☽Epílogo.

893 64 101
                                    

Mis manos temblaban, mi pecho se hundió ligeramente y al mismo tiempo un nudo se formó en mi garganta, causando que tomara una breve respiración. El tiempo se había aturado a mi alrededor y no sabía cuanto período de minutos llevaba mirando el objeto que poseía entre mis manos. Mi corazón se hincho ya que no fue todo tristeza y nostalgia el que oleó mi cuerpo, sino también un par de escalofríos agradables recorrieron mi espina dorsal. Rocé la yema de mi dedo índice con suavidad y cerré los ojos con fuerza, como si con tan solo el tacto pudiera llevarme con él una cifra de segundo.

- ¿Mamá?- una dulce y pequeña voz inocente se escuchó en esa habitación , causando que abriera mis ojos de golpe-  ¿Mami estás...estás bien?

Parpadeé varias veces y giré mi cabeza para divisar a la pequeña niña de tan solo cuatro años mover su caballera dorada de un lado de otro mientras caminaba torpemente hacia a mi con sus ojos azules muy parecidos a su padre fijos en mi y un puchero formado en sus rosados labios, mostrándome la preocupación en su cuerpo. Yo le sonreí ocultando mis penas y en un movimiento rápido, creé un puño con mis dedos escondiendo el objeto entre ellos para dejarlo justo debajo de la almohada de mi cama de matrimonio en la cual estaba sentada. A continuación, pasé mis dos manos por mi cara, dándome cuenta que había llorado y sorbí mi nariz al mismo tiempo que la pequeña llegó a mi lado.

- No es nada cariño, no te preocupes- respondí con dulzura y con cuidado, agarré a la niña colocando mis manos debajo sus hombros para ejercer fuerza hacia arriba, posando su pequeño cuerpo encima mis muslos. Besé su nariz, ella sonrío y yo imité su gesto-. Y dime peque, ¿Qué haces aquí, Chloe? ¿No estabas jugando con papá?

- Estamos jugando al escondite, y quería esconderme debajo la cama- me explicó con un cierto brillo en sus ojos, como si estuviera contando algo maravilloso, aunque para ella un simple juego lo era. Yo anteabrí mis labios para hablar, sin embargo los cerré otra vez cuando se escuchó una voz masculina llamar el nombre de la pequeña desde el otro lado de la pared. Ella me miró y abrió sus ojos como dos grandes platos-. Oh no, papá viene.

- Entonces corre y escóndete antes que te pille. - animé siguiendo su juego con una preocupación falsa y bajé a la niña de mi falda para que pudiera hacer lo que ella quisiera.

No obstante antes de que ella pudiera esconderse, la puerta de la habitación fue abierta de par en par dejando entrar a esa persona que tanto temía Chloe que viniera. Cuando los ojos de él divisaron a la niña, sonrío y ella chilló subiéndose a la cama con desesperación como salvación. El chico se aproximó hacia donde la niña se encontraba tumbada y colocó ambas de sus rodillas para agachar su torso ligeramente, dejando caer levemente su cabello hacia un lado para empezar a hacer cosquillas a Chloe.

- ¡Te encontré bicho!. exclamó él con dulzura y yo reí con suavidad observando la escena con ternura, apretando mis labios sonriendo aunque mis pensamientos anterior no desaparecían y ese objeto aún permanecía en mi cabeza, sin dejarme disfrutar de esa escena al cien por cien. Inesperadamente, la pequeña rodó con su cuerpo por el colchón alejándose de él y salió de la cama para caminar hacia la puerta. El chico se sentó en la cama respirando agitadamente y miró a la niña curioso- ¿Dónde vas cariño?

- Es mi turno para pillar, tu escóndete bien eh.- contestó Chloe señalando al chico con el dedo índice a la vez que alzaba una ceja y a continuación salió por la puerta, cerrando ésta después.

Las personas que quedamos en esa habitación reímos levemente y después nos inundó el silencio. Bajé la cabeza volviendo a tener el objeto en mi cabeza y mordí mi labio inferior mirando de reojo el cojín, sin saber si contarle a él o era demasiado pronto para mostrarlo. Sin importar mi decisión final, sentí su cuerpo con su calor llegar enfrente mio, se arrodilló para poder quedar a la altura de mi cabeza y con uno de sus dedos, elevó mi barbilla creando que nuestros ojos se conectaran. Estoy segura que se dio cuenta de mi situación, ya que cuando divisó mi mirada y la analizó, sus cejas se fruncieron y una de sus manos que estaban colocadas a cada uno de mi muslos, dio un ligero apretón con cariño.

Asylum #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora