? (discreción).
¿He meditado que la lealtad, no puede ser consecuencia de encontrar eco de mis propias ideas en otra persona, ya que así duraría sólo mientras sigamos compartiendo lo mismo, y se acabaría a la primera discrepancia?
¿Reconozco que la primera lealtad debe ser ejercida conmigo mismo, y eso significa continuamente buscar y profundizar en los valores atemporales? Ser congruente con lo que pienso, siento y hago.
¿Has pensado que los vínculos no nos coartan, sino que nos independizan, nos hacen más libres, ya que la Libertad es la capacidad de elección entre ellos?
¿Te das cuenta que en la medida en que tus vínculos son más trascendentes, tu solidez como ser humano se acrecienta?
No detengas tu atención en lo transitorio, ¡pon tu mirada en lo trascendente!

LA DESLEALTAD. LA TRAICION

Perfil de un desleal:
1. Sus vínculos están determinados por: conveniencia, status, razones meramente emocionales. Luego, los hace durar hasta su propia conveniencia.
Las demás personas son para él, generalmente, un medio para llegar a un fm.
No tiene sentido ni valor para él, la discreción. Cuenta los secretos de los demás, a veces, porque no tiene otro tema, o le resulta conveniente hacerlo.
En general, es una persona indiferente ante los reales problemas de los demás, y si se acerca en ese momento, es más por mantener su imagen.
Es experto en extraer información para después usarla para sus propósitos.
Es capaz de jurar, dar su palabra, o adquirir compromisos por diversas razones, no atreviéndose a decir no, por no perder su imagen, por no ocasionar problemas, sabiendo que no va a cumplir.
A veces puede ser muy leal con algunos vínculos y muy desleal con otros. Ej.: En un hombre casado, entre la familia y amistad, primero está la familia; pero a veces son más leales con "los periféricos"
El traicionero, no es capaz de medir las heridas que provoca en el alma del otro porque:
Cree que éste es más fuerte y podrá resistir bien.
Está convencido que si su traición lleva al otro a tomar una decisión irreversible, él no ha influido para nada en ello. Ej.: suicidio, el responsable es el otro ya que es un adulto.
No tiene sensibilidad para ponerse en el lugar del otro.
Ya se han visto tantas deslealtades, que una más no importa.
Dentro de su egoísmo, siempre va a primar la satisfacción de lo propio antes que la renuncia por lo ajeno.
f) No tiene conciencia moral.
10. El desleal a veces se está vengando inconscientemente o concientemente del otro. (razones: envidia, no resistir la superioridad natural del otro).
La persona desleal es muy justificadora de las causas y efectos de sus acciones; no tiene capacidad para prever el futuro.
La raíz de la deslealtad puede provenir de una familia donde no se enseña el valor del respeto, obediencia y amor a los vínculos.

El desleal, el traicionero, el infiel, ¡qué huellas tan profundas dejan en el alma de los que lo rodean! Con qué liviandad deshace sus vínculos, abandona su matrimonio, a sus hijos, traiciona los valores inculcados por sus padres, atenta contra la estabilidad de sus amigos, traiciona a Dios, a su Patria, a su credo, se presta para vender o comprar secretos del lugar donde trabaja, paga con dinero a veces su tranquilidad de conciencia, cree "ingenuamente" que sus daños son reparables con el tiempo, que no siempre todo lo cura.
Nos preguntamos, ¿qué decodificación bioética-genética habría que hacer dentro de estos seres? ¿Puede un desleal pasar a ser leal? ¿Hay alguna ley de causa-efecto o una justicia Divina que les dé la oportunidad de rehacer su conciencia, y de no seguir haciendo daño al bien que lo rodea?
El espíritu, partícula divina que hay dentro de nosotros, es lo que nos lleva a reflexionar que dentro del desleal, hay una semilla de esperanza, para su transmutación... El alma, tan perfecta pero tan escondida será el camino que tendremos que buscar, para alimentársela y hacerla crecer y brillar sobre su personalidad tan desordenada.
Creemos que Dios da siempre una oportunidad, ayudémosle a encontrarla; a lo mejor, bastará con enviar nuestro rayo de energía, de amor purificador. A lo mejor el poder de la comunicación, señalándole caminos para su propio bien...
Lo que sí está claro, que mientras no produzcamos una verdadera alquimia con los disvalores, transmutándolos en valores, no podemos ni siquiera soñar con poner una primera piedra para la construcción de un futuro planetario. La deslealtad es el gran cáncer espiritual que devora familias, sociedades y estados. Sabemos que el gran antídoto, para esta gran enfermedad se llama amor.

EL FANATICO INCONDICIONAL

Sus vinculaciones son producto de reacciones viscerales y emocionales, rápidas.
Sus vínculos duran hasta cuando dura su compromiso emocional con ellos.
En la comunicación con ellos su emoción nubla su razón, no atienden a ningún tipo de argumentos o sugerencias. Son ciegos, sordos y mudos ante otras argumentaciones.
Al involucrarse en algo; ej.: una discusión, una manifestación, una protesta, no es por el bien de su adhesión, sino por una necesidad de contestar emocionalmente a algo que les ofende, o les hace sentirse preocupados. El ideal es tratar de influir positivamente.
Su incondicionalidad le hace perder su objetividad, su capacidad de evaluación y a veces hasta su propia vida (suicidio colectivo en Guyana).
El fanatismo es producto de estar centrado en una persona o institución y no, en los valores que esa persona o institución representan.
Ej.: soy leal a mi amigo, no a la amistad que representa ese vínculo; por esa razón a veces le puedo proteger de algo que le es dañino.
El Fanatismo nos convierte en esclavos de otros, perdemos las riendas de nosotros mismos.
Para que haya fanáticos, se necesitan grandes manipuladores.

Todo manipulador es aquel que me mueve como un títere, para lograr la conveniencia de sus propios fines.
La gran pregunta que te dejamos para que reflexiones: ¿Quién o en qué áreas sientes que eres manipulado?... ¿Por quién o quiénes? Sería bueno que imprimieras una camiseta:

VOTO POR MÍ = SOY LEAL A MÍ

Valores Humanos. | Nina BravoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora