Kit?

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Pensaba que afuera todo estaría tranquilo, que no habría nadie y podría caminar un poco tranquila para poder pensar en que paso hacer a continuación para llegar a los chicos. Sin embargo, no fue para nada lo que había pensado. Cuando mis pies salieron de la sala donde me encontraba, tuve enfrente mio la horrible escena de una gran cantidad de gente corriendo y gritando con desesperación, las luces de la sala parpadeaban, las enormes telas de decoración se hallaban arañadas con brutalidad y manchadas de sangre fría. Dios, debía salir de allí. Así que con el miedo invadiendo cada rincón de mi cuerpo, empecé a correr lo más cerca de la pared posible para no caer dentro del colapso de pacientes aterrorizados. Mientras caminaba, me fijé horrorizada como cuerpos de personas degollados o desangrándose se encargaban de crear obstáculos en el suelo, provocando que lágrimas se situaran en mis ojos y tragara saliva con fuerza, ante tal horribles imágenes.

Y sin previo aviso, no miré bien donde pisaba, terminando cayendo encima mis rodillas contra el suelo, justo al lado de la mesa donde antes de esta invasión había la comida. Solté un gemido de dolor por el ligero golpe y entre tanto grito, de repente se destacó un grito desgarrador, causando que asustada y paralizada, lo único que pudiera hacer fuera esconderme debajo la mesa de madera circular temblando sin parar. Quedé allí durante unos segundos hasta que un cuerpo cayó contra el suelo, justo enfrente de donde me hallaba, dejándome divisar un paciente con media cabeza abierta, dejando exponer su interior y yo solté un jadeo traumatizada, sintiendo como todo mi estomago se revolvió en su sitio. Aunque entre ese estado de shock, no pude evitar fijarme como en algunas zonas de su descompuesto rostro, había el rastro de ese polvo negro tan conocido por mi. 

Dios, iba morir si no salía de allí enseguida.

Con esa frase en mi cabeza, tomé una larga respiración con el corazón palpitando a velocidad sobrehumana y salí de debajo de la mesa, levantando mi cuerpo con torpeza corriendo hacia la puerta que divise no muy lejos de mi paradero. Chocaba contra algunos cuerpos, pero mi visión se iba nublando por el miedo acumulado en sistema nervioso y cuando llegué a la puerta, no esperé en colocar ambas de mis manos para abrirla con violencia jadeando y con mi pecho acelerado. Sin embargo, el peligro no había terminado, ya que cuando estaba saliendo de esa sala infectada, sentí como mi brazo fue atrapado por dos garras que hicieron que soltara un grito desgarrador. Por suerte, conseguí deshacerme de esa criatura negra, cerrando la puerta con fuerza, no obstante, mi brazo derecho quedó herido, con un arañazo que iniciaba por unos centímetros más abajo de mi hombro y llegaba hasta mi codo, el cual se encontraba manchado de sangre ya que surgía de la zona más profunda del corte. 

Jadeé intentando no perder la cabeza ni mucho menos la consciencia y tomando varias respiraciones profundas, retiré la parte inferior de la manga de la americana de Luke hacia arriba, para tapar la herida. No pude reprimir el gemido de dolor y mantuve mi mano sobre la tela, dando una leve presión intentando no perder mucha sangre. Una vez, más o menos, curada, giré mi cuerpo encontrándome en un pasillo completamente desierto, con los muros manchados de sangre fría, y varios cuerpos rígidos y sin vida por el suelo. Mordí mi labio inferior paralizada, desorientada y con el anhelo de solo querer encontrar a los chicos de una maldita vez. 

Respiré otra vez con mucha más lentitud y me encaminé hacia dos puertas unidas, pensando que podría ser alguna vía de escape o aunque sea algún lugar donde podría pensar con claridad. Una vez llegue a ellas, empujé la madera casi temblando por el miedo de enfrentarme a lo que sea que estuviera al otro lado de la madera y justo cuando entré dentro, unas manos agarraron cada uno de mis brazos con brutalidad. Gemí y antes de darme cuenta, me encontraba acorralada contra la pared, con un cuerpo ceñido al mio sintiendo su respiración acelerada mezclarse con la mía. Yo por inercia cerré los ojos ya que sabía que me estaba amenazando con algo que no pude divisar, pero no era tan estúpida por no adivinar su objetivo con eso.

Asylum #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora