lX.LA OBEDIENCIA

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Cuántos recuerdos se acumulan en la memoria y vienen a tu encuentro al leer este título! De niño... ¡Cuántas veces desobedecimos a nuestros padres! En nuestro colegio, ¡cuántas veces fuimos sorprendidos! ¡Otras tantas castigados! ¡Otras consolados!


La desobediencia queda grabada en nuestra mente, como una sensación de no haber cumplido con algo que se nos pedía para nuestro propio bien.


Ya en la adolescencia surgieron nuestras primeras rebeldías concientes, queríamos saltar la norma, quebrar sistemas, cambiarlo todo. ¿Quiénes eran los adultos para decirnos lo que teníamos que hacer bien o mal? Y empezamos a hacer uso de nuestra libertad, optamos por este camino o este otro y muchas veces al ver las consecuencias dañinas, recordábamos la advertencia de los más sabios y más experimentados.


En el largo camino de la vida aprendemos también a descubrir con dolor nuestras propias esclavitudes, las cadenas que le hemos impuesto o permitido a nuestra alma, nuestra psiquis y nuestro cuerpo.


Uno de los desafíos más grandes que te queremos proponer, es que elimines toda esclavitud contigo mismo, el llegar a poseer tu ser, el sentirte dueño de ti mismo; te va a producir una sensación de bienestar, de libertad real y un sentimiento de co-herencia interior.


Ser obediente a lo que piensas, sientes y haces, en relación a tu bien, te va a hacer más pleno y maduro. Querer empezar con la idea de cambiar a toda la humanidad, es utópico, en cambio querer partir por la construcción de tu catedral "interior", puede ser a partir de hoy. Tu ejemplo servirá de apoyo y fortaleza a muchos, serás una luz que va mostrando el nuevo camino, el camino del amor.



Definición:


La persona obediente acepta, en un acto de deliberación interior, libremente, los mandatos internos y los que provienen de la autoridad calificada, siempre que no se opongan al bien, ejecutando lo decidido.





DISVALORES DE LA OBEDIENCIA



Esclavitud-Sometimiento:


Acepta totalmente el mandato propio o ajeno, desconociendo el libre albedrío, el ejercicio de su espíritu crítico y el desconocimiento del poder de su voluntad.


Rebeldía-Insubordinación:


La persona se opone, rechaza, o se evade frente a sus propios mandatos o a los ajenos.


¿POSEO EL VALOR DE LA OBEDIENCIA?


Obediencia a sí mismo:


¿Soy capaz de obedecer a metas de objetivos que yo mismo me he impuesto?


¿Obedezco a la "sabiduría natural" de mi organismo? Ej. ¿duermo cuando tengo sueño?


¿Le hago caso a mis intuiciones? Muchas veces sentimos alarmas, semáforos rojos, pero tapamos esa "otra forma de percepción" con racionalidad. Es tremendamente válido escucharlas y complementarlas con nuestro análisis racional, pero no olvidarlas, también hay que aprender a percibir y observar lo que nuestra esencia intuye.


¿Apoyo mi voluntad con mi inteligencia y mis sentimientos hacia mi propio bien?


¿Obedezco a los deberes que tengo como ciudadano de este planeta? En general luchamos más porque se nos respeten nuestros derechos.



Obediencia a los demás:


¿Obedezco a una autoridad, cuando ésta es legítima y procura el bien común?


¿Soy capaz de asumir que hay otros, que por experiencia, sabiduría y competencia, imparten órdenes que yo debo cumplir?


¿Me doy cuenta que al obedecer, soy más libre, ya que a veces mi entendimiento no siempre percibe lo que es bueno, y por lo tanto, es sensato recurrir a una autoridad competente para verificar que lo que quiero, es bueno para mi progreso integral?

Valores Humanos. | Nina BravoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora