SAMANTHA.
Iba camino a casa, eran alrededor de las seis de la tarde, estaba exhausta visto que había tenido que quedarme un tiempo extra en el instituto para presentar unas jodidas pruebas. Busque las llaves en mi bolsillo trasero y me dedique a abrir la puerta, al dejarla abierta por completo y adentrarme a mi pequeño departamento note como una especie de neblina blanca inundaba cada rincón de este, sin mencionar el desagradable olor.
—¿Que demonios? —me pregunte a mi misma mientras agitaba mi mano para ahuyentar el olor.
Iba camino a mi habitación cuando pude descubrir la fuente de todo ese desastre, el olor a muerte provenía de la cocina y aquella cosa blanca de igual manera, al verificar el porque,note que esta mañana al terminar mis panqueques no había apagado por completo la cocina, por suerte la hornilla estaba totalmente apagada «de no ser así este lugar estuviese en llamas» lo cierto era que, todo esto parecía ser una fuga de gas. ¿Que se suponía que debía hacer? Era obvio que el gas es inflamable y al encender un solo fósforo o algo así, toda esta mierda estallaría.
—Soy una tonta —me reproche a mi misma.
Decidí abrir las ventanas para dejar salir aquel horrible aroma que me asfixiaba y apague por completo la cocina, no podía pasar la noche ahí. Pensé que hacer y fui hacia mi habitación, busque algunas cosas y las guarde en un bolso, también tome mi almohadon, pasaría la noche en casa de Greys, no hacia falta avisarle. Deje abierta todas las ventanas de mi departamento, apague todas las luces y me encargue de cerrar bien la puerta. La casa de Greysi estaba a tan solo unas cuantas calles de mi departamento y era temprano aun, así que no tendría problema en caminar un poco. Ya era de noche, solo quería llegar a un lugar cómodo y tumbarme, si era posible hasta invernar por una década, apenas y podía mover mis pies con la poca energía que me quedaba. Para colmo de los colmos, al llegar a casa de Greys tuve que gritar por horas a su puerta.
—¡Greysi! —exclamaba seguidamente mientras tocaba a su puerta, las luces estaban encendidas así que dudaba que no estuviese— ¡GREYS ABRE LA PUERTA JODER!
Nada en lo absoluto. Luego de unos largos minutos forzando mis cuerdas vocales pronunciando su nombre y con los nudillos colorados de tanto golpear la puerta al final se digno a abrirme.
—¡Hola! —exclamo sonriente.
— ¿Como que hola? —pregunte cruzando mis brazos— ¿que estas sorda? —me detuve al observar lo formal que se veía— ¿Que con ese atuendo?
—Lo siento, estaba arreglandome —sonrió— iré con mi madre a un evento de su trabajo ¿Que ocurre?
—Pues...yo...iba a pasar la noche aquí.
—¿Eso por que?
—Hubo una fuga de gas en mi departamento, y no puedo pasar la noche ahí.
—Puedes quedarte, llegare a media noche, Tom esta aquí.
—reí— ¿Con Tom? —reí de nuevo— No,gracias.
—rió— Cierto, es una mala idea —dijo— ¿Entonces hacia donde iras?
—No lo se —suspiré.
— ¿A casa de Connor?
—¿Bromeas? ¿Tienes idea de lo lejos que vive?
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MY SEX INSTRUCTOR || EDITANDO.
Teen Fiction-No te veo emocionada -reprocho esta. -¿Por que debería estarlo? Es solo sexo... -¡No es solo sexo! ¡Para nadie es solo sexo!