Capítulo 31

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SAMANTHA.



—Gracias —dijo Kyle mirándome directamente a los ojos.

—No hay de que...—dije ignorando la forma en la que prácticamente me desnudaba mentalmente con su mirada.

Pretendí alejarme o echarlo a un lado para salir, pero muy rapidamente y de manera casi fugaz me jalo por el brazo, acercándome a él firmemente y sin darme tiempo de reaccionar colocando sus labios sobre los míos, mientras con una de sus manos sostenía mi rostro, la necesidad de apartarme me invadio al instante pero las ganas de seguir también estaban presentes lo cual no me dejaba reaccionar ya que estaba teniendo una pelea conmigo misma mientras me besaba, es que entre sus manos sosteniendo mi cintura, tratando de impedir que me separara de él y su forma de besar tan malditamente excitante, se me hacia imposible poner los pies sobre la tierra, sin mencionar que sus labios eran como una especie de droga, no porque fuese adicta a ellos, tampoco porque no podia dejar de besarlo,sino porque una vez que probabas de ellos se te hacia dificíl no volver a hacerlo de nuevo o al menos no rehusarse.

Abrí mis ojos recuperando la cordura, notando como él aun se encontraba sumido en el beso. Y por mi moral de chica decente o al menos por la poca dignidad que ahora me queda, lo separe de mi bruscamente.

—¡¿Que demonios fue eso?! —exclame— ¿Que pasa contigo? ¿Estas loco?

—¿De que hablas?

—¡Ah no te hagas el idiota! Tu solo llegaste y me besaste asi como si nada —tome la camiseta de su hombro y le di con ella, aunque aquello fue patético— ¿Te patina el coco Collins?

—Oye basta —dijo— perdona, fue un impulso yo...no lo se.

—No me jodas Kyle, tú no eres impulsivo.

—Tal vez contigo lo sea...

—¡¿QUE?

—¿Que? ¿Lo he dicho en voz alta?

—No, es que acabo de leer tus pensamientos, eso es todo —sonreí con falsedad.

—Oye tranquilizate ¿de acuerdo? Además tu correspondiste, no entiendo porque te quejas —sonrió.

—¿Como apartarme si tu me sostenías?

—Bien podias apartarte —encogió sus hombros.

—Y lo hice —exclame.

—Claro, dos minutos después —dijo en un tono burlón.

—Es igual Kyle.

—¡Mierda, lo siento ¿esta bien?! —dijo un poco mas serío, al parecer pudo notar que no era juego.

—No lo esta, permiso —dije apartandolo y saliendo de la habitación.

¿Que podia esperar?¿Que le aplaudiera?¿Que aceptara follar con él en el cuarto de lavanderos? No podía hacerlo, y aunque se que me contradigo a mi misma, debía hacerle saber que a pesar de todo no podia llegar y besarme de la nada, era irrespetuoso y en cierta manera me ofendía pues ha de pensar que por haber tenido aquella serie de encuentros ahora soy como una de sus zorras de sexo libre.

MY SEX INSTRUCTOR || EDITANDO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora