MY SEX INSTRUCTOR || EDITANDO.

Capitulo 2

Habían pasado veinte minutos mientras yo me paseaba de un lado a otro en el living pensando en si estaba en lo correcto al pensar en esto. Era algo repentino y no se si en el momento me sentiría cómoda con él. O si podré mirarlo a los ojos de nuevo luego de eso.

Si es que llegamos a hacerlo.

También trataba de idear una manera de hablarle sobre todo esto sin sentir vergüenza o quedar como loca frente a él. A pesar de que era mi mejor amigo, esto ya sobrepasaba el nivel de amistad. No creo que sea muy normal que tu mejor amiga te este pidiendo que le enseñes como tener relaciones sexuales sin morir en el intento.

Desgraciadamente no logre estar lista mentalmente cuando escuche el sonido del timbre seguido de su voz pronunciando mi nombre. Conté hasta tres y abrí la puerta.

— ¡Hola! —exclamo el totalmente sonriente mientras entraba y de inmediato se lanzaba en el sofá.

—Hola Kyle. —dije sonriéndole mientras cerraba la puerta.

—¿Que hacías?.

Me recosté en el mismo sofá que él, mirándolo de manera tímida e intentando que mi voz sonora calmada.

—Nada, hace un rato estuve con Greys. —dije—. ¿tu?

—Pues —tomo un cojín y comenzó a darle vueltas— Mi madre me dejo a cargo de Jazzy y luego de un rato fue a buscarla. Al verme aburrido me pregunte ¿Por que no ir a alegrar la tarde de mi querida Samantha? Entonces... aquí estoy.

Tan solo reí ante su comentario y al parar, lo observe por unos minutos.

¿Debería preguntarle o descartar esta idea de mi cabeza?

No se que cara tenia en esos momentos. Pero kyle rápidamente se dio cuenta de que algo estaba pasando. Literal era la peor intentando disimular que todo estaba perfecto.

—¿Pasa algo?. —pregunto de manera curiosa.

—¿Que?

— ¿Pasa algo? —Repitió.

—¿Por que tendría que estar pasando algo? —reí un poco nerviosa.

¡Estaba pasando de Todo!

—Te has quedado callada unos minutos, mientras me mirabas de manera perdida. —dejo el cojín en paz y me miro seriamente—. Y porque eres pésima disimulado que todo esta bien.

—No, no pasa nada. —dije sonriente.

A veces deseria que no me conociera tan bien. Haría mas fácil este tipo de situaciones.

—¿Segura? Te noto un poco angustiada. —dijo mientras posaba su mano en mi hombro.

—No lo estoy, todo...todo esta bien.

—¿Hablas en serio?

Es ahora o nunca.

— No.

—Lo sabia. ¿Que ocurre?

—Pues... —hice una pausa, los nervios me estaban matando—. Necesito un favor de tu parte.

—Claro, ¿Que necesitas? —exclamo sonriente.

—Un favor que puede que te haga pensar que estoy mal de la cabeza.

— Lo dudo.

—Algo totalmente extraño.

—Solo suéltalo.

—Un favor que no se suele pedir todos los días.

—Bien.

—Promete no estallar.