XVl. LA AUDACIA

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¿Te acuerdas la emoción que sentías cuando eras pequeño, o incluso ahora, si en una historia aparecía el héroe?


Esa persona, que absolutamente convencida de su misión, luchaba por la justicia, la verdad y el bien, salía a combatir por una causa justa, vencer el mal, disfrazado en diferentes formas, ya fuera por amor a su dama, por amor a Dios, o a su patria. ¡Cómo vibraba tu corazón!


Era un ser humano que se estaba jugando cien por ciento por sus ideales, con fe y confianza en que iba a ganar... Que su misión tenía un fin trascendente, que no importaba que corriera peligro su vida ya que ésta, estaba al servicio de un bien mayor...


¿Te acuerdas cuanto sufrías, cuando tenía nuestro héroe que soportar y resistir las más difíciles pruebas? Al final estaba ya casi todo perdido, y su férrea voluntad con el convencimiento absoluto de su fin, lo ayudaban a sobreponerse a todo, incluso a sí mismo y vencía... ¡En ese momento tu cuerpo entero saltaba de gozo y emoción y probablemente en la noche, soñabas que eras el héroe! Un héroe, que no lucha con su espada contra las nubes, o molinos de viento...


El héroe es un ser que encarna especialmente el valor como lo vamos a ver ahora. Un héroe es audaz, no es osado, ni menos pusilánime, es alguien que entrega su ser entero a una causa: el bien.


¡Cuántos héroes harían falta en nuestro planeta! Este siglo XX, se ha caracterizado por la falta de audacia. Al revés, más bien vemos los dos polos: los osados o temerarios como los extremistas, o los pusilánimes, que están muy cómodos y satisfechos con su vida casi adentro de un frasco de formalina.


El héroe o la heroína quedaron enterrados en los viejos cuentos de hadas.


¡Hay que resucitar este maravilloso valor de la audacia!, para mover nuestro planeta hacia el bien.



Definición:


La persona audaz es la que inicia y realiza acciones, conciente de que con sus posibilidades reales y riesgos puede alcanzar el bien propio y ajeno.



DISVALORES DE LA AUDACIA:



Osadía o temeridad:


Es aquella persona que emprende y realiza acciones, sin contar con los medios para hacerlo, y sin tener claro su objetivo.



Pusilanimidad o cobardía:


Básicamente es una persona que no se atreve a emprender ningún desafío, o algo que valga la pena, porque no confía en sus posibilidades, ni en sus fines; básicamente porque no ha desarrollado su voluntad.



DESCUBRIENDO MI AUDACIA



1. ¿He reflexionado acerca de que, para cambiar lo que me rodea, tengo que comenzar por cambiar yo mismo; que nada sucederá si yo no doy el primer paso?


2. Aquellos cambios o metas que me he propuesto, las he sometido al siguiente examen:


¿Es un fin que me va a llevar a un bien para mí y los demás?


¿Siento que en mí hay una pasión fuerte que me lleva a emprenderlo a toda costa?


3. Estoy dispuesto a asumir riesgos tales como:


Que los demás crean que soy un imprudente, que estoy perdiendo pequeñas seguridades.


Que muchas veces me voy a sentir solo, como los salmones: "nadando contra la corriente".


Que mi cuerpo tiene que estar en las mejores condiciones, para aquellos momentos en que las energías se agoten y tenga que sobreponerme al cansancio.

Valores Humanos. | Nina BravoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora